Capítulo 65
1315palabras
2023-07-26 03:30
Cogidos de la mano, la pareja regresó donde se encontraban sus amigos. Liam y Gabriel estaban visiblemente enfadados, aireando las manos, mientras Joseph, Eva y Elisa hablaban en tono más bajo, con evidente preocupación. Cuando los vieron llegar todos se abalanzaron sobre ellos, preocupados. Ellie y Eros calmaron a sus amigos, intentando quitarle hierro al asunto.
“De eso nada, tiene suerte de estar desterrado porqué le arrancaba la cabeza y con ella me tomaba todas las copas de esta noche y de las siguientes, malnacido”. Explotó Joseph, estaba realmente furioso. “¿Y esa mirada? ¿Ese aire desafiante? ¿De dónde coño salió eso?”.
“La otra vez estaba igual, fuera de sí, no parecía él para nada… Dijo en mi casa algo de unas pastillas del laboratorio, ¿tú sabes algo de eso, Gabriel?” preguntó Ellie.
“Ni idea, a saber si no fue donde los humanos y pilló alguna de sus drogas. Sus mierdas no nos afectan igual a los lobos que a ellos”, contestó Gabriel. Tenía razón, las drogas de los humanos no tenían los mismos efectos en los lobos, y tampoco se sabía mucho acerca de cómo les afectaban porqué se dejó de experimentar con los omegas al liderar el alfa David.
“No importa, que se vaya a la mierda. Lejos, bien lejos, a tomar por culo. Tiene suerte de que no le haya reventado entero, si no llega a estar Ellie lo convierto en comida de patos”, gruñe Eros. Ellie entonces le cogió la mano y apoyó su cabeza en su hombro, relajando así a Eros, que la besó en la frente. “Te llega a tocar y lo mato Ellie, lo juro”.
“Lo sabemos, menuda paliza le has metido en un segundo”, dijo Eva. “Ellie por favor, ni caso de lo que te ha dicho ese imbécil, sabemos todos lo difícil que ha sido todo para ti, no te mortifiques”. Eva se levanta para abrazar a Ellie con fuerza, que le devuelve el abrazo.
“Exacto nena, y no tienes que dar explicaciones, pero ni a él ni a nadie, cada una hace lo que le da la gana. Se te permite cambiar de opinión, nunca lo olvides. Estamos contigo.” Añade Elisa, sumándose al abrazo.
“Joder Eros, menuda hostia le has metido, y eso que no eres guerrero. La sangre del alfa se nota, ¿eh?” Ríe Liam.
“Jajaja, he estado entrenando, la verdad… empecé a los 15 a prepararme para alfa, pero la verdad es que últimamente con todo el estrés he estado entrenando más para calmarme… Quizás podríamos entrenar juntos un día, ¿te parece?” Eros le preguntó a Liam, que asintió encantado. Gabriel y Joseph decidieron unirse también, aunque no fuesen guerreros nunca está de más recibir entrenamiento, y era otra forma de pasar tiempo juntos.
“¿Dónde está ese hijo de puta, que me lo cargo? ¡Ellie!” Gritó Rachel, que apareció de repente cogida de la mano de Cami. “Ellie, cariño, ¿estás bien?”. Cami hizo una mueca cuando oyó la palabra “cariño”, pero recordó que Ellie era la pareja de Eros y se le pasó.
“Sí nena, solo me duele la mano de la bofetada que le he dado, pero nada que no curen dos chupitos de tequila… Creo que tienes algo que contarnos, ¿no?” dijo Ellie, mirando a la acompañante de Rachel, mientras ésta asentía sonriendo. ‘Así que esa es Cami, joder, Eros tenía razón, es preciosa”.
“Chicos, chicas, esta es Cami… es mi compañera”, dijo con la sonrisa más grande que jamás le habían visto sus compañeros. Todos se presentaron y saludaron encantados a Cami, que pronto se integró en el grupo, al rato ya estaban bromeando como si siempre hubiesen estado juntos. Eso era justo lo que Ellie necesitaba, lo había añorado días atrás, las risas, las bromas, sus amigos…sentir que era una chica normal, esperando su transformación, sin más ansiedad que la de por fin conocer a su loba.
