Capítulo 59
923palabras
2023-07-18 17:04
Ha faltado poco, casi pierdo por completo la razón al pasar por su cuello, casi no aguanto y la marco sin pensar. Mi lobo está descontrolado, la sola idea de que Ellie pueda tener otro compañero lo revuelve por completo, por suerte he conseguido enviarlo a lo profundo de mi mente o hubiese tenido problemas.
Grita mi nombre desesperadamente y siento como el bañador me va a estallar. Agradezco a la diosa que se haya marchado la gente porqué esos gemidos y ese grito me pertenecen solo a mí. Tras unos segundos recomponiéndose abre los ojos y me mira fijamente, sé que es imposible porqué todavía no tiene a su loba, pero juraría que su mirada está más oscura que antes. Se muerde el labio fugazmente y se abalanza sobre mí, obligándome a tumbarme contra las toallas mientras se sienta a horcajadas sobre mi cadera. Se inclina para besarme con fuerza y me acaricia el pecho con sus manos, sus dedos juguetones recorren la goma del bañador por encima, mientras uno de ellos hace incursiones fugaces por debajo de ésta, me está intentando provocar y lo está consiguiendo.
Se baja de mis caderas y tira de mi bañador para quitármelo, mi miembro erguido queda al descubierto mientras Ellie deja el bañador en la toalla. Su mirada es traviesa y me enciende por completo, sin perder contacto visual me abre las piernas para colocarse entre el hueco de estas y mientras la observo se mete mi polla en su boca y empieza a chupar.

Gruño desesperado, hace días que no hemos estado juntos y mi cuerpo la reclama y la necesita con urgencia. Sus labios chupan con suavidad mi glande mientras con una mano recorre de arriba abajo mi miembro.
“Joder…” gruño. Me está volviendo loco, no sé lo que pueda aguantar así, mi mano derecha recoge su pelo y ella me mira directamente mientras sigue lamiéndome. La imagen es apoteósica, un espectáculo, y entonces se detiene. Lamiéndose los labios se coloca a horcajadas sobre mí y apartándose la braguita del bikini me monta sin pensarlo.
“Aaah, joder”, gime cuando su cuerpo me envuelve por completo. Sin dudar ni un instante coloca sus manos sobre mi pecho y empieza a moverse en círculos, mi respiración se acelera al mismo tiempo que la suya. Acompaño su movimiento levantando un poco las caderas y gime, pues la penetración es ahora más profunda. Entrecierra los ojos y jadea, con esta posición su clítoris roza mi polla y huelo como aumenta su excitación a cada segundo. Me incorporo sujetándola por el culo y ella enrosca sus piernas a mis caderas, aprovecho la estabilidad para volver de nuevo a su cuello, al punto de la futura marca. Ellie acelera el movimiento mientras lamo su cuello y siento como las paredes de su coño me aprietan cada vez más, está a punto de correrse. Muerdo entonces el punto de su marca y Ellie se vuelve a correr con un sonoro gemido en mi oreja, que provoca que me corra al instante.
Nos quedamos en la misma posición jadeando y sudorosos, Ellie mantiene su cabeza reposando en mi cuello y la beso con ternura, a lo que ella me devuelve un beso suave en la clavícula que me provoca cosquillas. Aparta finalmente su cabeza y me mira, está cansada, pero sonríe.
“Te quiero, Ellie, eres mi mundo entero”, le digo. Ellie me besa con ternura y apoya su frente contra la mía.
“Yo también te quiero, mi dios griego. Necesito que llegue ya mi cumpleaños, en el momento en que confirmemos que somos compañeros te pienso marcar allí mismo, que lo sepas”.

“Bueno, eso será si no te marco yo antes, que bastante me ha costado aguantarme las ganas hace un rato… Joder, te he dejado marca en el cuello”. No me he dado cuenta con la pasión del momento de que le estaba succionando el cuello con demasiada fuerza y le he hecho un chupetón. Ellie coge su móvil para verse la marca que le he dejado.
“Qué bruto, Eros” me dice mientras ríe, por suerte no está enfadada. “Le pediré a Eva que me deje el maquillaje que usaba mientras estaba liada con Liam, antes de ser compañeros… o voy con ello al aire y que sea lo que la diosa quiera”. Me mira divertida esperando mi reacción.
“¿Quieres que tu padre me mate? Si ve eso no llego a tu transformación, eso seguro”, le digo, haciendo una mueca. Ellie se ríe y me besa. Seguimos en la misma posición que antes, así que poco a poco nos incorporamos y nos ponemos nuestros bañadores.
La luna ya está en el cielo y se refleja en el negro del lago. Encendemos una hoguera y nos damos un chapuzón rápido en el lago para lavarnos un poco, con su chupetón ya me la juego bastante, si llegamos oliendo el uno al otro ya puedo ir firmando mi testamento. Al salir nos envolvemos en nuestras toallas y nos secamos junto a la hoguera mientras comemos y charlamos.

Ellie parece más relajada que antes y eso me hace estar más tranquilo. Aunque intento ocultarlo, estoy bastante ansioso, la ceremonia de Roy solo me recuerda que mi padre tiene planes de mierda para mí, y que pronto tendré que enfrentarlo. Pero no quiero pensar en ello, no ahora, no cuando mi chica está preciosa a la luz de la hoguera y tranquila por primera vez en algunas semanas. Hoy solo quiero que sea feliz, y ser feliz yo con ella, con esto me basta.