Capítulo 17
811palabras
2023-06-28 18:16
“Alfa David, Alfa Roy, Lunas, Ellie… vine a pedir disculpas y aceptar mi castigo” dijo un cabizbajo Mark, que no se atrevía a mirar a la cara a nadie de esa familia.
“Fuera de mi vista, Mark, o te juro por la diosa que no respondo” gruñó Ther. Detrás de ella Roy y Ari habían sacado las garras y Eros, que se encontraba justo al lado de Roy y Ari, lo miraba desafiante. Ellie seguía detrás de su padre intentando salir de su escondite, pero su padre la retenía con fuerza.
“Basta papá, mamá, por favor. Mark, no quiero verte, no por ahora. Me has humillado, me has tratado peor que a la basura y me has acusado de cosas que no son ciertas. Más que el dolor físico de lo que me has hecho, me duele que hayas tirado por la borda años de amistad, el daño ya está hecho. Puedo perdonarte si eso es lo que quieres, pero no puedo volver a darte mi amistad.” Dijo Ellie cuando por fin consiguió zafarse de la espalda de su padre.

“Ellie, sé que no tengo excusa. Sé que lo que he hecho es deplorable y merezco todo lo peor. Cuando me escribiste esta mañana ya sabía lo que ibas a decirme, y me puse tan nervioso que robé unas pastillas experimentales del laboratorio de ciencias para calmarme, pero sacaron lo peor de mi…” Mark intentó justificarse.
Inmediatamente el puño apretado de Roy golpeó la cara de Mark con tanta fuerza que por poco lo deja inconsciente. Sus ojos estaban oscuros, sus garras fuera y los colmillos empezaban a salir de su boca, estaba haciendo un enorme esfuerzo por mantener su lobo a raya, pero en ese momento la batalla la estaba ganando su lobo.
“¿Esa es tu mierda de disculpa y excusa, Mark? ¿Pastillas? Si no te destrozo ahora mismo es porqué Ellie no quiere arruinarte la vida. No te mereces el perdón de mi hermana, pero ella es así y ha decidido perdonarte. Eso sí, escucha esto por qué no lo voy a repetir dos veces, aléjate de ella. Como me entere que te has vuelto a acercar a Ellie tus padres celebrarán tu funeral ese mismo día, ¿te ha quedado claro?” gruñó con intensidad Roy. La fuerza de su gruñido y su aura eran tales que su padre se quedó impresionado.
“Desde luego, alfa Roy… lo siento Ellie, por todo. De verdad que lo siento”. Mark agachó la cabeza y se marchó, dejando a una Ellie temblorosa y llorosa tras de sí.
Cuando las cosas se calmaron Ther insistió en que Eros se quedase a casa a cenar en agradecimiento, pero Eros no aceptó. Ellie necesitaba descansar y estar tranquila, así que se excusó en que tenía ya otros planes y después de despedirse de todos, se marchó a la residencia.
Cuando Eros llegó a la residencia decidió ir a correr, pues estaba demasiado inquieto y tenía mucha energía que quemar como para irse a descansar. Mientras corría no dejaba de pensar en la escena que había visto. Jamás había presenciado un cambio tan brusco de actitud en un lobo, y no esperaba para nada que Mark reaccionase de esa manera. Su mente no dejaba de reproducir la cara de dolor de Ellie y sus sollozos, y de alguna manera eso le provocaba una ansiedad horrible.

Apretó todavía más el ritmo y corrió hasta quedar exhausto.
Ellie entró en su casa ignorando a su padre y a Roy que repetían que Mark merecía un castigo por lo que había hecho, y que si no lo habían expulsado de la manada era por ella, pero que seguían sin entender su decisión. Ellie estaba a punto de colapsar, se puso blanca y sintió náuseas, quería vomitar.
Ari se dio cuenta del estado de Ellie y se puso al lado de ella justo en el momento en que Ellie se mareó, de no ser porqué Ari estaba a su lado, se hubiese dado con la cabeza contra el piso.
“¡Ya está bien! Ya hablaremos de eso otro rato, ¡mirad como está Ellie!” les regañó Ther, mientras ayudaba a Ari a cargar con Ellie. “Por favor, Ariadna cariño, ayúdame a subir a Ellie a su habitación, creo que hoy ha tenido más que suficiente y necesita descansar”.

“Por supuesto, luna” dijo Ari. Entre las dos subieron a Ellie a su habitación y la acostaron. Al cabo de un rato Ther volvió a entrar a la habitación de Ellie y dejó una bandeja con sopa caliente cerca de la mesita de noche de ésta. Intentó despertarla para que comiese, pero Ellie le dijo que no tenía hambre, que lo dejase en la mesita y ya comería más tarde.
Ther suspiró y dejó sola de nuevo a Ellie, mientras sus garras apretaban con tanta rabia sus manos que un hilo de sangre caía de ellas.