Capítulo 56
1510palabras
2023-07-10 19:52
Papá me ha vinculado para que vaya a la casa de la manada, no me ha dicho qué pasa, solo que esté en 10 minutos.
Me despido de Ari y Leo en casa y camino hacia la casa de la manada, al llegar los omegas me saludan con respeto y uno de ellos me indica que mi padre está reunido en el salón de conferencias con los otros miembros de su equipo. Nadie me explica absolutamente nada, no había reunión previa convocada y no entiendo que está pasando. Cuando llego al salón mi padre está sentado en la mesa del consejo con su beta y gama a cada lado, sentados en la mesa también están mis futuros beta y gama y otros miembros del consejo.
“Roy, hijo, gracias por venir tan pronto, acércate”, me dice mi padre con una sonrisa. Lo miro confundido mientras saludo a todos los miembros del consejo presentes, sigo sin entender absolutamente nada.
“Buenas tardes a todos, ¿ha pasado algo? Nadie me ha dicho nada…” inquiero. Mi padre sonríe más todavía y me percato que algunos de los miembros del consejo también lo hacen.
“Sí, hijo, ha pasado algo…algo bueno y necesario, en realidad”, empieza a decir mi padre mientras lo miro con curiosidad. “Roy, el consejo y yo hemos decidido que ya es hora que te encargues de la manada como su alfa, estás más que preparado, así como lo está Ari para ser tu luna”.
La noticia me pilla por sorpresa, mi padre y yo acordamos que haríamos esto cuando Leo fuese un poco más mayor, porqué así podía continuar aprendiendo de mi padre. Aunque tengo mis estudios y he estado acompañándolo desde que tenía 10 años, ser el alfa exige un nivel de responsabilidad muy alto, sobre todo cuando el alfa actual es uno de los más queridos y respetados de la historia de nuestra manada.
“Alfa, creía que esperaríamos para hacer el relevo…” empiezo a contestar.
“¿Qué necesidad hay? Con todos mis respetos, Alfa Roy, creemos que estás más que preparado para asumir tu nuevo estatus, tus beta y gama también lo están, y tu padre lleva tiempo insistiendo en que deberías ocupar ya tu puesto. El consejo se reunió ayer a petición de tu padre y votó con unanimidad, si estás dispuesto a aceptar el relevo, haremos la ceremonia en una semana”. Lloyd, uno de los miembros del consejo de la manada me interrumpe. La información me pilla por sorpresa totalmente, y aunque es cierto que llevo un tiempo pensando en hacer el relevo más pronto de lo esperado, que se convierta en realidad me asusta bastante.
“Estoy muy feliz, aunque debo reconocer que algo abrumado, pero si mi padre y el consejo estáis de acuerdo, acepto empezar con el relevo de liderazgo”. Las palabras salen de mi boca con la mayor serenidad de la que soy capaz, aunque sé que se nota que estoy nervioso. El consejo se levanta para aplaudir y mi padre y los demás miembros se acercan a mí.
“Estoy muy contento y orgulloso de ti, hijo. Vas a ser un alfa excepcional, no tengo ninguna duda de eso”, me dice mi padre mientras me estrecha la mano y me abraza.
“Solo espero poder llegar a ser la mitad de bueno que has sido tú, padre”. Mis beta y gama me dan un fuerte apretón de manos, los conozco desde pequeños y confío plenamente en ellos, sé que me serán de gran apoyo si las cosas se complican. Después de una ronda de apretones de manos y abrazos, mi padre carraspea y todos nos giramos hacia él.
“Queda dicho entonces, el próximo viernes celebraremos la ceremonia del alfa, a partir de hoy empezaremos con los preparativos”.
Una semana. En una semana voy a ser por fin el alfa de esta manada, no veo la hora de volver a casa y decírselo a Ari, sé que se agobiará, pero está más que preparada para ejercer de luna, lleva tiempo preparándose y mi madre la ha enseñado bien.
“Hijo, perdona por la encerrona, pero queríamos que fuese una sorpresa”, me dice mi padre cuando la gente empieza a dispersarse. “Te lo vuelvo a repetir, estás más que preparado, Ari también, y seréis un alfa y luna formidables, lo sé”.
“Gracias, papá, estoy nervioso, llevo tiempo esperando este momento, pero es un paso muy grande y quiero estar a la altura”, contesto.
“Lo estarás, no tengo ninguna duda. Ahora ve a casa y habla con Ariadna… voy a hablar con tu madre, os esperamos en casa esta noche, vamos a celebrarlo”.
