Capítulo 62
1106palabras
2023-07-19 15:41
Me quedo junto a Ellie y su familia mientras reciben a los miembros de las diferentes manadas y siento que la ansiedad me golpea cuando diviso a mis padres. Mamá me mira con cariño, mientras va del brazo de mi padre. Él sin embargo esboza una sonrisa forzada, como la que le devuelvo yo.
Decido no moverme y esperar a que se acerquen porqué conozco a la mayoría de los invitados que saluda a la familia de Ellie y así de paso los saludo yo. Algunos saben de mi relación con Ellie y del pacto de mi padre, pero otros parecen no tener ni idea y nos miran y cuchichean, pero no me importa.
Noto como Ellie se pone algo tensa y me aprieta la mano con fuerza, no me hace falta preguntarle qué le pasa, es obvio que ha visto a mis padres. En su lugar simplemente la atraigo de su cintura hacia mí y le susurro al oído.

“Tranquila cielo, recuerda lo que me dijiste anoche”. Ellie me mira, sonríe y para mi sorpresa me da un beso, uno casto, pero un beso al fin y al cabo. Al final es cierto que decidió desafiarlo, le sonrío de vuelta y por el rabillo del ojo veo que mi madre también sonríe, no puedo decir lo mismo de mi padre.
En seguida llega el turno de mis padres, que se dirigen primero a los nuevos alfa y luna de la manada para desearles lo mejor. A continuación saludan a los padres de Ellie, la cosa se va a poner interesante.
“David, Ther, es un placer volver a veros y que estéis tan bien de salud… Alguien sugirió que este cambio de liderazgo se debía a que estabas un poco mal, David, pero parece ser que estaban equivocados”. Mi padre es un capullo y dice esto con sorna, no sé lo que pasó cuando llamó a David el día de la pelea, pero me temo que la conversación no fue agradable. Mi madre le aprieta el brazo y le clava las uñas, en una señal de incomodidad absoluta.
“Gracias, alfa Roy. Estamos perfectamente bien, simplemente creemos que es hora de dejar que nuestro hijo y Ari nos releven y poder disfrutar de nuestra vida sin preocupaciones. Además, obviamente, nuestros hijos tienen que seguir sus caminos y nuestro deber es acompañarlos, no atosigarlos ni cohibirlos con prohibiciones y tratos, ya me entiendes…”. Toma zasca, en tus morros, padre. Hasta mi madre sonríe, mi padre simplemente esboza una falsa sonrisa que claramente dice “no me busques las cosquillas”, pero te la has ganado tu solo, padre.
“Hijo, Ellie, cuanto tiempo, me alegra veros así de…bien”. Nos toca. Mi padre me da la mano y yo se la devuelvo con fuerza, es más un pulso que un apretón. Ellie simplemente asiente hacia mi padre, noto que está tensa.
“Gracias, padre. Sí, realmente estamos muy bien”, digo, mientras acerco todavía más Ellie a mí, al abrazarla por la cintura siento como se destensa, se siente más tranquila a mi lado. Mi madre interviene y me da dos besos y un abrazo cariñoso, como siempre lo hace, uno de esos reconfortante.

“Me alegra verte, tesoro. Tienes muy buena cara, se te ve muy feliz”, me dice mientras me sonríe.
“Lo soy, madre”, le replico. Entonces se gira a Ellie y la abraza con fuerza. Ella se queda congelada por unos instantes pero en seguida le devuelve el abrazo. Mi madre adora a Ellie y sé que es mutuo, aunque supongo que Ellie no esperaba esa muestra de afecto hoy.
“Ellie, cariño, estoy muy contenta de verte en persona, eres mucho más bonita en directo que a través de la pantalla, lo cual es complicado… Gracias por cuidar bien de mi chico”, le dice con cariño, a lo que Ellie contesta con una sonrisa.
“Luna Darla, es un placer conocerla por fin. Espero que hayan tenido un buen viaje”. La conversación a penas dura unos instantes, pues el resto de invitados tienen que saludar y mi padre no parece especialmente feliz de ser ignorado. Cuando acaban los saludos y nos tenemos que dirigir a las mesas para cenar, Ther nos intercepta.

“Eros, Ellie, ¿estáis bien? Eso ha sido un poco violento. Con todo mi respeto Eros, tu padre puede ser muy guapo, pero es un imbécil. Espero que no heredes esa cualidad también”.
“Gracias mamá, estoy bien, venía preparada” contesta Ellie, sonriendo, aunque su nerviosismo todavía es palpable.
“Si, Ther, ya sabíamos lo que nos podíamos encontrar. Y no te preocupes, siempre me han dicho que en cuestión de carácter me parezco más a mi madre”, le digo mientras sonrío.
“Eso es cierto, tu madre es una santa con la paciencia infinita”, interviene David. “Y ahora, a comer, no sé vosotros, pero yo estoy hambriento”. David se acerca a la mesa presidencial junto a Ther y los observo mientras él le aparta la silla para que se siente y ella le roza con cariño la cara. Ojalá esa relación entre mis padres…y ojalá esa relación futura entre Ellie y yo. Me giro hacia Ellie a la que sigo manteniendo por la cintura y que todavía está algo tensa.
“Muñeca, ¿de verdad estás bien? Si necesitas que nos apartemos un segundo podemos alejarnos unos instantes”, le digo preocupado. Ellie me sonríe y me vuelve a dar un beso, normalmente no es tan cariñosa en público ya que le preocupan las apariencias, pero parece que hoy eso no está en su lista de prioridades.
“Estoy bien, de verdad…He tenido un momento de debilidad, pero siento que lo puedo todo contigo a mi lado…”. Ellie apoya su frente en la mía, diosa no puedo esperar más, necesito comprobar que es mi compañera. “Por cierto, ‘pecas’, ‘muñeca’…¿cuántos apodos más vas a ponerme esta semana?” pregunta Ellie, riendo.
“Los que hagan falta en público… y algunos más en privado”, le contesto, pícaro. Ellie se sonroja y me da un codazo en las costillas mientras nos dirigimos a nuestra mesa de la mano.
La cena transcurre sin incidentes y el ambiente es muy agradable, nuestra mesa es una mezcla de brindis cada 5 minutos, regañinas al pequeño Leo, risas y felicidad, sobre todo felicidad. Es curioso cómo puedes sentirte en casa tan lejos de la tuya, y como gente que hace 2 años no conocías hoy son prácticamente tu familia. Siento que un momento para disfrutar y aprovechar, y no voy a dejar que nada lo estropee, ni siquiera la incesante mirada de mi padre que siento clavada en el cogote desde hace buen rato. Hoy no, padre. Algún día discutiremos todo esto, será pronto, pero no hoy.