Capítulo 48
1187palabras
2023-06-28 18:50
Ellie se despertó cansada, pero feliz. Después de que Eros se marchase, se volvió a acostar sin quitarse la sudadera, su olor seguía impregnado en ella y le tranquilizaba sentirlo cerca. Decidió vestirse e irse a la academia con la sudadera puesta, así a medio día, que ya habrían subido las temperaturas, se la podría devolver.
La nueva pareja había decidido verse cerca de la academia e ir juntos a clase, así que Ellie fue hacia el punto acordado con cierto nerviosismo, pero con una sonrisa en la boca, pues pasase lo que pasase, él iba a estar a su lado.
Lo vislumbró a lo lejos mientras se acercaba al punto de encuentro. Estaba hablando con otra chica que hacía gestos airados, al acercarse un poco más, una mueca de disgusto se dibujó sin darse cuenta en la cara de Ellie: Tabatha.

Eros se mantenía tranquilo mientras ella le insistía en que aún estaba a tiempo de cambiar de opinión, y que puestos a tener una relación con alguien que no fuese su compañera, Tabatha era mucho mejor opción que Ellie. A Eros le cambió la cara cuando ésta le espetó semejante afirmación, sin darse cuenta de que Ellie estaba lo suficientemente cerca de ellos como para oírlo todo, él le habló.
“Tabatha, basta. No me interesas, no me gustas, no te quiero cerca. Y no vuelvas a hablar así de mi pareja, porqué lo lamentarás, no le llegas ni a la suela de los zapatos”. En ese momento los dos parecieron percatarse de que Ellie estaba casi a su lado, y Tabatha lanzó una mirada de rabia infinita a Ellie, marchándose con los puños apretados.
“Buenos días, preciosa…veo que has cambiado de look”, dijo Eros ignorando por completo lo que acababa de pasar con Tabatha, y dándole un suave beso en la comisura de los labios. Ellie sonrió y cogiendo a su chico de la mano, se dirigieron hacia la academia mientras charlaban, ignorando las miradas y cuchicheos del resto de alumnos.
La jornada pasó con normalidad, hubo algunos comentarios y preguntas hacia la nueva pareja, pero los dos se sentían cómodos y contestaban con naturalidad. Sin embargo, la hora del descanso llegó, y decidieron ir a hablar con Elisa. Cuando preguntaron a su grupo de amigos nadie sabía dónde estaba, y Eva comentó que una compañera de Elisa le había dicho que no se encontraba bien y se quedaba en casa.
Ellie se puso triste inmediatamente, creía saber la verdad, los estaba evitando y esto solo ponía las cosas más difíciles, de nuevo la ansiedad la acechaba. Eros se dio cuenta de su nerviosismo y le cogió la mano, apretando suavemente para tranquilizarla.
Rachel y Eva lo vieron y sonrieron.

“Tranquila, Ellie, se le pasará, ya sabes que a Elisa le va el drama… quedad con ella, hablad las cosas y ya veréis como en dos días todo vuelve a la normalidad”, dijo Eva, intentando animar a su amiga.
“Le hemos mandado un mensaje esta mañana para quedar, pero no nos ha contestado todavía”, respondió Ellie, triste. Siguieron charlando hasta que acabó el descanso y justo mientras se acomodaban en sus mesas, Elisa respondió aceptando la invitación. Ellie respiró un poco más tranquila, aunque todavía seguía faltando la parte más difícil.
Acabadas las clases, Ellie mandó un mensaje a su madre avisando que llegaría tarde a comer, y fueron hacia la cafetería, donde ya les estaba esperando Elisa. Sus ojos estaban un poco hinchados a consecuencia de haber estado llorando, pero aun así se veía tan guapa como siempre.
Ellie soltó de la mano a Eros instintivamente en cuanto la vio, no quería hacer las cosas más complicadas, pero Elisa se dio cuenta.

“Hola a los dos, allí hay una mesa, si queréis nos sentamos en ella… podéis seguir cogidos de la mano, no pasa nada”. Elisa sonrió, pero su trasfondo era triste, así que Ellie todavía se sintió peor. Una vez sentados, hubo un silencio bastante incómodo. Ellie entendió que debería empezar ella a hablar, pues no creía que Elisa fuera a dar el primer paso.
“Oye, no sé ni por dónde empezar… no quiero que estemos peleadas, sé que puede ser algo difícil para ti, pero no quiero ni voy a perder a una amiga por un chico”. Eros se tensó ligeramente, tenía miedo de que Ellie prefiriese su amistad a lo que ellos dos tenían, pero no quería sacar conclusiones precipitadas, así que respiró profundamente para calmarse, aunque su aura empezaba a rezumar intranquilidad.
“Eros, tranquilo. Si os separáis no va a ser culpa mía, eso te lo aseguro” le dijo Elisa a Eros, notando como éste se ponía tenso. “Joder, no voy a mentir, en el fondo esperaba tener alguna posibilidad, creía que con el tiempo que había pasado y las ideas de Ellie, lo tendría más fácil. No había visto más indicios de que Ellie te seguía gustando, Eros, si no, no hubiese entrado a piñón. Siento haber puesto las cosas difíciles”. Elisa sonaba triste, pero sincera.
“No podía, ni debía, atosigar a Ellie con lo que sentía, ya me la jugué bastante el día que le confesé mis sentimientos… sabía que si se agobiaba la perdería del todo. Y respecto a ti, debí haber sido más sincero contigo, y no darte coba a nada, lo siento”. Elisa asintió aceptando las disculpas, y se dirigió a Ellie.
“El, no estoy enfadada contigo por que estés con Eros, estoy molesta porqué podríamos haber evitado esta situación tan rara. Sé que no tienes la culpa, pero joder, te cuesta muchísimo darte cuenta de tus propios sentimientos. Te encerraste tan al fondo de tus convicciones que no fui capaz de entender lo que realmente pasaba por tu cabeza. Si me hubieses dicho que él te gustaba, me hubiese apartado. No quería llegar a esto, y ahora me siento como una niñata estúpida y mala amiga”. Elisa empezó a llorar, y Ellie se levantó para abrazarla, mientras sollozaba también.
“Lo siento, de verdad… tienes razón. No gestiono bien mis sentimientos, no lo controlo… Es que en realidad no sabía ni lo que sentía, empecé a ser consciente de verdad cuando mencionaste a su luna, sentí como si algo se me rompiera por dentro, como si estuviese perdiendo algo que en realidad ni era mío. Lo siento, quiero que estemos bien, de verdad, por favor…”. Ellie también lloraba, la escena era un tanto pintoresca. Eros seguía sentado mirando a las dos amigas llorar y pedirse disculpas, y observó que algunos clientes también las miraban, curiosos, aunque acababan por apartar la mirada.
Finalmente se separaron e hicieron las paces, Elisa les dijo que seguía un poco dolida por la situación, pero que se alegraba por ellos, para alivio de Ellie. Al cabo de un rato se despidieron, ya que Elisa debía cuidar de sus hermanos. Eros y Ellie decidieron comer juntos, así que esta avisó a su madre de que finalmente no comería en casa y se quedaron en la cafetería. Más tarde, cuando se decidían a volver a sus casas para hacer las tareas, decidieron ir a la residencia de Eros para estar más tranquilos.