Capítulo 49
945palabras
2023-06-28 18:51
Hacía tiempo que no venía aquí, pero todo sigue tan ordenado como siempre. Sé que hay servicio en la residencia, pero también que a Eros le gusta tenerlo todo ordenado y limpio, así que no tengo duda de que el servicio no tiene demasiado trabajo aquí.
Hacemos las tareas mientras charlamos y acabamos más pronto de lo que creíamos, así que Eros me propone sentarnos en el sofá y ver una peli. Instintivamente, mientras él busca entre las películas disponibles, me pongo nerviosa, no he estado aquí desde antes de que me confesase sus sentimientos y ahora todo es diferente, nuestra relación ha cambiado drásticamente y estamos los dos solos, sin nadie que nos moleste por primera vez desde la fiesta.
Automáticamente mi cuerpo me traiciona, y mientras mi cabeza recuerda escenas de nuestra fiesta particular, empiezo a sentir el calor arremolinándose en mí. Mierda, joder, Eros lo va a notar, esto es embarazoso de narices. Un escalofrío me recorre la nuca cuando de repente Eros me coge de la mano y me besa los nudillos.

“Es muy curioso esto de notar los cambios en los demás, todavía no he aprendido a controlarlo y huelo todo con mucha intensidad” me dice, pícaro, mientras me pongo como un tomate. El cabrón se está divirtiendo, sabe por el calvario que estoy pasando ahora mismo y me tortura.
“Pues a ver si aprendes pronto, porqué esto es injusto… y embarazoso”, le digo, haciendo un puchero. Sabe que no estoy para nada enfadada, todo lo contrario, así que aprovecha y me besa el cuello mientras con una mano me acaricia entre los muslos.
“Ah…pero así es más divertido, ¿no crees…?”, me susurra en la oreja. Juro que no puedo ni respirar. Otra oleada de calor me invade entera, te odio, alfita. Mi cuerpo me sacude con cada roce de sus dedos y sus labios, sé que esto se va a poner intenso y me dejo llevar, a estas alturas es imposible negar nada o disimular.
“Te odio mucho ahora mismo, que lo sepas” le digo mientras me siento a horcajadas sobre él y le lamo el cuello. Sentada noto su erección a través de nuestros pantalones… mierda, como me pone.
“Déjame que lo dude” me contesta, gruñéndome con una voz ligeramente más grave de lo normal mientras se le oscurecen los ojos. Aprovecha y me agarra con fuerza de las nalgas mientras su boca encuentra la mía y su lengua la recorre salvajemente. Con sus manos mece mis nalgas adelante y atrás, rozando nuestros sexos y poniéndome todavía más cachonda. Se me escapa un jadeo bastante sonoro cuando con uno de sus movimientos mi clítoris se incendia todavía más. Eros responde a ese jadeo con un “joder, preciosa”, y con una mano me aprieta por encima de la tela del pantalón. Siento que no puedo más, él lo sabe y sigue moviendo mi culo con más intensidad por encima de su polla y pronto sus movimientos se hacen más bruscos. En unos segundos noto como me recorre un orgasmo atronador al mismo tiempo que siento como se mojan sus pantalones debajo de mí mientras gruñe con intensidad. Creo que nos acabamos de correr al mismo tiempo haciendo petting. Joder Ellie, en lo que te has convertido.
Nos quedamos quietos, en la misma postura, mientras intentamos que nuestras aceleradas respiraciones vuelvan a la normalidad. Eros me besa con cariño y me agarra con sus manos la cara.

“Eres un puto sueño hecho realidad, preciosa”. Yo sonrío, extasiada y contenta. No sabía que era posible sentirse así, por la diosa que esto es increíble. “Creo que deberíamos limpiarnos un poco, no creo que sea una buena idea que tus padres me huelan en tus pantalones”, prosigue, divertido.
“Definitivamente no, no sería una buena idea, tu manada podría acabar sin futuro alfa”, le digo, riendo.
Eros me pregunta si quiero pasar yo primero a la ducha o si pasa él, y le digo que mejor que pase él. Sigo atontada todavía y creo que no voy a ser capaz ni de caminar hasta el baño, así que prefiero sentarme unos minutos y asegurarme llegar intacta.
Cuando oigo el agua de la ducha caer pienso en todo lo que acabo de sentir, y aunque ha sido espectacular, siento que echo de menos sentirlo dentro de mí, ¿cómo puedo sentir eso si lo hicimos hace dos días y acabo de correrme?, debo de estar volviéndome loca.

Una idea traviesa se me pasa por la mente, así que abro la puerta del baño aprovechando el ruido del agua y me cuelo dentro. Poco a poco me deshago de la ropa y sin pensarlo dos veces, abro la mampara de la ducha.
Oh diosa, menudo espectáculo. Me mira sorprendido mientras yo lo observo entero y me relamo. Se está enjabonando el pecho y las burbujas que forma el gel recorren sus marcados músculos, perdiéndose entre sus piernas. Sin pestañear siquiera y con una mano le hago retroceder hacia la pared, mientras me meto debajo del chorro de agua.
"No me mires así, el agua es un bien escaso, hay que ahorrar" le digo mientras paso mis manos por mi cabellera mojada.
Curiosamente lo estoy intentando provocar y la que se está incendiando soy yo. Muy bien Ellie, todo al revés. Eros lanza un gruñido bajo y sexy y siento como se me moja la entrepierna inmediatamente, sé que puede olerlo, huele mi excitación aun estando mezclada con el gel de ducha. De repente me agarra del cabello con una mano, tirándome del cuello hacia atrás y lamiéndome el cuello, mientras que con la otra me acaricia entre los muslos y uno de sus dedos explora, juguetón.