Capítulo 18
2006palabras
2023-06-07 04:28
DAVID
-Ya estas listos.
-Lo estuve antes que ti, así que no te apures. Te espero adorable caracol.

-Idiota... Me estás dando razones para darte un buen golpe.
-De verdad. No tenía idea. No obstante ten presente que si mi hermana se entera de que me has golpeado tú serás el hermoso perjudicado. Pero si quieres hacerlo por mí no hay problema –Lo animo –Solo recuerda que no me dejare y te daré más fuerte que un rinoceronte ¿Quieres intentarlo?
-¿Por qué todo quieres resolverlo a golpes? Yo estaba refiriendo a otra clase de golpe.
-No estamos peleando. Y lo de clase de golpe solo existe uno y es el que duele.
-¿Entonces qué Hacemos?
-Estamos aclarando algunas dudas señor Stewart y adorable amigo.

-Entre ellas estarían... ¿Por qué eres tan idiota? Solo es una pregunta retorica. No te ofendas. Siempre ronda por mi mente. Y ahora tú puedes aclarármela.
-¿Por qué?
- Cierto debo darte razones. Déjame pensar.... Porque tú eres el protagonista principal de mi duda. Así que hazlo, respóndeme.
-Primeramente te queda horrible esa bermuda.... ¿Qué? No pude aguantármelas. Regresando al tema no soy un idiota. Tal vez un poco impulsivo. Pero no idiota.

-Para mí es lo mismo David. Así que no perdamos más tiempo y vamos.
-¿No te cambiaras? Solo es una pregunta. No me mires así.
-No lo hare ¿Algún problema?
-No para nada. Yo estoy bien. –Afirmo –Pero recalcando mi anterior comentario. Aquella prenda no te sienta. Pareces un hombre que intenta ser mujer a la fuerza con esa bermuda tan pequeña.
-Déjate de tonterías y camina nos esperan. –Mueve mis labios para hablar –No digas otra cosa más si no quieres que Luna se entere accidentalmente que paso con su colección de muñecas cuando tenía diez años.
-Yo no hice nada –Me apresuro a decir.
-No, nada. Solo que fuiste el responsable de que se perdieran mágicamente todas de golpes y aparecieran pulverizas a las afuera del pueblo. No te atrevas a mentir estuve presente..
-Esas muñecas daban miedo, entiéndeme.
-Lo hare si mantienes el pico cerrado durante lo queda de día.
-Quak... Está bien lo hare. Pero no te prometo nada.
-Bien... Por lo menos es algo.
-Bien.
Y así nuestro recorrido por la casa para llegar hasta el patio se basó en un silencio sepulcral. Donde nuestras pisadas eran el sonido repetido de una conversación sin fines de razonamientos. En cuanto pise el área de pasto en el que mi hermana y mi sobrina mantenían una conversación muy extraña me detuve. Antes de que mi mente empezara a divagar acerca del porque de sus expresiones Connor hablo a mi lado.
-¿Qué ocurre?
Mi hermana desvió su mirada de Meredic posando primeramente en mí y luego en su compañero antes de hablar. Al igual que Meredic que me sonrió.
-Nada en concreto ¿Puedes acércate? Necesito hablar contigo y David tenemos una conversación pendiente –Su tono voz reflejaba una mezcla de determinación y enojo. ¿Qué hice?
-Mientras tanto necesitamos estar solos es una conversación muy delicada. Puedes ir a caminar si quieres.
-Bien... ¿Donde está Sara?-Deambule mi mirada de un lado al otro buscándola en el extenso bosque.
-En la piscina nadando –Dice mi hermana. Me entraron ganas de ponerme a gritar. Podíamos estar solos por un momento suficiente para mí. La mirada de Luna seguía clavada en mi así que trate de disimularlo todo lo posible y despedirme de la forma más simple.
-Me voy... Iré con ella. Adiós.
Tan rápido como pude camine hasta el lugar específico donde se encontraba posicionada la piscina. Antes de llegar su olor a fresas y bosque fueron captando por mis fosas nasales alterando a mi lobo al igual que a mí.
Entonces la vi.
Su cuerpo se exhibía ante mí. Tan delicada y sexi al mismo tiempo. Se mantenía flotando entre las tranquilas aguas de la piscina. Sin poder detenerme mi primer pies fue sumergido luego de todo mi cuerpo. Trato de acelerar mis pasos sin incomodarla para no alentarla.
