Capítulo 57
1112palabras
2023-07-14 18:52
Los días pasaron y todos en la familia Hudson se preparaban para la ceremonia del Alfa, ayudando en lo que podían con los preparativos, ultimando detalles y preparando todo para la transición. Ari y Roy estaban más nerviosos e irascibles que de costumbre, pero nadie se lo tenía en cuenta, pasar a liderar una manada no es algo para tomarlo a la ligera, así que qué estuviesen nerviosos solo denotaba el grado de implicación de los futuros líderes.
Eros había acabado de trasladar sus cosas de la residencia apenas dos días después de que Ther lo propusiese, así que Ellie y él pasaban mucho tiempo juntos, todo el que podían. Por respeto hacia sus padres, habían acordado que Eros se quedaría en la habitación de Roy, pero eso no impedía a la joven pareja que tuviesen incursiones nocturnas a la habitación del otro, después de todo lo que había pasado, necesitaban estar juntos y Ellie dormía mejor cuando estaba con Eros.
Hacía ya mucho calor y el ambiente se notaba bastante pesado, así que el miércoles anterior a la ceremonia, Eros tuvo una idea.
“Ellie, ¿qué te parece si hacemos un picnic en el lago? Podemos aprovechar esta tarde, bañarnos, ver la puesta de sol desde allí y cenar tranquilos, así nos refrescamos”. Los ojos de Ellie se iluminaron, le encantaba ir al lago y no había vuelto desde el verano anterior.
“Me parece una idea genial, la verdad… ¿avisamos a los demás?” contestó emocionada Ellie.
“Yo pensaba más bien en una cita los dos solos…ya sabes, algo más…íntimo”. Algo en la forma en la que Eros pronunció “íntimo” provocó un pinchazo de excitación a Ellie, que lo miró con una sonrisa divertida. Desde que Eros se había mudado a casa no habían tenido nada de intimidad, pues la amenaza de ser pillados por los padres de Ellie no era algo en lo que ninguno de los dos estuviese dispuesto a caer.
A media tarde la pareja preparó la cesta del picnic, sus mochilas con ropa para cambiarse y toallas (esta vez Ellie se aseguró de eso) y salieron hacia el lago. Cuando llegaron había bastantes familias con niños en la orilla, así que Eros le sugirió a Ellie caminar un poco más hacia algún punto menos concurrido. Siguieron caminando y llegaron a una zona más tranquila, Ellie la observó y se rio.
“La has reconocido, ¿eh?” le dijo Eros, sonriendo. “Aquí es donde te caíste el año pasado”. Ellie le dio un codazo mientras Eros se burlaba de ella.
“Al menos esta vez si me caigo vengo preparada”, dijo ella mientras se reía.
Dejaron las cosas cerca de la orilla y se sentaron sobre sus toallas a charlar un rato, el sol calentaba fuerte y aunque ya no eran las horas centrales del día, seguía haciendo bastante calor. Decidieron bañarse un rato antes de que bajase el sol y empezaron a cambiarse, ambos habían salido de casa ya con la ropa de baño puesta, así que solo tenían que quitarse la ropa que llevaban puesta. Eros se quitó la camiseta, pues ya llevaba puesto el pantalón del bañador, y observó cómo Ellie sacaba por la cabeza el vestido que llevaba, dejando ver su bikini. Eros sintió como se le aceleraba el corazón. Ellie llevaba un biquini verde anudado al cuello, que contrastaba a la perfección con su piel blanca y su cabellera roja.
“¿Qué?” le preguntó Ellie a Eros mientras se sentía un poco observada, pues no le había quitado la mirada de encima desde que se había quitado el vestido.
“Absolutamente nada, nada aparte de lo preciosa que eres, por supuesto”, le contestó mientras le daba un tierno beso en los labios. “Vamos a bañarnos, anda”.
Entraron en el agua y el fresco contraste hizo que a Ellie se le erizase la piel, Eros se rio de ella, pues entraba muy lentamente al lago mientras que él ya se había adelantado y estaba en una zona donde apenas hacia pie.
“Lo mejor es que te sumerjas de golpe, ¡no está tan fría!” le dijo él a ella. Ellie asintió y se metió entera en el agua, nadando bajo la superficie unos metros hasta alcanzar a Eros.
“Tenías razón, mejora cuando te metes entera”, dijo.
Él la rodeó con sus brazos, acercándose a ella y besándola. El beso, que empezó siendo tierno, empezó a adquirir otros matices mientras la joven pareja se agarraba fuertemente uno al otro. Con una mano Eros cogió las piernas de Ellie para que esta se enroscase en su cintura, apretándose ambos cuerpos cada vez con más intensidad, mientras la excitación de ambos crecía descontrolada.
Ellie se separó un poco de Eros mientras éste hacía un mohín. “Hay gente por aquí cerca, no quiero darles un espectáculo ni nada a lo que chivarle a mi padre o a Roy”, dijo Ellie mientras se ponía roja.
“Tienes razón, cariño…mejor no poner más nerviosos a los alfas”, le dijo mientras le daba un beso en la mejilla. “Me encantan tus pecas, ¿sabes? Son preciosas”.
“¿En serio? Siempre las tapo, mis compañeros se burlaban de ellas cuando era pequeña y eso me hizo sentir insegura, sigo tapándolas porqué siguen sin gustarme demasiado”, susurró Ellie.
“Tus pecas son adorables, no tanto como tú, pero se le acercan. No dejes que nadie te haga sentir insegura nunca. Ni por quien eres y no por cómo eres, eres una jodida belleza y una mujer increíble, nunca lo dudes”. Eros la miraba fijamente, y aunque Ellie sonrió y le devolvió un beso, sabía que no solo lo decía por las pecas. Notaba que él estaba preocupado por como la había tratado el alfa Troy, sabía que desde que él mencionó el pacto que Ellie se sentía insegura. No habían hablado del tema, porqué Ellie simplemente lo esquivaba, no se sentía cómoda hablando del pacto, de Troy o de Arla.
Se quedaron en el agua un rato más, charlando, lanzándose agua y aprovechando el momento. Sin embargo, Eros parecía un poco disperso, así que Ellie le preguntó directamente.
“Oye, ¿pasa algo?, hace rato que miras hacia los árboles… ¿todo bien?”.
“Supongo que sí, me pareció sentir que nos espiaban, pero debe ser imaginación mía, no he visto nada después de eso”… Ellie cambió su expresión, preocupada. Pero entonces unos niños salieron corriendo de los árboles cercanos y se tiraron en bomba desde el muelle.
“Creo que hemos pillado a los espías”, continuó Ellie, riendo. Eros también se rio, pero seguía sin estar convencido del todo. Había olido algo, pero no tenía muy claro el qué, aunque estaba lejos de la orilla y podía estar percibiendo olores mezclados, así que finalmente decidió no darle más importancia.