“Vamos a ver, es que no es justo. ¿Me podéis explicar por qué tenéis que estar tan buenas si sois lesbianas? ¡Eso es un delito, hombre!” Se quejó Gabriel, en broma.
“¿Qué te hace pensar que si tú quieres una compañera buenorra nosotras somos diferentes? Puedes mirar, pero nada de tocar” contestó Cami.
Bajo su apariencia dulce y angelical Cami escondía una loba con carácter, pero muy amigable y bromista. La combinación perfecta para Rachel, eso estaba seguro.
La noche siguió entre copas, bailes y mucha conversación, poniéndose al día de todo. Rachel le explicó a Cami el porqué de lo que había pasado con Mark, y la situación actual de Eros y Ellie, quienes asentían y aunque Ellie sonreía, su nerviosismo era palpable. Casi de madrugada el barista advirtió que la barra cerraba en 10 minutos, así que Ellie fue a por una botella de agua para refrescarse, y Cami decidió acompañarla.
“¿Estás bien? Sonríes, pero se nota que estás nerviosa, ¿es por lo del tipo ese, Mark?” preguntó Cami. Ellie negó con la cabeza y sin querer se puso tensa, Cami lo notó. “Perdón, no quería ser entrometida, y menos parecer cotilla… Nos conocemos desde hace como 4 horas, me he pasado de la raya, lo siento”. Añadió Cami rápidamente. Rachel le dijo que Ellie era su mejor amiga y quería llevarse bien con ella, pero sus ansias le habían traicionado.
“Oh no, tranquila Cami, no es por eso, de verdad. Es solo que, ya sabes, escuchar a otro contar tu situación es hacerla más real, y la verdad es que es algo que estoy intentando sobrellevar de la mejor manera posible pero cada cierto tiempo mi ansiedad y pánico se apoderan de mí. Obviamente que Mark apareciese y gritase todo eso no lo ha mejorado, pero ya estaba algo incómoda antes con la llegada de los padres de Eros, así que esto solo ha sumado puntos a mi carrera hacia mi próximo ataque de ansiedad”, dijo Ellie.
“Oye, ya sé que no os conozco y que no tengo derecho a opinar, pero me he tomado 4 chupitos de tequila y son ellos los que hablan por mí, así que hazme caso porqué ya sabes lo que dicen de los niños y los borrachos” Ellie sonrió, le encantaba esa chica, era ideal para Rachel. “Creo que el día de tu transformación te vas a llevar una sorpresa agradable, Ellie. No porqué quiera hacerte la pelota, no porqué queramos que lo vuestro salga bien, si no porqué es más que evidente que la diosa os ha unido. Puedes enamorarte perfectamente de alguien que no sea tu compañero, pero hay cosas que solo se dan cuando sí lo sois, como esa electricidad que recorre el ambiente cuando os miráis, o la forma en la que cuidáis uno del otro… Como os miráis sin que el otro se dé cuenta… La diosa no te haría pasar por toda esta mierda si después no te recompensase con tu compañero ideal, y no puede haber alguien mejor para ti que Eros, y nadie mejor para él que tú, se nota a la legua.”
Cuando Cami dejó de hablar Ellie estaba conteniendo las lágrimas y le dio un fuerte abrazo a Cami, dándole las gracias por lo dicho. Sus palabras la reconfortaron, y aunque en parte pensaba que le decía lo que quería oír, sintió que era un bálsamo tranquilizador después de las semanas que había pasado.
“Gracias, de verdad. Eres genial, me alegro muchísimo de haberte conocido y me alegro de que seas la compañera de Rachel, es mi mejor amiga y la quiero con toda mi alma. Me alegra saber que ha encontrado alguien que la complemente también, hacéis una pareja genial”, dijo Ellie, abrazándola de nuevo antes de dirigirse hacia sus compañeros, que seguían con sus bromas y charla. Hacia las 6 de la mañana el grupo se dispersó para volver a sus casas, no porqué quisieran, más bien porqué los echaron de la fiesta. Fue una noche inolvidable, en muchos sentidos, para todos.