Capítulo 35
1761palabras
2023-06-07 04:58
DAVID
Guardo el teléfono y vuelvo mi mirada hacia la discusión de mis padres que pasando los segundos se comienza a elevar y como veo que esto es para largo, tomo la decisión de salir de este campo de batalla, tomando el camino hacia la cocina, para servirme un vaso con algo líquido, porque mi garganta está pidiendo a gritos rasposos algo para beber.
Abro la alacena buscando un vaso para servirme, cuando lo tengo cierro y voy hacia el refrigerador. Rodeo el mango de la puerta tirándola hacia mí para abrirla. Agarro la jarra de agua que es lo primero que mis ojos captan y lleno el vaso del transparente liquido, vuelvo a ingresar la jarra y me siento en uno de los taburetes de la cocina.

Vierto el agua en mi garganta tomando pequeños sorbos para calamar mi sed. Pasando varios minutos escucho pisadas que tienen como fin la cocina. Por el rabillo de mi ojo izquierdo veo que la primera en ingresar es mamá seguida de papá y por lo visto, ya están más tranquilos.
-¿Ya terminaron? –Pregunto para saber en qué términos quedo esta discusión.
-¿Que quieres comer? –Ignora mama mi pregunta, dándome a conocer la respuesta obvia de que no me meta en sus asuntos.
-Ya merendé mama. No te preocupes.
-No me estas mintiendo ¿Verdad?
-N o mama, no podría.

-Está bien –Se sienta a mi lado en el otro taburete.- Hare como que te creo. Pero pasando a otro tema hay algo que está causando varias dudas en mí.
-¿Qué cosa mama? ¿Te sientes mal? ¿Sucedió algo?
-No hijo estoy bien. Sin embargo esto no se trata de mí sino de ti.
-¿De mi?

