Capítulo 45
1144palabras
2023-06-28 18:46
Ellie y Eros salen al jardín, Eros tiene un semblante muy contento, aunque Ellie sigue nerviosa. Él se gira y sin que ella se lo espere, la levanta sujetándola por debajo de las nalgas.
“Me ha parecido oír ahí dentro que me quieres”, dice. Ellie se sonroja y sonríe.
“Pues… parece ser que sí”, le dice sonriendo. Él la baja y le da un dulce beso en los labios.
“No esperaba oír esas palabras por primera vez delante de mis suegros, la verdad, pero no importa con tal que sean ciertas”, Ellie se ríe.
“Si te sirve de consuelo, no esperaba decirlas delante de ellos, tampoco.” Suspira y añade “Esta mañana no he dicho nada porqué sigo ordenando sentimientos y sensaciones en mi cabeza, aquí arriba hay un lío de narices… Pero Rachel y mi madre me han hecho ver que efectivamente, no habría renunciado a todo lo que siempre he creído por ti si no fuese por amor… Así que sí, podemos concluir que te quiero. Te quiero, Eros.”
Eros la besa con pasión y con sus manos la agarra fuerte de la cintura, sus respiraciones se aceleran y el beso se vuelve todavía más intenso. Sus bocas se separan unos milímetros, lo justo como para que Eros pueda susurrarle “Te quiero, muchísimo, preciosa”.
“Uououo, ¿qué está pasando aquí? Por favor, ¡qué hay niños delante!” interrumpe Ari sonriendo de oreja a oreja mientras un ojiplático Roy los mira sin saber qué decir.
Ellie siente que va a infartar de un momento a otro, pero Eros no suelta su cintura cuando se pone a su lado. Roy, que tarda unos momentos en salir del shock inicial comenta:
“Joder, papá y mamá nos habían puesto al tanto ahí dentro, pero esto es más de lo que esperaba ver de mi hermanita… Eros, ya sabes que te aprecio mucho, pero me sumo a mi padre en su propuesta de quemar tu manada como Ellie salga malparada de aquí”. Roy parece serio, pero después sonríe.
“Pues yo os voy a decir una cosa, esto yo lo ví venir cuando Eros comió con nosotros, él os lo podrá confirmar… Así que como por lo visto soy medio bruja y mis predicciones se cumplen, os daré un regalo: estoy convencida de que vosotros dos sois pareja”. Los tres miraron a Ari, confundidos, aunque Eros sonreía satisfecho.
“Pensad, el destino os puso en el camino, habéis superado obstáculos antes de incluso ser pareja, Eros no tiene compañera en su manada y por aquí tampoco, y tú todavía no tienes a tu loba, así que seguramente por eso no se ha despertado su instinto contigo. Sin embargo, Ellie ha vencido sus bloqueos y a falta de dos meses para tener su loba, se ha abocado en una relación con un alfa. Si esto no parece un plan de la diosa, ya me explicaréis vosotros que es”. Ari parecía súper convencida, y por unos instantes imaginé que podría ser verdad, que ese podría ser nuestro destino, y me hizo muy feliz.
“Ojalá tengas razón, Ari”, le dijo Eros con una sonrisa.
“A ver, yo no sé si será cosa del destino, la diosa o las hormonas, pero sí que es verdad que lo que estoy viendo no esperaba verlo hasta pasados los 18 de Ellie. Sigo en shock, pero creo que, si había alguien con quien empezar una relación, es definitivamente contigo, Eros. Yo creo que esto se merece una cena y brindar, ¿no?” apuntó Roy, feliz.
Ellie sabía que para Roy era muy raro verla con un chico, y mucho más imaginar que podría darse esa situación, y si para él lo era, para ella mucho más. Aun así, a pesar de que cada cierto tiempo le invadía una sensación de incomodidad mezclada con algo de vergüenza, Ellie sentía que era feliz, muy feliz.
Acabada la pequeña celebración, la recién formada pareja fue a la puerta a despedirse.
“Eros, antes de que te vayas, ¿podemos hablar un momento dónde siempre?” preguntó Ellie, cuyo semblante parecía un poco más nervioso que antes. Eros asintió y fueron a los bancos a sentarse. A él le parecía que esos bancos habían sido testigos de muchas cosas y cambios entre ellos, y sonrió.
Ellie respiró hondo, necesitaba calmarse y ordenar pensamientos en su cabeza. Después de unos instantes en silencio, comenzó a hablar.
“Eros…esta madrugada y antes en casa has dicho que ibas a renunciar a tu compañera… Quiero pedirte que no lo hagas, por favor.” Ellie habló intentando sonar lo más serena posible, pero en el fondo sentía pinchazos en el corazón. Antes de que él pudiese ni siquiera rechistar, siguió hablando. “Sé que me quieres, y sé que eres sincero cuando lo dices, pero es cierto lo que ha dicho mi padre, no sabemos cómo nos afecta el vínculo de compañeros. No va a ser fácil, para ninguno de los dos, rechazar a nuestro compañero y seguir adelante con lo nuestro…va a dolernos, mucho. Y yo no quiero que pases por eso, no quiero que tu manada se quede sin su verdadera Luna por mi…”. Ellie quería continuar, pero se le hizo un nudo en la garganta, estaba haciendo un esfuerzo sobrenatural por no llorar, porqué tenía la sensación que se pasaba la vida derramando lágrimas.
“Preciosa, no voy a renunciar a mi compañera, porqué en el fondo pienso igual que Ari. Sé que tú eres mi compañera, y no porqué yo quiera, si no porqué realmente es así”. Dijo Eros besándole los nudillos a Ellie, mientras ésta lo miraba con asombro.
“No puedes saberlo, Eros… es imposible sin mi loba. Ahora crees eso porqué estamos en fase de enamoramiento, somos muy jóvenes y todo nos parece muy intenso…pero en dos meses todo puede cambiar drásticamente, ¿y entonces qué?”, Ellie había apartado las manos de la boca de Eros y lo miraba seriamente.
“Ellie, escúchame, te voy a decir lo que sé a ciencia cierta. Sé que incluso antes de tener a mi lobo, todo me empujaba a ti, las casualidades me llevaban una y otra vez cerca de ti, incluso cuando no tenía sentido. Aun sabiendo que era prácticamente imposible que tú y yo tuviésemos nada, no he dejado de sentir cosas por ti, cada día con más fuerza e intensidad. Sé que mi lobo te busca, incansable, se siente cómodo a tu lado, en paz. No es efectivo al cien por cien, pero siempre se ha dicho que si un lobo conecta así con alguien, probablemente es porqué sean compañeros. Mi lobo te reclama como suya, Ellie, constantemente. Sé que eres mi luna.” Eros parecía convencido, muy convencido. Tanto que Ellie no pudo rechistarle, solo pudo asentir antes de que Eros la besase con ternura. Se quedaron en silencio un rato más, cogidos de la mano, mientras Ellie apoyaba su cabeza en los hombros de él hasta que finalmente se despidieron.