Capítulo 12
1085palabras
2023-06-28 17:50
La actitud de Mark me está poniendo nervioso. Ya es la tercera vez que me mira con el ceño fruncido y aunque apenas hemos hablado, siento que su aura cambia cuando me acerco. Estoy convencido de que le gusta Ellie, al principio no tenía claro si era por ella o por alguna de las otras chicas, pero esta mañana ya he sospechado de sus sentimientos por Ellie y con esta actitud mis sospechas van en aumento.
“Está muy raro estos días, ayer por la noche me mandó un mensaje por si podíamos hablar, pero después me dijo que finalmente no hacía falta, y hoy ha estado muy distraído en clase. No sé qué le pasa, pero espero que se le pase pronto”, dice Gabriel con tono de preocupación.
“Sí, está algo raro últimamente, pero la verdad es que como casi nunca hablo con él a solas, tampoco es que le haya podido preguntar nada”, dijo Ellie. Su voz suena un poco triste, pero como hace más bien poco que la conozco, no sé qué decir.

“Yo no lo conozco a penas, obviamente, pero sí que es verdad que tiene una actitud un poco rara… aunque claro, no sé decir si es mi impresión, su carácter, o qué”. No sé ni porqué he dicho esto, en realidad a mí no me importa demasiado la actitud que tenga, pero no me gusta que haga sentirse mal a la gente.
“Realmente él es bastante…especial, por así decirlo, no es mal chico ni mucho menos, pero tiene sus cosas… y bueno, normal que no hables mucho con él a solas, Ellie, ¿no crees?” Suelta Gabriel. Inmediatamente Ellie se pone roja como un tomate y Gabriel pone cara de arrepentirse de haber dicho eso.
“¿Tú también lo sabes, Gabriel?” Dice Ellie sonrojada, mientras Gabriel asiente. La cara de Gabriel es una mezcla de arrepentimiento por haber dicho lo anterior y una sonrisa burlona.
“Bueno, no es que importe, de todos modos”, prosigue Ellie, “sabes de sobra lo que opino de salir con lobos que no son mi pareja, así que por mucho que no hable conmigo a solas, casi que mejor, porqué el resultado no va a ser el que él espera y creo que eso tensaría todavía más las cosas”. Gabriel asiente y cambia de tema.
Intento seguir la conversación, pero lo que ha dicho Ellie de salir con otros que no sean su compañero sigue dándome vueltas en la cabeza. No es que realmente me importe y aunque yo creo que no pasa nada por conocer a otras hasta que llegue tu compañera, por algún motivo me siento rechazado.
Cuando nos despedimos de Gabriel y hacemos marcha hacia la casa de Ellie, noto que sigue disgustada. Aunque intenta disimularlo y hacer parecer que está todo bien, sus ojos tienen un ligero aire de tristeza, y aunque sé que no debería meterme en sus asuntos, y menos teniendo en cuenta que prácticamente nos acabamos de conocer, no puedo evitar preguntarle.

“Ellie, ¿estás bien? Sé que no os conozco a penas y que no debería meterme en estos asuntos, pero no me gusta ver a la gente triste…Creo que deberías hablar con Mark y dejar las cosas claras. No me importa que me mire con mala cara o me frunza el ceño, pero no es justo que eso se refleje en vuestra amistad, mucho menos cuando dices que no quieres nada con nadie que no sea tu compañero...”
Noto como se le humedecen los ojos a Ellie y de repente, me abraza y solloza durante unos segundos. Cuando le acaricio la cabeza para consolarla, da un respingo y se aparta de mi con la cara roja.
“Lo siento por esto, alfa Eros, no sé por qué lo he hecho”. Ellie parece un tomate y me entra la risa.
“No pasa nada, Ellie, puedes desahogarte tranquilamente… siento reírme, pero pareces un tomate”. Ellie se ríe nerviosa y asiente. “¿Quieres que nos esperemos un poco antes de ir a tu casa? Por si no quieres ir con los ojos rojos…” Ellie me mira, asiente y señala unos bancos, así que nos sentamos en ellos.

Después de unos instantes de silencio, Ellie vuelve a hablar.
“Alfa Eros, de nuevo lo siento. Ya no solo por la llorera, si no, por qué te has visto envuelto en una situación incómoda por mi culpa. Sé que no está bien lo que hago, sé que a Mark le gusto desde hace tiempo, pero no sé cómo gestionar eso. Mis amigos saben de sobra lo que pienso, pero Mark no lo acepta, y aunque nunca dice ni hace nada, pone malas caras o cambia la actitud cuando estoy con otro chico, es frustrante… En el instituto notaba como apretaba los dientes y los puños cada vez que se me acercaba Derek, por ejemplo”. Hago una mueca cuando dice el nombre de ese chico.
“Bueno, Derek es imbécil, así que en ese sentido no culpo para nada a Mark”, le digo. Ellie me mira y se ríe. “Aunque es cierto que debe ser incómodo para ti, creo que deberías tratar el tema con él. Yo creo que puedes conocer a otra gente hasta que encuentres a tu compañero, pero si esa es tu decisión, es tuya y de nadie más, así que debe ser respetada. Por otro lado, igual resulta que Mark es tu compañero y estás perdiendo el tiempo…” Por algún motivo cuando digo eso siento una punzada de celos. Creo que soy imbécil, eso o las hormonas de la adolescencia me juegan una mala pasada. Ellie no me gusta y le acabo de decir justamente que respetaría su decisión, y voy y me pongo celoso de lo que le acabo de decir.
“Gracias, alfa, creo que tienes razón… No creo que Mark sea mi compañero, y no me gustaría, la verdad… Si tiene que ser alguien de mis amigos, preferiría cualquier otro, aunque hayan estado con otras personas, solo por la actitud que tiene Mark ahora mismo”.
“Ellie, ¿puedes llamarme Eros, por favor? Al menos cuando estemos los dos juntos, aunque no nos conozcamos demasiado… el rollo formal este no me gusta, menos cuando estamos teniendo una conversación más o menos profunda, es como si enfriase el ambiente”. Creo que es la primera vez que le digo algo así a alguien que apenas conozco, por algún motivo que me llame alfa suena raro, por muy normal que me parezca que me llamen así otros.
Ellie asiente y cuando se tranquiliza nos vamos directos a su casa.