Capítulo 58
1266palabras
2023-07-14 18:53
Finalmente salimos del agua cuando nuestros dedos empiezan a parecer pasas arrugadas y nos sentamos en nuestras toallas. Eros me pasa una cerveza bien fría y charlamos mientras el sol sigue bajando, dejando sobre el lago un tono rojo anaranjado y el cielo poco a poco se escurece.
Me siento totalmente en paz y tranquila, como hace días que no me siento, no desde el incidente con el padre de Eros…siempre rehúyo el tema, pero es que recordar como el padre de tu pareja opina que no eres suficiente para su hijo es bastante doloroso. Inconscientemente una sensación de tristeza me invade repentinamente, intento no pensar demasiado en ello por qué no quiero que esto empañe mi día con Eros, no ahora que faltan dos semanas para mi cumpleaños y necesito aprovechar el tiempo al máximo antes de saber qué pasará con nosotros.
“Preciosa, ¿qué te pasa? Estás frunciendo el ceño”. Mierda, Eros se ha dado cuenta.
“Nada, pensaba en la ceremonia de Roy…faltan dos días y creo que todavía quedan algunas cosas por organizar…”. Miento, intento sonar lo más convincente posible pero nunca se me ha dado bien mentir, la verdad. Siento como Eros me escudriña con la mirada.
“Bueno, pero eso es cosa de tus padres y tu hermano, no tuya”, me contesta Eros, creo que me la estoy librando. “¿Pero ahora me vas a decir lo que te pasa de verdad, o tengo que seguir fingiendo que me he tragado esa excusa?”. Mierda, mierda. Resoplo, sé que tenía que llegar esta conversación, pero joder, no quería que fuese hoy.
“Yo…estoy asustada, Eros. Mucho” empiezo. Respiro hondo, si me tengo que quitar la tirita que sea rápido. “Faltan dos semanas para mi cumpleaños y en mi cabeza no paran de sonar las palabras de tu padre. Sé que a ti no te importa lo que dijo, ni el pacto… pero yo no dejo de pensar en que, independientemente de lo que pase en mi transformación, tu padre no me quiere. No me considera digna de estar a tu lado y liderar una manada, y sinceramente ya empiezo a creer que tiene razón. Puede que sea la hija de un alfa pero no creo que tenga lo que hace falta para eso… Me siento pequeña, Eros, me siento como una hoja a la deriva en una corriente de aire, dejándome arrastrar y sin saber qué será de mí…”. Ya está, ya lo he dicho. Mis ojos empiezan a escocer, joder, ya estoy llorando… ¿Ves? ¿Cómo se supone que vaya a ser yo una luna si no puedo ni gestionar bien mis emociones?.
“Eh, Ellie, mírame” me contesta mientras me levanta la barbilla con los dedos. Sus ojos se posan en los míos y me mira fijamente. “Mi padre es un puto gilipollas, ¿está claro?. No entiende nada, no sabe nada… Toda mi vida lo he admirado y respetado, pero lo que hizo y dijo es imperdonable, hasta mi madre está enfadadísima y no le dirige la palabra, solamente mantiene las apariencias en público”. Se detiene unos segundos, parece triste. “No te conoce, sino no opinaría de esa manera, nunca dudaría de tu capacidad para liderar si simplemente hubiese estado más de 5 minutos hablando contigo. Ellie, eres perfectamente capaz y estás más que preparada, y si no fuera el caso, ¿qué? Mira a Ari, ha estado tiempo preparándose para eso… Además, eres mi compañera, lo sé y sé que tú también… Cariño, aguanta un poco más, cuando llegue tu cumpleaños vas a ver como ese peso desaparece, te lo prometo” me dice mientras me besa los nudillos con suavidad. Sé que para él también es una situación jodidamente difícil, pero no puedo evitar ser egoísta…
“Sé que esto a ti también te está destrozando, pero me siento tan mal… No me arrepiento de nada de lo que ha pasado entre tú y yo, pero no puedo evitar comparar con lo sencillo que hubiese resultado todo si hubiese aguantado hasta el final con mi promesa. Soy una egoísta, lo sé…pero es que ahora mismo no sé qué será de mí si llega mi transformación y no eres mi compañero… Si tienes que seguir con el pacto me voy a romper, Eros…no sé si soportaré ver a otra besándote, tocándote… mi corazón me grita que eres mío, pero si no lo eres no sé cómo voy a sobrellevar esto.” Ya está, el dique de contención ha caído, si antes notaba algunas lágrimas en mi cara, ahora mismo siento que mis mejillas son ríos. ¿Por qué tiene que ser todo tan puñeteramente difícil?
“Soy tuyo, Ellie… soy tuyo y tú eres mía. No dudes por un segundo de esto, porqué te juro que mi lobo está a punto de destrozarme por dentro, y no estaría así si no fueses mi compañera. Pero independientemente de eso, eres mía y soy tuyo, por qué no soporto pensar en un futuro en el que no te tenga a mi lado, y no voy a compartirlo con nadie que no seas tú. Ellie, eres mi todo, no voy a dejar que nada ni nadie me aparte de ti”. Me besa con ternura, pero no puedo evitar devolverle un beso más fuerte, uno pasional, desesperado, como si fuese la última vez que vaya a probar sus labios.
Eros siente mi desespero y se une a mi ritmo. Sus manos recorren mi cuerpo y me aprietan contra el suyo, dejando muy poco espacio entre nosotros dos. Sin saber cómo, acabamos tumbados sobre nuestras toallas. Su cuerpo emana calor sobre el mío, y se coloca sobre mí mientras sigue acariciándome las caderas y los muslos con una de las manos. Me invaden las corrientes y las chispas, no quiero sugestionarme, pero creo que las siento con más intensidad que las últimas veces que me ha tocado. Levanto el cuello para darle besos en el suyo, y no puedo evitar pensar que, con suerte, algún día, clavaré mis colmillos justo en el punto en el que me encuentro, y así será mío, sin dudas ni presiones.
A Eros se le eriza la piel cuando lamo el punto en el que irá su marca, así que me devuelve el favor y ladeando su cabeza aparta mis labios de su cuello para centrarse en el mío. Me muerde con ternura el lóbulo de la oreja y me da mordisquitos pequeños por todo el cuello. Cuando llega al punto de la marca lo besa y lame sin compasión, provocándome un gemido. Eros siente mi excitación, noto como mi cuerpo me manda señales a mi centro y empiezo a desesperarme, lo necesito. No deja de besarme el cuello cuando de repente siento algo diferente, lo está succionando. Succiona mi piel con intensidad mientras yo me retuerzo debajo de él, joder, la sensación es tan placentera… gimo de nuevo y Eros aprovecha para acariciarme por encima del biquini con su mano. Automáticamente siento como me invade el calor y aunque creo que no es posible, me mojo todavía más. Él lo sabe, sabe el efecto que está causando en mí, así que por encima de la tela sigue acariciándome, aumentando la intensidad y frotándome en círculos.
“Joder Eros, me voy a correr…” es lo único que puedo decir, mi mente está nublada, mis sentidos están concentrados en el remolino de emociones que estoy sintiendo ahora mismo. Sin esperar más, aparta la tela de la braguita y mete dos dedos en mí, mientras con el pulgar sigue acariciando mi clítoris. No aguanto un segundo más, mi cuerpo se retuerce en una espiral de placer y grito a pleno pulmón su nombre. Joder.