Después del altercado esperaron un rato y Eros acompañó a Ellie a su casa, caminando en silencio durante todo el trayecto. Ellie no era capaz de decir nada y Eros no quería preguntar para no forzar a Ellie, así que simplemente se limitó a llevarle sus cosas y estar a su lado.
Cuando estaban cerca de casa de Ellie, esta se giró hacia Eros.
“Eros, gracias, de verdad. No sé qué habría pasado si no llegas a estar ahí…” Suspiró y tragó saliva, intentando recuperar la compostura mientras las lágrimas le brotaban de los ojos. “Hoy vi una parte muy fea de Mark, una que nunca sospeché que tendría y es culpa mía, no sé cómo voy a poder mirarlo a la cara después de esto”.

“Tú no tienes ninguna culpa, Ellie, fue él quien se sobrepasó, es él el que no entiende los límites y ha actuado de mala manera. Tú no deberías sentirte mal por esto, eres la víctima aquí, no la culpable”. Eros seguía sin entender por qué Ellie continuaba culpándose a sí misma a pesar de no ser ella la culpable.
En ese momento un coche frenó bruscamente al lado de los dos amigos, sobresaltándolos, y bajaron de él los padres de Ellie, Roy y Ari.
“¡Por la diosa, cariño, te hemos estado buscando durante un buen rato! ¿Estás bien? ¡Juro que en cuanto pille a ese imbécil, lo hecho a patadas de la manada!”. David se dirigió corriendo hacia su hija y la abrazó con fuerza, mientras ella volvía a llorar.
Ther se dirigió a Eros para agradecerle su apoyo. “Alfa Eros, no sabes cuánto agradecemos que estuvieses presente en ese momento, si no llega a ser por ti a saber qué le hubiese hecho ese impresentable a Ellie”. Eros asintió confundido, pues no sabía muy bien cómo se habían enterado todos del altercado tan rápidamente.
“El hermano de uno de nuestros guerreros estaba cerca cuando Mark y tú os peleasteis, y avisó a su hermano para que nos contactase y recogiésemos a Ellie. Le hemos estado llamando varias veces, pero supongo que tiene el teléfono en silencio y no se ha dado cuenta”. Explicó Roy. Su semblante era muy serio y se notaba su enfado a kilómetros. Mientras, Ari se repetía que era culpa de ella por haber animado a Ellie a aclarar las cosas con Mark.
“No es tu culpa, luna, Mark estaba fuera de sus casillas, completamente enloquecido. No entendía a razones y si no hubiese pasado hoy, seguramente habría sido otro día. Ellie insiste en qué no le hagan nada a Mark, aunque yo creo que se merece lo peor por tratar a alguien así, y más teniendo en cuenta que no solo es la hija del alfa, si no, en teoría su amiga”. Eros estaba también muy enfadado, quería respetar la petición de su amiga, pero en su fuero interno lo que le apetecía es darle otra paliza a Mark.

“Papá, por favor, no expulses a Mark, eso sería peor. Su familia tampoco merece ese castigo por algo que ha hecho él” suplicó Ellie.
“¿Y tú si te mereces que te trate de esa manera? ¿Te mereces que te acose y te haga daño? ¿Qué habría sido de ti si no llega a estar cerca el alfa Eros?” Estalló su madre, que estaba furiosa. David podría llegar a ser comprensivo, pero Ther era muy protectora con sus cachorros, por muy mayores que fuesen. Su instinto maternal solo le pedía dos cosas: arrancarle la cabeza a ese desgraciado y usarla como maceta en su jardín.
“¿Qué demonios haces tú aquí?” Gruñó con los colmillos fuera el alfa David, mientras protegía su hija detrás de su espalda.