Capítulo 36
2622palabras
2023-06-07 04:59
DAVID
La mañana siguiente despierta temprano debido a la emoción que desprende mi acelerado cuerpo y corazón. El nuevo día comienza con la odiosa luz de la mañana que impacta directamente con mi rostro, a pesar de que debo molestarme, no me interesaba porque tengo mejores cosas que hacer que pensar en los rayos solares.
Camino hasta el baño para darme una refrescante ducha y liberar mi estresado organismo. Luego de que estoy totalmente perfumado, vestido con ropa informal y cómoda saco el pestillo de mi puerta abriéndola. Comienzo a caminar por el inerte pasillo libre de retratos hasta llegar a las escaleras bajándolas.
En el camino mi nariz percibe el un olor delicioso que activa las glándulas salivales de mi boca. Paso a paso llego hasta el lugar específico donde proviene el delicioso aroma pasando el comedor hasta llegar a la cocina. Al entrar mama está frente a la cocina moviendo el mango del sartén friendo quien sabe qué, al contrario de papá que se encuentra sentado en un taburete leyendo el periódico, nada raro en el.
-Hijo ya está aquí –Pronuncia mamá con alegría –Ven siéntate hice tortillas de harina, las que te gustan.
-Gracias mamá, pero no comeré aquí.
-¿Por qué hijo? ¿Qué tienes que hacer?
-Tengo que irme –Miro mi reloj comprobando la hora y ya es tarde- Ya voy tarde.
-¿A dónde iras David? –Pronuncia ella alzando una de sus cejas.
-Es una sorpresa mamá, luego te lo diré.
-Esa no es la respuesta que quería escuchar David –Me acerco a ella y le doy un beso en la frente.
-Lo se mamá pero solo es lo que te diré por ahora, soy un candado. Lo siento –Me acercó a papá para despedirme de el dándole un beso en abundante cabellera de tonalidad gris y negro.
-Hasta luego mamá, papá –Salgo de la cocina.
-Sabes que de de esta no te salvas.
-Lo sé mamá. Pero prometo que cuando llegue el momento serás la primera en saberlo.
-Está bien y por favor come, está muy delgado–Grita mamá desde la cocina cuando ya he salido de ella.
-Lo hare mamá. –Devuelvo la respuesta.
Abro la entrada cogiendo las llaves en el camino. Cierro la puerta y camino hacia el auto quitando el bloqueo a la distancia, de manera rápida abro la puerta del piloto cerrando con rapidez. Introduzco la llave en el lugar correspondiente y la giro, el motor comienza a rugir muevo la palanca haciendo presión con mi pies en el acelerador. Dejo la casa atrás y comienzo a seguir el camino lleno de maleza que me dirige hacia la carretera.
Estaciono frente a mi cafetería favorita para comprar un delicioso desayuno. Al pasar el lumbral del local la campanita suena anunciando mi llegada y varias de mirada se posan mi, de igual manera las ignoro caminando hacia el mostrador que por casualidad se encuentra vacio.
Hago mi pedido al chico que se encuentra al otro lado del mostrador pidiendo lo que usualmente pido, pero con la diferencia que esta vez lo hago para dos personas. Espero el tiempo necesario para la entrega de mi pedido y me siento en los cómodos taburetes adheridos al reluciente piso al otro extremo del mostrador.
Mientras pasa los minutos mi mirada pasa por toda la estancia repasando a las personas ir y venir con algún café entre sus manos o a algún jugo o panqué. Hasta que escucho la voz del chico anunciando que mi pedido está listo camino hacia el agarrando la funda que me estira, dejándole una propina salgo sonando nuevamente la pequeña campanita en la puerta, hasta que mi cuerpo impacta con algo o mejor dicho alguien, dirijo mi mirada hacia el causante del impacto y me sorprender ver al hermana de la mujer que rompió mi corazón.
-David eres tú. ¡Oh tenia tanto tiempo sin verte! ¿Cómo estás?
-Bien, pero tengo que irme.
-Bueno me alegro mucho verte.
