Capítulo 63
1096palabras
2023-07-26 03:24
Terminada la cena empezó la fiesta en el jardín contiguo. Como era habitual los alfas asistentes se quedaban a discutir sobre los problemas de sus manadas, mientras que las lunas y el resto de invitados solían irse a la fiesta. Ellie y Eros llevaban esperando toda la noche que llegase ese momento, y en cuanto oficialmente terminó la cena prácticamente volaron hacia donde se encontraban todos sus amigos para reunirse con ellos.
“¡Y aquí llega la feliz pareja!” Gritó Liam al verlos llegar. “Tío, sé que estáis en plena fase de enamoramiento, ¡pero si no la dejas salir del dormitorio ni para ver a sus amigos al final vas a tener problemas con nosotros!” Bromeó mientras todos reían, incluso Ellie, a la que el alcohol de la cena parecía haber relajado un poco.
“Sí, claro, como que me voy a poner en faena en el mismo techo que su padre, que además es el alfa de la manada, ¿me quieres muerto?” Contestó Eros, siguiendo la broma y provocando las risas de todos.

“Ahora en serio, ¿estáis bien? Entendemos que no estuvieseis para fiestas, precisamente… pero os hemos echado de menos”, comentó Eva, con semblante triste.
“Ahora sí, pero el día de la discusión y el posterior fueron muy difíciles. Y siento haber puesto distancia, pero necesitaba estar sola y procesarlo todo” contestó Ellie. Aunque sonreía sus amigos sabían que no lo había pasado precisamente bien, igual que Eros. Por eso pretendían que esa noche simplemente hubiese fiesta, se trataba de reír y pasarlo bien como hasta el momento de la discusión.
“¡Chicos, vamos a beber! ¿Qué tal una ronda de tequila para animar el cotarro? Vamos a pasarlo en grande!” dijo una animada Rachel a la que las copas de vino de la cena ya le estaban subiendo a la cabeza.
“Yo mejor no”...
“Eva no puede” dijeron al unísono Liam y Eva, mirándose un segundo después y sonriendo.
“¡No me jodas, Eva! ¿Estás embarazada?” Elisa gritó y la pareja asintió. El grupo de amigos estalló en euforia, y empezaron los abrazos y besos entre ellos.

“¡No me lo creo, Eva! ¿de cuánto estás? No se te nota nada!” dijo Ellie tocando la no-barriga de Eva.
“Realmente estoy de muy poco, un mes y medio, por eso no se nota… lo supimos ayer. Preferiríamos haberlo dicho en otro momento, pero hay mucho alcohol de por medio y sería muy sospechoso que no me tomase mis chupitos de tequila y jagger.” Contestó Eva, sonriente.
“Joder, no me lo creo. Una de mis amigas va a ser madre y yo sin encontrar ni mi pareja, maravilloso. No importa chica, ¡mi compañera será hoy la botella de tequila!”. Rachel estaba eufórica, aunque nadie podía discernir entre si era efecto del alcohol, de la alegría, o una suma de ambas cosas.
“Tu compañera ya ha sido la botella de vino durante la cena, cariño. De hecho, creo que has agotado la bodega del restaurante de mi padre” contestó burlón Joseph, que se había encargado con su familia de la cena y la bebida.

“Bueno, podemos decir que estoy abierta al poliamor”, puntualizó una divertida Rachel. Todos rieron y se dirigieron a la barra a pedir unas copas, procurándole a Eva un mojito sin alcohol.
Eros y Rachel estaban en la barra esperando su turno para pedir cuando una preciosa chica rubia de ojos color miel se dio la vuelta con una copa y tropezó con Rachel, tirándole la copa por encima del vestido.
“Rachel, ¿estás bi-“ empezó a preguntar Eros, cuando se percató de la situación. Rachel y la misteriosa chica se miraban como quién lleva un día sin beber y se encuentra con la fuente de agua más limpia y fresca existente. En ese momento él lo supo, era su compañera, Rachel acababa de encontrar su pareja.
“Mía, compañera” dijo la chica rubia, con una voz dulce pero cargada de sentimiento, mirando a Eros con el ceño fruncido. Rachel miró a la chica con la boca abierta, ni en mil años hubiese imaginado que su compañera pudiese estar tan buena.
“Tuya, compañera”, contestó simplemente. La chica destensó la mirada y la pose y sonrió. Eros se había apartado unos pasos con las manos levantadas al ver que a la chica le incomodaba su presencia, pero miraba la escena estupefacto. ‘Así que eso será lo que sienta yo’, se dijo.
“Me llamo Cami, soy la hija menor del alfa de Moonrise. He venido hoy con mis padres a la ceremonia del alfa Roy”, dijo ya relajada. Su voz era dulce y melodiosa, y combinaba a la perfección con sus ojos color miel y su pelo largo rubio, que le daban un aire angelical.
“Me llamo Rachel, soy de esta manada. Este es Eros, el futuro alfa de la manada Dawn y la pareja de mi amiga Ellie”, dijo Rachel, mirándola sin pestañear. “Eros, ¿te importa si…?” empezó a decir Rachel.
“¿Si desapareces y te vas a conocer a tu compañera? En absoluto, yo pido las copas, ve tranquila. Un gusto, Cami. Si queréis uniros más tarde estaremos por la zona de los sofás” les dijo a las dos, despidiéndose de Rachel con un guiño.
Cuando Eros regresó de pedir las copas todos buscaron a Rachel con la mirada.
“¿Dónde está Rachel, se encuentra bien?” preguntó preocupada Ellie. Eros se rio, durante un momento debatió la posibilidad de no decir nada, pero era demasiado bueno como para ocultarlo.
“Oh si, y tanto que está bien… De hecho, creo que cuando regrese no lo hará sola y traerá una marca, y no de bebida precisamente” dijo Eros con sonrisa picarona.
“¡No me jodas! ¡La encontró! ¡Encontró su compañera!” Gritó Gabriel, entusiasmado. Todos pusieron los ojos como platos y se giraron hacia Eros, que asentía, entonces empezó el bobardeo de preguntas.
“¿Quién es?” “¿Es guapa?” “¿Parece buena gente?”, las preguntas se repetían.
“Se llama Cami, es la hija menor del alfa de Moonrise. Parecía maja, estaba tensa cuando nos ha visto juntos, pero cuando Rachel le ha explicado que yo era su amigo ha cambiado totalmente su expresión. Y sí, es muy guapa, la verdad”.
“¿Conque muy guapa, eh?” dijo una achispada Ellie. Sus amigos rieron, nunca habían visto a Ellie celosa y era hasta divertido.
“Pues sí, es preciosa, en realidad. Pero un orco a tu lado, eso no lo dudes, pecas”. Le contestó Eros besándole la mejilla.
“No puedo, me va a dar un subidón de azúcar” dijo burlón Joseph. Mientras todos reían la cara de Eva cambió por completo, poniendo sus ojos como platos.
“Hola a todos…ha pasado mucho tiempo”.