Capítulo 54
1022palabras
2023-07-07 16:06
SEGUNDA PARTE: El fuego del Alfa. Llamas.
Ellie despertó con una terrible sensación de angustia. El peso de todo lo que sucedió la noche anterior se acumulaba en su cuerpo y su mente, oprimiendo su pecho y provocándole una terrible ansiedad.
Las palabras del alfa Troy seguían torturándola y rompiéndole su ya maltrecha alma en dos, y a eso sumaba la carga de saber que era el motivo por el cual Eros y su padre habían roto su relación.

Instintivamente se dio la vuelta en la cama, buscando consuelo entre los brazos de su pareja, pero solo encontró sábanas vacías.
Agarró su teléfono para llamar a Eros, pero vio un mensaje suyo de hacía una hora y media, <>. Por primera vez leer la palabra luna le dejó un sabor agridulce. Sabía desde el primer momento de su relación con Eros que éste la quería como su luna, pero ella no se sentía cómoda, no por qué no quisiese estar con Eros, ni le hiciese sentir insegura (al fin y al cabo, era hija de un alfa y luna y tenía sus estudios de gestión de manadas), lo que la preocupaba era la situación en la que ella accedería al título.
Si al final Eros y ella resultaban ser compañeros, no había más que hablar, sería la vía fácil, podrían seguir con su relación y cada uno aceptaría su rol sin ningún problema… Pero si no lo eran, la cosa se complicaba. Ellie era consciente que si no eran compañeros Eros debería acatar el pacto de su padre o bien desafiarlo, como había amenazado. Además, eso implicaba que para seguir con la relación los dos deberían renunciar a sus respectivos compañeros, y eso era algo que no estaba muy bien visto.
La opresión que sentía en el pecho cada vez era mayor, y el corazón comenzó a acelerarse mientras se le acumulaban gotas de sudor frío en la frente y la nuca… de repente todo estaba borroso y gris.
“Ellie cariño, despierta…”. Abrió los ojos poco a poco, pues una luz blanca la cegaba y molestaba sus claros ojos. “Cariño, incorpórate poco a poco”. Ellie entonces reconoció la voz de su madre. Incorporándose y sentándose en lo que parecía una camilla de hospital, abrió y cerró los ojos varias veces para acostumbrarse a la fría luz blanca de la habitación.
Cuando por fin fue capaz de ver con claridad vio a sus padres, Eros y Roy al lado de su camilla. Ellie no entendía nada, lo último que recordaba era estar en el apartamento de Eros y que todo se volviese borroso.

Ther entendió la confusión de su hija, así que dulcemente le explicó, “cariño, te has desmayado. Eros nos ha avisado y te hemos traído al hospital. Has tenido un ataque de ansiedad y tu cuerpo ha colapsado”. Ther sonaba serena, pero su mirada era triste. Ellie miró alrededor y entonces vio las caras de preocupación de su familia.
“No recuerdo nada…sé que estaba en la cama, pero Eros no estaba, y después he despertado aquí”. Eros sintió una punzada en su corazón, Ellie había estado sufriendo y él no estaba a su lado para consolarla, su lobo le repetía una y otra vez que le había fallado a Ellie.
“Lo siento…fue culpa mía. Necesitaba salir a correr y despejarme… cuando regresé estabas en el suelo sudorosa y blanca, así que llamé a tus padres inmediatamente… lo siento, Ellie”. Un sentimiento de tristeza invadió a Ellie, él no tenía ninguna culpa y sin embargo ahí estaba, culpándose delante de sus padres.
“Eros, no es culpa tuya. Es totalmente comprensible que necesitases liberar tensiones después del suceso con tu padre…Además, Ellie es una dramática, seguro que lo ha hecho para llamar la atención”, dijo Roy, burlón, mientras su madre le daba un codazo. Ellie sonrió, sabía que Roy quería aligerar el ambiente tan pesado de la habitación, y se lo agradeció con la mirada. Sin embargo, en seguida cayó en la cuenta que su hermano había mencionado el suceso de la noche anterior.

“¿Cómo sabéis lo que ocurrió anoche?” dijo Ellie, incorporándose un poco más en la camilla. “¿Se lo has contado, Eros?” inquirió.
“Fue el alfa quién me llamó anoche, después de la pelea con Eros”, contestó serio su padre. “Me explicó todo el asunto del pacto y la reacción de Eros, para saber si yo podía interceder y hacer entrar en razón a su hijo”. Explicó David, mientras su aura cada vez se sentía más furiosa. Ellie se puso blanca, el asunto del pacto estaba salpicando cada vez a más gente y se estaba saliendo de control, sin que ella pudiese hacer nada. De repente sus latidos se aceleraron de nuevo y sentía que le faltaba el aire.
“Eh, cariño, respira, no pasa nada… Está todo bien, de verdad. Respira conmigo” le dijo Eros agarrándola de la mano y haciendo respiraciones lentas para que Ellie se tranquilizase. Roy salió de la habitación para llamar a Ari mientras David indicó a Ther que se acercase a él, mientras se quedaban en una esquina de la habitación.
“Sabía que mi niña saldría mal parada de esto, ¡lo sabía!” gruñó David por lo bajo. “Lo que no esperaba era que el alfa Troy fuese tan mezquino de hacer un pacto así a espaldas incluso de su mujer. Me dan ganas de arrancarle la cabeza”. David estaba enfadado, muy enfadado, como pocas veces lo había visto su mujer. Ella le acarició los brazos y lo abrazó, intentando calmarlo.
“Cariño, no puedes echarle la culpa a Eros por algo que ni siquiera él sabía. Tú mismo viste la desesperación en sus ojos cuando llegamos, sabes que él nunca haría nada que dañase a nuestra hija. Lo que hizo su padre es deleznable y es él quien ha provocado esto”, dijo Ther con la mayor serenidad posible.
“Lo sé, y no tengo nada en contra del chico, mucho menos después de como la ha tratado durante estos años y como la ha ayudado, pero no puedo aguantar ver así a nuestra hija, tenemos que parar esto”. Concluyó David, serio.