-No puedo decir lo mismo. –Y me voy.
Miro mi celular y luego el edificio frente a mi confirmando la dirección que me mando por mensaje Luna. Sin embargo yo ya la conocía, me sorprende ver que este edificio esta pronto a caerse. Sin perder más tiempo salgo del auto cogiendo la bolsa llena de comida con mi mano derecha. Cierro la puerta ubicándolo el seguro a la distancia y comienzo a mover mis pies uno atrás de otro hasta la llegar a la puerta desgastada que me indica que es la entrada. Empujo de ella que a simple vista parece vieja y de los años ochenta por qué rechina, es pesada aunque para mí no es nada, ya que la abro con facilidad.
En el momento que estoy dentro una ola de calor me saludo junto a un escritorio a mi derecha en la que se encuentra un señor canoso que parece ser el guardián de este viejo edificio. Me acerco lentamente a él, que parece no captar aun mi llegada y antes de abrir mi boca aparece una mujer que a simple vista parece una persona mayor.
-Buenas Tardes ¿Que se le ofrece?
-Buenas Tardes si no es mucha molestia quisiera saber en qué piso se encuentra el departamento de Sara.
-¿Quién es usted?
-Soy su novio –Se que ella me matara, pero debo jugarme la todas y debo comenzar por algo.
-Es su novio –Pronuncia la mujer con ingenuidad.
-Si –Le afirmo nuevamente. –Entonces en su arrugado rostro aparece una gran sonrisa.
-Mucho gusto mi nombre es Mary, soy la dueña de este edificio.
-Mucho gusto soy David.
-¿Y que lo trae por aquí?
-Vengo a ver a Sara.
-A Sara... ¡Cierto ya lo menciono! Disculpe soy muy olvidadiza.
- No se preocupe,
-Pero aun no me ha dicho la razón joven
- Le traje el desayuno. Quiero sorprenderla.
Escucho la puerta nuevamente ser abierta y en el aparece un joven un poco más bajo que yo.
-¿Y quién es usted? –Pregunta el.
-El novio de Sara, Raimon–Le dice Mary.
-El novio de Sara –Dice el con un asombro.
-Si hace poco comenzamos nuestra relación.
-Ella nunca lo comento.-Murmura el chico.
-A que bueno entonces ya le habrá comentado sobre el desalojo.-Dice Mary captando toda mi atención.
-¿Desalojo? –Pregunto sin saber lo que ocurre.
-Si hace unos días vendí este edificio y por ese motivo todos los inquilinos están desalojando los departamentos ¿Que no sabía?
-No. No lo sabía ella nunca lo menciono.
-Lo siento no era mi intención decírselo, imagine que ella ya lo había hecho.
-No se preocupe se le habrá pasado por alto. Ahora solo quiero sorprenderla. Disculpa que lo vuelva a preguntar pero donde se encuentra el departamento de Sara.
- En el tercer piso puerta C.-Pronuncia el guardián.
-Gracias Ramón.
-Me voy tengo que seguir empacando–Pronuncia el chico a mi lado.
-Hasta luego Raimon.
-Hasta luego señora Mary. –Y así desparece de nuestras vistas.
-Es un buen chico, pero la chica de la cual está enamorado no parece gustarle. Igual en que estábamos.
-En que iré donde mi novia para sorprenderla.
-¡Cierto! No te entretengo mas, puedes seguir. –Comienzo mi caminata hasta el ascensor
-Joven, joven, David-Me llama la señora y giro.
-Dígame señora Mary
-Dime Mary. Solo quería decirte algo por favor escucha con atención. –Toma Aire -Cuídala ella es muy especial a sufrido desde pequeña, no la decepciones ella merece el cielo. Y pareces un buen muchacho y se ve que la quieres mucho.
-La amo.
-Me alegro. Pero te lo digo por experiencia en algunos momentos ella quera alejarse de todos, solo debes tenerle paciencia y recordarle que estas hay para ella.
-Porque me dice esto.
-No es mi responsabilidad que sepas lo que paso a ella. Solo cuídala.