Me gustaba que estuviera tranquila porque desde que la conozco mi presencia siempre la altera y yo siempre soy el perjudicado. Mantiene los ojos cerrados cuando llego hasta ella, lo cual agradezco. No quiero me grite y me vulva a darte otro golpe por asustarla.
Sus hermosos rasgos se hacen más visibles al no tener la mayoría de su cabello cubriéndola. Ya que se esparce por todo el agua flotando junto a ella. Sus cejas son tan pobladas al igual que sus risadas pestañas que se presentan tras unos parpados cerrados en su totalidad que esconden la mirada que cambio drásticamente mi estilo de vida. Desde que la conocí ella ha sido mi única prioridad.
Bajo mi mirada recorriendo sus pómulos, nariz hasta llegar hasta sus apetitosos labios que me llaman a ser besados. Esbozo una sonrisa con lo siguiente que voy a hacer. Paso mi mano por su mejilla con suavidad recorriendo su piel tersa. Ante mi primer toque no reacciona y me fascina. Sin embargo solo mueve un poco su cabeza hacia el lado izquierdo alejándose de mi toque. No puedo aguantar las ganas de volverla a delinear, así que lo hado de nuevo.
Deslizo mi mano derecha por su rostro nuevamente hasta llegar a su mejilla nuevamente. En este caso es diferente su reacción ya que sus ojos se abren abruptamente chocando con los míos. Verdes contra mieles gritando todo a través de nuestras miradas.
Y sin poder detenerme la risa corre por cuerpo para ser expulsada por mi boca tiempo después, ante mu mirada de desconcierto.
-Hola Corazón –Sin perder la sonrisa. Ella en acto reflejo deja de flotar mostrándose frente a mi. La gotas que caen por de cabello y ruedan por su definido cuerpo despertando la adrenalina de hacerla mía y no dejarla escapar.
-¿Qué necesita? –Pregunta encarnando una de sus cejas. Hermosa.
-Pues nada en especial. Frente a mi lo tengo todo –Mi cuerpo esta ciento por ciento lleno de energía en su momento. Así que no puedo detener a mi boca. Estoy motivado.
-Defina Todo señor McQueen –Odiaba que me llamara de esa manera. Me hace sentir como a papa –Porque si viene de usted me imagino lo peor –Tan directa y sincera. ¡Me fascina!
-Corazón, corazón llámame David me sentiría mejor. Eres una chica tan ocurrente y hermosa como siempre. ¡Me encantas! –La amo. No tengo duda que ella será una buena Luna para nuestra manada.
-Usted no me conoce. Así que vaya haciéndose la idea de que no éxito y déjeme en paz. Ahora puede hacer el favor de apartarse tengo cosas que hacer.
-¿Cómo cuales corazón? Yo puedo ayudarte.
-No necesito su ayuda, así que déjeme en paz. Estamos.
Cuando veo las intenciones de alejarse de mí y rodearme actuó.
-¿Qué diablos le pasa? Suélteme. –La rodeo con mis brazos.
-No –Digo calmadamente. No pienso dejar que se vaya y me dejo con esta pasión creciendo dentro de mí.
-Suélteme ¡Esta demente!
Lo diré ya no puedo resistirlo. Llevo esto guardado desde que la conozco y ya no puedo callar.
-Me canse –Lo diré –Me gustas Sara. Lo dije. Te quiero junto a mí.
-¿Qué? ¿Cómo? Yo no puedo gustarle recién me conoce. ¿Se le aflojo un tornillo?
-No. Pero te dejare claro lo mucho que me gustas Sara.
En un rápido movimiento impacto mis labios con los suyos. Ella en mueve su rostro de un lado al otro tratando de alejarse del confort de mis labios. No obstante tomo su mentón para detener su acción de resistencia pero no le da tiempo a salir porque la tengo bien apresada con mis fornidos brazos. Unos minutos después vuelve a repetir aquella anterior acción Y yo me limito a acercarla más a mí. Ejerciendo más fuerza en sus caderas para acercarla mas a mí.