Cuando llego a casa y le cuento todo a Ari su cara refleja un sinfín de emociones por segundo, desde alegría por mí, pasando por agobio porqué será oficialmente luna, y acabando en miedo por saber si hará las cosas bien.
“Roy, estoy infinitamente contenta por ti, de verdad… Sé que vas a ser un alfa excepcional, has aprendido de un gran alfa, y puedes aportar muchas cosas a la manada, no tengo ninguna duda”. Ari me abraza muy fuerte, huele especialmente bien hoy, su aroma me cautiva y me embelesa, haciendo que poco a poco pierda mi capacidad de razonar.
“Y tú vas a ser una gran luna, cariño, pocas lunas puede haber más preparadas que tú”, le digo antes de besar sus labios.
Una punzada de excitación recorre mi cuerpo cuando el beso, al principio tierno y delicado, se convierte en algo pasional y salvaje. Tras unos besos llenos de lujuria, Ari se aparta de mí y con la mirada oscura me habla mientras con las manos desabrocha mi camisa:
“Tenemos un rato antes de la cena con tus padres, y me tengo que arreglar… ¿le apetece al futuro alfa de la manada una ducha en compañía?” Suena coqueta mientras dice eso, huelo perfectamente su excitación y la mía es un volcán a punto de estallar. Sin decir nada la levanto con las manos mientras se enrosca en mi cintura y nos dirigimos al baño. Leo está durmiendo la siesta, tenemos poco tiempo, pero no hay problema, con lo calientes que estamos los dos ahora mismo creo que tenemos suficiente tiempo.
Siento a Ari en el lavabo y le levanto la falda del vestido, normalmente suele ir con pantalones pero eligió el mejor día para no hacerlo. Con una mano le arranco las bragas y con la otra aprieto sus pechos mientras ella se aferra a mi cabeza y a mi espalda con sus manos, tirando fuertemente de mi pelo.
En un movimiento rápido me arrodillo en el suelo para poder meter bien la cabeza entre sus piernas, mientras ella coloca sus pies en mis hombros.
"Joder Ari, me estás volviendo loco, estás súper mojada", le digo antes de pasar a la acción, con la lengua recorro sus pliegues y meto dos dedos en ella. Ari se deshace en gemidos sin cortarse y me consume la excitación. Joder, desde que tuvimos a Leo tenemos poco tiempo para nosotros, así que voy a aprovecharlo al máximo, sigo machacándole el clítoris con la lengua y aumento el ritmo con los dedos, noto como empieza a retorcerse.
"Roy, cariño..me voy a correr", jadea Ari súper excitada. "Hazlo" le contesto yo por enlace mental y Ari se deshace en un fuerte orgasmo. Las paredes del baño provocan que su gemido retumbe todavía más y no aguanto ni un segundo más fuera de ella, así que aprovecho que sigue retorciéndose para penetrarla con fuerza, quiero prolongar sus sensaciones.
"Joder, Roy" es lo único que acierta a decir mientras la embisto con pasión. Acelero el ritmo, llevo tiempo conteniéndome y estoy súper cachondo, no aguantaré mucho más. Ari sigue sensible por el anterior orgasmo y en pocos minutos vuelve a jadear y a gemir fuertemente, sus uñas se clavan en mi espalda y noto que empieza a tensarse a mi alrededor, lo cuál aumenta mucho más mi excitación y sin poder contenerme, estallo en ella. Sus gemidos y los míos se unen entre las paredes del baño y respiramos aceleradamente...
"Te he echado de menos, preciosa", le digo a mi sudada y extasiada luna, que me contesta con una sonrisa. Esta conexión y paz dura a penas unos instantes, pues en la otra parte de la pared, en nuestra habitación, mi pequeño alfa acaba de despertarse de la siesta, probablemente tras oír la fiesta que teníamos en el baño.
"Dúchate tranquila, yo me encargo de Leo", le digo a Ari mientras me subo rápidamente los pantalones.
"Gracias, cariño... por todo" me contesta mi luna. "Igual esta noche podríamos repetir asalto si tus padres se quedan con Leo...hace mucho que no tenemos una noche para los dos y creo que hoy nos la merecemos" prosigue con una mirada picante.
"Totalmente de acuerdo... pero no me mires así o no sé si seré capaz de salir de este baño", le contesto. Salgo rápidamente del baño, si me quedo un segundo más ahí dentro no habrá niño llorando que salve a mi luna de que vuelva al ataque... Ah, pero esta noche no vamos a dormir.