-Lo hare .Gracias.
-De nada ahora camina. –Me apresura.
-La Dama espera y no es de caballero hacerlo esperar.
– Entonces iré con mi bella damisela. Gracias por el consejo.
-Espera si quieres sorprenderla es mejor que yo suba contigo para abrirte la puerta.
-Está bien
-Entonces sígueme.
-Está bien
-Que buen muchacho no perdamos más tiempo.
Comenzamos a caminar subiendo el estrecho corredor de las escaleras porque al parecer el ascensor esta averiado. Damos varias vueltas subiendo los infinitos escalones hasta que ella desvía hacia un corredor y se ubica frente a una puerta con la letra C la cual ella menciono anteriormente que vivía Sara. Mi corazón comienza a volcarse de mi pecho bobeando más rápido que de costumbre.
-Llegamos chico. ¿Emocionado?
-Más que nunca. –Introduce la llave y la gira abriendo la puerta, dejando un pequeño espacio para que yo entre.
-Suerte – Me dice girándose y siguiendo el mismo camino por donde vinimos.
Vuelvo la mirada nuevamente a la puerta a la puerta color caoba que se encuentra en la misma posición. ¡Dios como debo actuar! ¿Se sorprenderá al verme? ¿Me golpeara? Aunque en mi mente se reproduce varios escenarios al empujar la puerta ninguna de ellos se compara con lo que estoy viendo ahora.
El departamento está lleno de pilas de cajas amontonadas. Agarrando con fuerza la bolsa donde tengo la comida me introduzco en la habitación de manera rápida y cierro la puerta. Camino dirigiendo mi mirada a todos lados posibles del departamento buscando su presencia, hasta que la encuentro en el piso totalmente sucia y recibiendo el aire frio que se traspasa por la ventana.
Tiro la comida en el piso apresurándome a su cuerpo, su piel esta fría como me lo imaginaba. La cojo entre mis brazos tratando de buscar un lugar cómodo y calentar su cuerpo con el mío, con mi nariz busco su habitación, me concentro donde se encuentra más concentrado el olor que desprende su cuerpo y la encuentro.
Empujo la puerta con mi pie izquierdo y al entrar mi vista choca con un colchón en el suelo. Lentamente camino hacia él y me agacho para depositar su frágil cuerpo en el. Primero comienzo asentando una mis rodillas hasta que poco a poco dejo su cuerpo descansar en la suave superficie. Me alejo un poco para recorrer mi mirada por su cuerpo. Decido quitarle la ropa, lo hago lentamente tratando que no se despierte hasta dejarla en ropa interior.
-Debo controlarme – Murmuro, pero es muy difícil.
Con pesar me alejo tratando de contener las ganas de quedarme con ella y despertarla. Tomando muchos bocados de aire agarro la sabana y la cubro con ella. Vuelvo nuevamente a la sala buscando la bolsa que arroje en el piso con desesperación, al abrir la comida está totalmente intacta lo cual me alegra.
La recojo y camino el pequeño mesa que divide la cocina de la sala que está enfrente de mí. Comienzo a buscar platos para depositar la comida en la alacena pero están totalmente vacías. Posando mi mirada en la infinidad de cajas me dirijo hacia ellas buscado la que me indique que ahí se encuentran los platos y la encuentro a lado de la que dice vasos y tazas, la cual me facilita el trabajo.
De manera rápida abro la caja de platos y saco algunos ubicándolos en el mesón junto a dos tazas de diferentes colores. En el primer plato deposito un pedazo de pie de arándonos con moras azules siguiéndole con lagunas tortillas de harina al igual que el segundo plato, luego vierto los capuchinos las dos tazas y listo. Vuelvo al retomar el camino hasta la habitación y la encuentro totalmente despierta mirando a todos lados de manera desorientada, mientras su sostén de encaje blanco me da una buena vista de sus pezones.
-Ya estas despierta –Anuncio mi llegada. Su mirada se dirige a mí mostrándome coctel de emociones desde la confusión hasta el desagrado.
