Capítulo 19
1718palabras
2023-06-07 04:29
SARA
Esto no es correcto es el hermano de mi jefa y cuñado de mi jefe ¿Qué coincidencia? Tener cerca al hombre que arruino la poca vida que forme durante esto años de soledad.
Y ¿Qué estoy haciendo? Consto en este mismo instante he roto o mejor dicho he quebrantado la regla de oro.
No relacionarme con la familia a nivel sentimental. Bueno en teoría seria no meterme con alguien de la familia. Que en pocas palabras es no enamorarme de él.
¿Cómo?
Fácil.
Me acabe de dar un beso con la persona más poderosa en este país y que cabe recalcar que es familia de mis jefes. Y estoy defraudando a aquellos que confiaron en mí al darme este trabajo.
¡Esto es un suicidio!
Completo que por este arrebate podría perder mi trabajo y todo lo que he conseguido en este poco tiempo solo en pocas minutos.
¡Oh por Dios!
¿Qué he hecho? Me estoy dejando guiar por el deseo y no está bien. Yo vine a trabajar, no coquetear con un hombre que despierta tantas emociones en mí desde odio a deseo.
¡Qué estupidez!
Mis oídos no son capaces de captar las siguientes palabras que salen de sus labios. Estoy consternada, confundida, perdida. Me obligó a cerrar los ojos e inhalar con lentitud antes de aparatarme completamente de él.
-Señor McQueen esto no es correcto yo... Yo necesito alejarme y pensar. –Así que me alejo. De todo, de su toque, de sus besos, de su cuerpo sintiendo el vacío de su toque. Al que yo debo ignorar. Intento ser lo más fuerte ante la separación de nuestros cuerpos, pero era difícil siento que su toque es vital en mí. Y no puedo darme el lujo de sentir algo por él.
Él está prohibido.
Me alejo completamente de él, dando largos pasos a través del agua. Un nudo se comienza a forma de manera acelerada en la boca de mi estómago. Que se toma el atrevimiento de unirse con las lágrimas retenidas en el iris de mis ojos.
¿Cómo puedo ser tan idiota?
Dejarme enredar por sus palabras y sus besos. Yo no soy así. Nunca me había sucedido algo parecido. Por la simple razón de que huía de la población masculina, que buscaba algo de mí. Sea a nivel sentimental o carnal. Pero ahora ¿Cómo actuare frente a su persona? ¿Cómo me guardare esto que está surgiendo en mí? Como una bomba que pronto llegara a la fecha límite de explosión.
¿Cómo?
A una velocidad sobrehumana salgo de la piscina ignorando las gotas que se escurren por mi cuerpo mojando el césped. Me apresuro a caminar lo más lejos de la persona que está alterando la poca estabilidad emocional que me queda.
Vuelvo a repetir. Nunca he pasado por esto. No sé si tengo que propinarle un buen golpe o mostrarle cariño para dejarle claro que me deje en paz. Me siento como chica perdida entre las montañas a la hora de actuar frente a él. Y dudo ¿A quién debo pedirle perdón? a Luna, la persona que confió en mí o a Dios por estar pecando de una forma tan atroz que no me caracteriza. Rompiendo la séptima regla de los diez mandamientos. Que consiste en no cometerás adulterio.
¿Qué hago?
Así ya se. Perdonar menos a uno.
Porque ni en mis peores sueños le pediré perdón a un hombre que me quiere como un trofeo para su colección. Por la simple razón de que es conocido por ser un mujeriego. Que busca conquistas donde reproduce las repetitivas frases que engatusan a mujeres a entregarse ante su merced. Pero se ha equivocado conmigo. Yo no daré mi cuerpo a torcer, primero muerta que mal acompañada.
Los movimientos de mis pies son tan repetitivos que me asustan. Solo dando vueltas como un perro que intentan atrapar su cola como su meta. En cambio, yo lo único que quiero atrapar es una respuesta precisa para este embrollo que se formó en mi cabeza. La cual nunca llagare alcanzar. Siendo sinceros.
¡Qué tormento!
Mis oídos se activan rápidamente al escuchar mi nombre ser llamado a gritos. Deambulo mi mirada buscando al responsable que requiere mi acto de presencia y al encontrarlo la sonrisa sale involuntariamente de mis labios. La pequeña responsable que quiere mi acto de presencia es la hermosa y cautivadora Meredic que intenta soltarse de su padre para llegar hasta mí. Sin embargo su papa se niega a soltarla.
En el momento que la mirada del señor y la mía impactan le hago una señal con mi mirada que la deje ir. Entonces la suelta. Al estar ella liberada no se hace esperar y corre hacia mis brazos extendidos que la revisen con desesperación estrujándolo en ellos. La cual me reconforta. Porque junto a ella los problemas que rondan por mi cabeza desaparecen. Segundos más tarde ella se separa de mí sin perder su sonrisa que tiene la perdida de algunos dientes.
-Sara ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Si amor. Claro
-¿Te gusta mi tío? –La pregunta me deja noqueada y perdida entre las penumbras del aire cálido que silba cerca de mis oídos.
-¿A qué viene aquella pregunta mi amor? –La contracto con otra pregunta para confundirla. Porque para ser sinceros ahora no tengo respuesta.
¿Realmente me gusta ese hombre?