-Sí. Tu padre me comento que has encontrado a tu Luna –Dirijo una mirada de enojo a mi papa que se encuentra al otro extremo de la cocina cerca a la puerta. ¿Cómo este hombre siendo un antiguo Alpha no puede mantener la boca cerrada? ¡Qué estrés!
-No puedo esconderle nada hijo, ella lo sabe todo.
–No me digas papa –Pronuncio con sarcasmo.
-Si hijo, recuerda que soy tu madre y tengo el derecho a saber todo para protegerte.
-Mama deje de ser un niño hace mucho tiempo.
-No me contradigas, soy tu madre y la chica... -Aquí vamos –La conozco.
-No mamá....
-¿Cuando la puedo conocer ?–Me interrumpe.
-No lo sé ella es una mujer ocupada. No tiene tiempo.
-Pero tendrá tiempo para mí. Seré su suegra.
–No creo que le guste esa idea mamá –Murmuro.
-Que dijiste hijo.
-Nada Mama.
-¿Y para cuando la conoceré? –En tu otra a vida.
-¿Cómo?... Papa no te comento.
-Que tenía que comentarme tu padre. –No tendría que haberlo dicho.
-Ahh...... Nada mamá.
-¿Como que nada? Sabes que si tu no me lo dices, me lo contara tu padre ya sea a las malas.
-Lo sé.
-Asi ¿Qué prefieres?
Tomando una difícil decisión decido contárselo.
-Te lo contare mamá. Pero antes te diré algo. Ok.
-Dime hijo.
-No quiero que me interrumpas, lo que te contare es muy importante y no es muy fácil para mí decirlo.
-Está bien hijo. No te interrumpiré, pero ya quiero que comiences.
-Promételo mamá
-Lo prometo.
-No te creo..
-Hijo.
-Mamá.
-No te interrumpiré promesa. –Dice sacando su dedo meñique.
-Muy bien, te creeré por ahora mamá.
Asi que comienzo a contarle evitando las partes en donde me comporto como un idiota con Sara.
-Para resumir, ella no sabes aun lo que eres.
-Si Mamá.
-Pero aun no entiendo porque no se los has dicho. No creo que ella salga corriendo.
-No es sencillo mamá.
-¿Porque Hijo? Yo soy una mujer normal y no salí corriendo cuando tu padre me dijo lo que era.
-Porque no le creíste y el tuvo que mostrártelo para que le creyeras.
-De igual manera no salí corriendo hijo.
-Pero esto es diferente mamá.
-Solo debes ser sincero y estará todo solucionado.
-No lo creo Mamá. Esta situación es un poco....complicada.
-Porque hijo, por lo que me contaste no lo veo asi.
-Es que tu no entiendes Mamá ella me odia- Le grito perdiendo lo estribos –Y con justa razón –Murmuro al final con tristeza.
-Y porque te odia tanto –La miro debatiéndome en decirle –Dime, porque presiento que me estas ocultando algo.
Silencio
-Hijo confía en mí– Lo dice de manera lenta, tomando aire –Lo arreglarnos juntos.
-Cuando la conocí no me pude controlar. Mamá su olor era tan adictivo que me volvió loco y bueno –Tomo aire -La salve de una situación vergonzosa en el piso.
-No entiendo.
-Te explico. Ella estaba a punto de caerse y la sostuve para que no llegue al piso, ya que habían muchas personas a sus alrededor, que si ella caía la pisarían y golpearían sin importarle nada.
-Eso es bueno ¿No? La ayudaste, debe estar agradecida.
-Si me dio las gracias. Pero yo lo arruine después, hice que perdiera su trabajo por reclamarla al frente de gente desconocida sin antes prepararla.
-Recién las conocías hijo, no pudiste hacer nada.
-Lo sé mama. Pero me siento responsable porque hice que perdiera su trabajo.
- Hijo...Sé que cuando encuentran a su otra mitad su cordura se pierde. Pero no pueden hacer nada.
-Lo sé Mamá... Lo sé.
-Pero la has vuelto a ver, hablar con ella.
-Si.
-Entonces conquístala.
-No es tan fácil mamá, cada vez que intentó acercarme a ella, me evita como si tuviera la peste bubónica.
-¿Qué?
-Tu hijo es un bruto mujer -Dice Papá en el mismo lugar a un metro de mi.
-Tú no digas nada Ignacio, porque te recuerdo que tu también fuiste un verdadero cavernícola cuando me conociste.
-Pero eso es pasado mi amor. Ahora soy otra persona.
-Más te vale Ignacio, mas te vale -Bueno hijo en que estábamos
-En como la conquistaría.
-No has intentando sorprenderla con un regalito, como una pequeña cena o un desayuno-Y como arte de magia viene a mi mente la conversación que tuve con Luna.
-Tienes razón mama y tengo la oportunidad perfecta para hacerlo.
-¿Cómo?
-Sara se va a cambiar de casa.
-¿Como lo sabes?
- Luna me llamo para que la ayudara a ella con el cambio.
-Y como Luna sabe que ella se cambiara ¿Que son amigas?
-Se me olvido mencionártelo, ella es la nueva niñera de Meredic.
-Eso es increíble. Entonces no pierdas tiempo hijo, aprovecha la oportunidad.
-Si mama la aprovechare.
-Entonces de ser un bruto.
-Ignacio –Le reprocha mama
-Si papa, no seré igual que tu.
-Que intentas decir con esa frase David.
-Nada Papa.
Sin esperarlo nuevamente comienza la batalla, donde mi papa es abaleado de palabras por parte de mama. Entonces yo solo me siento a observar maquinando en mi mente un buen plan para una maravillosa velada para conquistar a Sara. La medianoche a caído, el reloj frente a mi lo indica y aunque me gustaría seguir divirtiéndome del acto improvisado de mis padres, tengo cosas que hacer. No puedo perder tiempo.
Dejando mi vaso vacio en el lavamanos, salgo de la cocina evitando estar entre medio de mis padres y su intercambio de ideas en palabras variadas. Camino directo a mi habitación subiendo las escaleras. Al estar frente a la puerta giro el picaporte abriéndola frente a mí. Entro y cierro ubicando el cerrojo para que mama no me moleste, me deshago de la ropa pieza por pieza mientras voy caminado hacia el baño para tomar una ducha.
Cuando estoy totalmente desnudo abro la llave de la bañera para que el agua se nivele a una temperatura que pueda relajar mi cuerpo de tanto estrés acumulado. Cuando está todo arreglado sumerjo mi cuerpo debajo de la lluvia artificial mientras mi mente comienza a divagar en los últimos acontecimientos de los días pasados.
Me siento abrumado.
Todo lo que hago o planeo sale mal y odio no poder hacer nada cuando Sara está en peligro, aunque no es siempre. Porque aun sigo en alerta por la aparición de Daimon y aunque quiera negarlo aquella visita no fue una simple coincidencia y tengo que estar en alerta. Porque Sara es todo lo que más me importa en esta vida y aunque no la he conquistado aun me siento un suertudo con lo poco que me da. En el momento que ella se aferro a mí como una balsa en un océano desconocido, se sintió como el mejor regalo de toda una vida.
Me aplico el jabón líquido en mi cuerpo y lo esparzo restregándolo en cada zona. En el tiempo que termino de restregar todas las zonas mi cuerpo, vuelvo a sumergirme en la lluvia artificial, cuando estoy libre de todo jabón cierro la llave, abro la puerta transparente y salgo cogiendo dos toalla con una rodeo mi cintura y con la otra comienzo a secar mi cabello.
Salgo del baño entrando a la habitación, pero salto al ver a mi mama adentro
-Que dia.... ¿Cómo entraste mama?
-Tu padre me abrió. –Siempre el tan caritativo el hombre ¡Qué horror! –Te traje ropa limpia por si la llegas a necesitar la mañana.
-Gracias Mamá.
- Hasta mañana que duermas bien –Se pone en puntillas y me da un beso en la frente. –No te quedas hasta tarde. Bien
-Si Mamá. Hasta Mañana que duermes bien.
-Tu igual hijo. –Cierra la puerta atrás de ella.
Abro el cajón donde se encuentra mi ropa interior, suelto la toalla de mi cintura, me pongo el calzoncillo que elegí y me tiro en la cama. Cierro mis ojos tratando de conciliar el sueño pero es imposible cuando en lo único que piensas se reproduce en mi cabeza como un case de video
–Necesito liberar esta tensión –Pronuncio.
Me levanto de la cama y camino hasta la puerta de mi baño donde se encuentra una barra de metal donde liberare toda esta tensión en mi cuerpo. Rodeo la barra con mis dos manos y me alzo para hacer la primera flexión de brazos para seguir con las demás. Han pasado muchos minutos por lo que creo y aunque no llegare ha saber con exactitud el tiempo que ha pasado, me da igual porque esta coyuntura me tiene sin cuidado.
Cuando mi cuerpo no puede más y mis manos están levemente adoloridos, sudorosas y el tanque de mi cuerpo está lleno. Me tiro a la cama cerrando mis ojos, dejando que el cansancio y el sueño me lleven a un nuevo universo en el que no temo a nada, en el cual soy el príncipe que salva a la única mujer que rompió mi duro y terco corazón.