Después de una acalorada conversación decido tomar fuerza en algún lugar de mi y salgo de habitación caminado el mismo camino hacia la cocina tratando de dispersar mi mente, lo cual es inútil porque la escena antes vista por mis ojos es muy difícil que desaparezca de mi cabeza.
Después de que pasan algunos segundo vuelvo nuevamente a comunicarle de la comida y la veo en otra posición, donde me deja ver con más esplendor todos sus atributos
¡Por que el pinche destino nunca puede estar de mi lado!
Tomando una gran fuerza de voluntad me hago el desentendido de la escena que se presenta ante mis ojos y vuelvo a irme. Sin embargo a medio camino recuerdo que Sara no tiene toalla, entonces comienzo a buscar en las infinitas cajas hasta que encuentro una.
Me dirijo hacia su habitación y entro lentamente para no incomodarla y que tenga otro motivo porque odiarme. Sin embargo no la encuentro, pero en cambio escucho el sonido de las gotas caer de la ducha. No obstante lo que causa mi incertidumbre es el casi silencioso llanto que tiene origen el baño.
Caminando de manera apresurada giro la perilla quitando fácilmente el seguro puesto por ella. La escena que se presenta frente a mis ojos destruye una parte dentro de mí. Ella se encuentra en el resbaladizo piso de la bañera sollozando mientras se sostiene las rodillas, la lluvia artificial que sale por la regadera remoja todo su cuerpo, importándome poco mojarme entro tirando la toalla en el piso. Me introduzco en la bañera y la rodeo con mis brazos tratando de trasmitirle todo mi apoyo.
Entonces se deja ir mostrándome su dolor, pero lo que ocurre después no lo puedo controlar y aunque intento activar mi sentido común no puedo es muy difícil. Le agarro las piernas separándolas pata meterme entre ellas y acto reflejo ella rodea mi cintura, la levanto sacándola del bañera sin dejarla de besarla. Las gotas de agua caen al piso con una lluvia mojando el camino que seguimos, pero lo ignoro.
Con mis pies comienzo a trazar el pequeño camino hasta el desgastado colchón y tiro nuestro cuerpos en el. Después de gastar sus deliciosos labios aparto los míos, para esparcir más besos húmedos por su cuello, bajando por su hombro hasta llegar a la montura de sus senos. En el que no demoro en darle atención. Comienzo primero a repartir besos en el seno izquierdo hasta que introduzco su pezón en mi boca y comienzo a succionar, sin dejar de darle atención al otro y luego hago lo mismo con el otro.
Después de varios minutos puedo sentir lo mojada que esta, cuando mis dedos bajan hasta su zona sensible.
-¿Quieres que lo haga Sara?
-Si –Murmura ella sin aliento.
-No hay vuelta atrás ¿Lo sabes? –Lo digo tratando de controlarme.
-Lo sé –Pronuncia ella con pesar y asi lo hago, introduzco una de mis dedos, mientras con el otro comienzo a jugar con su clítoris hasta que su cuerpo se tensa anunciándome que está por venirse.
-No te resista córrete para mí. –Y así lo hace se corre para mí, solo para mí.
Aparto mi cuerpo un poco del suyo para ver su rostro en el cual esta se encuentra en color carmesí y su mirada ¡Oh su mirada! Desprende deseo y satisfacción, todo lo que necesito para vivir. Pero solo puedo avanzar hasta aquí, quiero ir de poco a poco. Ella tiene que acostumbrarse a mí. Aunque mis pantalones digan lo contrario, ya fui demasiados lejos y debo darle tiempo.
-Aunque me gustaría seguir mi hermosa Luna, en un momento llegara los de la mudanza -Su aliento sale de manera desacelerada de sus labios–Y no quiero que nos encuentre desnudos –El brillo en sus ojos me llama a que termine lo que comencé. Pero ¡Dios! No puedo. Ella merece más que un puto polvo en este desgastado colchón. Ella merece las estrellas. No, ella merece la galaxia entera y yo seré el encargado de dársela, por la simple razón de que la amo.