-Porque mi papi dijo; Que mi tío te quería conquistar. Porque tú le gustas –Mi cuerpo enrojece no de enojo sino de vergüenza. El sabrá las razones precisas de porque su amigo me persigue o es otro cómplice mas. –Y bueno yo no quiero que mi tío vuelva a traer a Mayra. No me cae bien.
- ¿Quién es Mayra? Meredic. –La curiosidad me delata antes de tiempo.
-Fue la anterior novia de mi tío. Él siempre la traía aquí y decía que era su amiga. Pero yo siempre escuchaba a mama decir que era su novia por se besaban. Y cuando mi tío me dejaba sola con ella me decía que era un estorbo en sus vidas y que mi tío no me quería.
-Pero eso no es verdad mi amor. Él te adora. Al igual que yo.
-Sí lo es. Porque él se alejó de mí y nunca más volvió por su culpa. Hasta ahora.
- ¿Tus padres lo saben?
-No –Murmura
- ¿Por qué?
-Porque mi mami quiere mucho a mi tío y si le decía que su novia era mala conmigo. Lo iba a odiar. Y no quería eso. El es mi tío y yo lo amo. Y mama también no podía romperle el corazón es su hermano. Par mama la familia es lo primordial.
-Eres tan valiente mi amor. Yo no sé qué habría hecho en tu lugar.
-¿Enserio? Crees que soy valiente.
- Si Meredic Eres mi ejemplo a seguir –Prometo romperle la cara al el por idiota y a ella por cobarde. Amenazar a una niña. Que bajo a caído aquella mujer. Y lo peor que no la conozco y ya me cae mal.
-Gracias. Pero yo quiero que tú seas mi tía eres buena y me quieres.
-Mi amor...
-Serias muy buena para él y nunca lo alejarías de mi ¿Verdad?
-Meredic
-Ninguno de los dos se alejaría de mi –Murmura –¿Tú me quieres Sara?
-Claro que te quiero corazón. Pero no gusta tu tío –Mientes.
-¿Por qué? Es muy guapo –Porque es un idiota.
-Debo conocerlo mejor. Mi amor.
-¿Conocerlo? Pero ya lo conoces. Es mi tío – ¿Cómo le explico?
–Que... Bueno... Bueno no somos amigos porque.... Porque no hemos pasado tiempos juntos –Soy buena.
-Ah ya. Entonces vamos para que para que sean amigos y así tú serás mi tía. –Esta niña tiene mucha imaginación.
Deambulo mi mirada buscándolo entre el área verde que nos rodea y rogando que no esté cerca de mí o que no esté aquí. Doy gracias a Dios que se encuentra entretenido hablando con la señora Luna es mi gran oportunidad.
¡Excelente!
No quiero volver a estar sola con él. Al solo pensarlo mi cuerpo comienza a hormiguear por la desesperación de su cercanía. ¿Esto está mal?
¡Claro que sí!
Este hombre está prohibido para mí. El es el enemigo que me lleva a cometer el pecado sin mirar atrás o lamentarme por ello. No me lo debo permitir soy una mujer hecha y derecha que debe tomar decisiones pensando en su persona. Las cuales no me deben afectar claro está.
¿Qué me pasa?
En el momento que me percato de las intenciones de Meredic la detengo, agarrando sus hombros y girándola hacia mí.
-¿Qué tal si vamos con el después de que termine de hablar con tu mami?
-¿Por qué?
-Porque es...
-Malo interrumpir las conversaciones de los mayores –Completa ella por mí.
-Bien. Lo tienes claro. Entonces ¿Qué opinas si pasamos el rato jugando? ¿Te gusta la idea?
-Si juguemos. Podemos hacerlo con la pelota en la piscina.
-¿En la piscina? –No puedo volver a entrar ahí.
-Sí. Me prometiste que me enseñarías a nadar sin flotadores ¿Lo recuerdas? ¿Verdad? –Cierto que mala cabeza la mía. De esta no me salvo.
-Claro que lo recuerdo mi amor. Entonces qué esperas para ir a ver la pelota. –Debo alejarme lo más que pueda de ese señor.
-Bien.
-Yo te espero en la piscina. Ok
-Ok –Rodeo su muñeca –Y ten mucho cuidado al correr te puedes caer y lastimarte. ¿Está claro?
-Sí. Lo entendí.
-¿Enserio? –Encarno mis cejas.
-Sí.
-Está bien. Ahora ve.
Ignorando mi advertencia sale corriendo. Muevo la cabeza sin perder mi sonrisa. Es tan necia y adorable. La amo. Posando un pie adelante luego el otro, comienzo a caminar hacia la piscina. Ignoro la presencia de las personas que hablan a mi lado de algo importante por las expresiones de enojo en sus rostros.
De igual manera aquello no me concierne así que debo dejarlo. Nada más ver la piscina ellos me abordan. Los recuerdos llegan abruptamente a mí como una manada de lobos hambrientos, produciendo que mi cuerpo se estremezca.
Y sin más aquellas preguntas vienen a mí, la cual aún no se han encontrado las respuestas perfectas ¿Cómo debo comportarme? ¿Qué será de mí? ¿Qué hare ahora? En el momento que aquel hombre este presente. Él es la primera persona que me hace sentir nuevamente amada.
No como una niña.
Sino como una mujer.