Tengo la necesidad de que entre nosotros no haiga el mínimo espacio. La quiero tan cerca de mí que mi enloquece. Quiero seguir respirando su olor, quiero que seamos unos solo en todos los sentidos definidos por el mundo, solo ella y yo contra el mundo.
Igual no me doy por vencido y paso mi lengua por sus labios lamiéndolos y chupándolos a mi satisfacción. Tenía siempre presente, que me costaría conquistarla a convencerla. Desde el día que el destino la puse frente a mí, me imagine los escenarios más dinámicos en mi cabeza. Pero al unir nuestros labios todos aquellos pensamientos le quedaban demasiado cortos al a realidad y las dudas que rodeaban mi mente tiempo atrás se disipan como un fuego pirotécnico que se muestra en el cielo, perdiéndose en la lejanía de mi mente. Dejando con la única oración que tendrá toda mi atención desde ahora en adelante.
"No te rindas"
Y eso es lo que hare. No rendirme aunque me vengan huracanes frente a mi o una pared se quiera derrumbar frente a mi, no me rendiré.
Tiemblo cuando nuestras lenguas se unen en vaivén incontrolado donde ninguno de los dos quiere ser el primero en detenerse, demostrando uno al otro el amor el deseo que corre por nuestro cuerpo formándose en uno solo. Siento como sus manos recorren una parte mínima de mi cuerpo calentándome, hasta posarse en las hebras rebeldes de mi alocado cabello, que son jaldas con agresividad que hace que suelte un gruñido involuntario.
Mis pulgares comienzan a trazar varias direcciones en su piel descubierta. A medida que el beso se profundiza nuestros cuerpos hablan por sí solos y nuestras caderas comienzan a frotarse sin control bajo el agua.
Aun así comienzo a bajar la intensidad de aquel beso, antes de que lo que desparezca no sea nuestra vergüenza sino nuestras ropas. Cierto esta que estoy prendido como un fosforito, no solo mi mente sino también la parte donde no entra el sol tan fácilmente. Y diablos ahora la bermuda que tengo, me sienta fatal porque no puedo esconder lo feliz que esta mi amigo. Hasta ahogo un sonido que quiere salir de su boca para no traer sospechas. Entonces nos separamos un poco uniendo nuestras frentes, después del arrebate de adrenalina. Retuve el impulso de tirarme nuevamente sobre ella.
¡Dios, que difícil!
Nuestras respiraciones son irregulares. Nuestros alientos impactan entre sí en nuestros rostros. Varios oraciones se presentan ante mí y no puedo aguantarlo que crece dentro en mi como un árbol en desarrollo.
Abro mis ojos.
-¿Qué ha hecho conmigo Sara? Soy adicto a ti. –Tomo una respiración –Adicto a tus labios. –Doy un pequeño toque uniendo nuestros labios por pocos segundos –Adicto a tu olor –Tomo una inhalación atrayendo lo que pueda de su olor hasta mi fosas nasales –Adicto a cuerpo.- Deambulo mi manos por el –A todo lo que respecta a ti.
Minutos después nadie es capaz de soltar algunas palabras fueras de nuestros labios sumiéndonos en un silencio reconfortante para pensar. Mueve un poco mi mirada a delinear nuevamente los rasgos de su rostro que en este momento se encuentra un color tan hermoso como rojo, ya que representa el color del amor. Me desconecto mágicamente observándola y perdiéndome entre todas los sueños que tengo planteado donde ella es la protagonista principal al igual que yo.
Hasta que ella se separa rápidamente de mi soltando palabras al lazar que no llegan a ser captadas por mis odios. Lo único que soy capaz es de ver como se aleja de mí deslizándose por las aguas de la extensa piscina. Cuando reacción ella se encuentra muy lejos de mi así que salgo del aquel lugar para hacerla razonar de todo lo que ha dicho, que me imagino que no es nada de mi agrado.
En el momento que solo me falta dos pasos para llegar hasta ella, soy interceptado por mi característica hermana, que ahora me parece un estorbo.
-Tenemos que hablar.
-Ahora... Estoy de apuro.
-Si... Ahora.
-Estoy ocupado. Hablamos más tarde.
-¿Qué quieres con Sara?
-Nada... De igual manera a ti no te incumbe, así que con permiso –La rodeo para llegar hasta Sara.
-Se que ella.... Es tu compañera.
Lo matare.