Capítulo 4
513palabras
2023-06-28 17:44
Ellie decidió respirar y recuperar la compostura. En un intento de parecer que para nada le estaba afectando que un chico así le estuviese hablando, le respondió.
“¡Ostras, alfa Eros! Ciertamente no recuerdo mucho esa semana, pero sí que conozco a tu padre. La verdad es que no te había reconocido por qué no recuerdo haberte visto en las reuniones de las manadas”, dijo Ellie, sonando lo más digna posible.
“Fácil, he estado estudiando en el extranjero. Mi padre decidió que lo mejor era que estudiase en un instituto de fuera para que así conociese más gente y tuviese más visiones del mundo y de las perspectivas de la gente, así que no lo he podido acompañar en las reuniones ya que regresé hará 3 semanas, dos días después de la última reunión.”

Ellie asintió, sentía un poco de vergüenza, pero curiosamente se sentía bastante cómoda hablando con Eros. Se disponía a preguntarle por sus estudios en el extranjero cuando un gruñido bajo se oyó cerca. Ellie y Eros se giraron y observaron a Derek, que parecía molesto por la complicidad de estos dos y que sentía que Eros estaba adelantando terreno en algo que le pertenecía.
“Siento interrumpir este bonito reencuentro, pero Ellie, creo que deberíamos bajar al comedor y ponernos al día, prácticamente no te he visto en todo el verano y creo que tú y yo tenemos algún asuntillo pendiente”. Ellie hizo una mueca que no pasó desapercibida para Eros, y como no se le ocurrió como librarse del pesado de Derek, accedió. Despidiéndose de Eros bajó hacia el comedor con Derek, mientras este le taladraba la cabeza con promesas vacías y palabras melosas que Ellie conocía de sobra. Pero a ella no le importó lo más mínimo, de hecho, cualquiera que los mirase por más de un segundo se podría dar cuenta que Ellie estaba en otro mundo, uno en el que seguía conversando con Eros y no tenía que estar soportando al imbécil este.
Después de recoger las bandejas para el almuerzo, se sentaron en una de las mesas y mientras Derek seguía con sus batallas y su palabrería, Ellie sacó su teléfono y respondió a los mensajes de su familia, indicando de paso que se había reencontrado con Eros, y les mandó un mensaje pidiendo ayuda a sus amigas.
“Ejem, es de mala educación no prestar atención a un colega mientras te está hablando, Ellie”. En ese momento ella levantó la cabeza de su teléfono, suspiró y recogiendo todo el valor del que disponía, se decidió a repetir las palabras que ya había soltado en 5 ocasiones.
“Lo siento, Derek, estaba hablando con mi familia que me preguntaba por las clases. Siento ignorarte, pero, como ya te he dicho en alguna ocasión, tu palabrería no funciona conmigo, no me interesas y no me interesa tener nada contigo, así que, por favor, te agradecería que no insistieses más en el tema”. Ellie soltó las palabras como un discurso que ya tenía muy aprendido, pues ya estaba bastante harta del tema, aunque sabía que éste caía en saco roto.