Capítulo 17
1568palabras
2023-06-07 04:28
SARA
La palabra miedo en mi era la terminación de mi felicidad. ¿Razones? Muchas, soluciones ningunas. Desde pequeña fui tímida y marginada por todos en mi escuela. Sin embargo, mamá siempre me repetía que las cosas malas pasan y un día mejor está por venir.
Gran motivación.

La extrañaba más que a todo en este mundo.
Pero aquel día en la secundaria me plantee dejar aquel miedo que me oponía a esconderme y decirle a aquel chico de revista de chicos hermosos que me gustaba. Me ilusione con una tonta formando varios escenarios románticos en mi pequeña cabeza. Era un martes cinco de septiembre estaba esperando que él estuviera solo y cuando vi la oportunidad no la desaproveche y fui hacia él.
Fue un desastre. Rompió mi corazón.
Aquel chico llamado Elías grito a toda la escuela que nunca en su vida saldría como una chica como yo ¿Cómo? Tímida, idiota y sobre todo una que nunca se daba su lugar porque yo era algo nefasto y arruinaría su grandiosa e estúpida popularidad.
Fue una noticia de burla por semanas en mi colegio. Fui maltratada físicamente e emocionalmente. Entonces mama decidió cambiarme de colegio y formar una nueva vida.
Entonces desde aquel momento me prometí no volver enamorarme de un hombre que lo único que le importaba es su popularidad al igual de nunca más dejarme pisotear por nadie. Y así fue en mi muevo colegio me hice respetar y me gustaba.

Sin embargo como la felicidad viene también se va. Desde la muerte de mama en brazos de mi padre no volví a ser la misma. El miedo me atrapo haciendo parte de mi.
Si el miedo, el miedo a los hombres, el miedo de enamorarme y ser herida, el miedo a ser asesinada por uno de ellos y aunque quise esconderme de todos ellos era inútil el mundo está lleno de ellos. Entonces tuve que resignarme. Crearme una nueva vida con reglas de por medio. Entre ellas no acercarme mucho a ellos. En teoría mantener las distancias.
Aun así lo me que quedo de vida después de que me quede totalmente sola y desprotegida. Los hombres me seguían como dulce a devorar y hice todo para que se alejaran de mí. Y cuando digo todo es TODO. Hablar de mis defectos los cuales era dormir por un limón en mi nariz , al igual que por las noches me levantaba sonámbula y gritaba como desesperada por ayuda. Lo cual era una total y vil mentira. E imaginen ¡No función!
Sin embargo al verme ahora aquí puedo decir que he cambiado un poco mi mentalidad. Porque desde que conozco todo lo de ese idiota que arruino el único trabajo que mantenía. Gracias a el mi vida se fue al demonio. Tal vez aunque quise que mi vida solo sea conformada por mí y mi cámara contra el mundo. Debo despertar y aterrizar en el mundo real. Soy una chica que no cree en las coincidencias, sin embargo desde ahora sé que el karma es muy injusto en varias ocasiones. Mírenme yo solo quería un nuevo trabajo libre de todo problema o estrés. ¿Qué es lo encuentro? Una niña hermosa la cual amo junto a un tío que ella adora y yo quiero matar con mis propias manos.

No me juzgue soy un ser humano. Tengo sentimientos.
Dado a que mi vida siempre me la plantee en nunca enamorarme y tratar de superar aquel trauma con los hombres. Ha sido todo un fracaso.
A excepción.
Si hay una excepción.
Es el aquel hombre que acaba de irse por las puertas corredizas. El que hace que aquel miedo que tengo a los hombres desaparezca y sea remplazado con molestia y seguridad de la pura.
Una locura. Si, totalmente.
Escucharme a mí decir que aquel hombre no atrae mi curiosidad es mentir. Lo cual no puedo negar su presencia reluce poder, liderazgo, convencimiento entre otros que no alcanzarían a pronunciar correctamente. Extraño lo sé algo poco común en mí. Pero a su lado no tengo miedo aunque me gane por más de dos cabezas de altura su presencia me da seguridad.
¿Qué me estas ocurriendo?
-Sara, Sara ¿Te encuentras bien? -Me sobresalto en la piscina. Esa voz al reconozco... No es Meredic. ME doy vuelta rápidamente -Te encuentras bien ¿Estas pálida? -Su boca esta curvada parece ansiosa.
-Estoy bien no se preocupe.
-¿Enserio?
-No es no es nada de qué preocuparse. Solo pensaba.
-Espero que no sean cosas que te fatiguen. Aunque viendo tu semblante no creo que sea de mi agrado escucharlas.
-Y Meredic -Cambio de tema. Estoy nerviosa.
-Fue por una de sus pelotas. Mira haya viene -Dirijo mi mirada hacia donde me indica su dedo y no puedo ocultar la sonrisa que firma en mis labios. Es tan adorable con su hermoso cabello castaño suelto que brilla con luz del sol junto a su trajecito de baño.
-Mira Sara tiene a Minie -Ama a Minie es su muñeca favorita.
-Esta hermosa ¿Quieres jugar?
-¡Sí!
-No Meredic, después.
-¿Por qué?
-Quiero hablar contigo mi amor.
-Pero quería jugar.
-Después lo harás.
- No llores amor yo te esperare aquí para jugar.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo. Palabra de hormiga Exploradora -Saco mi dedo meñique.
-Ok -Ríe -No olvides que me enseñaras a nadar ¿Verdad?
-Si amor. Ahora ve tu mama te espera -Sonriendo agarra la mano de su mama y camina junto a ella.
-Ya volvemos Sara. No demoramos.
-Muy bien las espero.
Sin nada que hacer comienzo a desplazarme por las tranquilas aguas de la piscina, sumergiéndome mi cabeza al igual que todo mi cuerpo. El sol está en su punto máximo bridándonos su luz y haciendo que el agua de la piscina reluzca como un espejo trasparente.
Hermoso.
Sin embargo mi mente se pierde en los futuros días que trabajare aquí. Porque desde ahora puedo afirmar que me costara acoplarme e ignorarla la presencia de aquel individuo que altera mi sistema de una forma extremadamente rabiosa.
Pero tengo que calmarme no puedo perder este trabajo.
¡Es muy importante para mí!
Después de tantos años de soledad puedo decir que he llegado a encontrar una familia la cual me niego soltar. No quiero estar sola de nuevo odio la soledad. Me entristece.
Algo toca mi mejilla lo ignoro ya que mi cuerpo flota en el agua y no quiero moverme, se siente delicioso. Sin embargo el toque se vuelve a repetir y esta vez no puedo ignorarlo ¿Sera un bicho? Abro los ojos y no definitivamente los bichos no tienen aquellos ojos color pasto, ni tienen aquella sonrisa, ese hoyuelo y mucho menos el sonido de su risa ronca que extrémese mi cuerpo.
¿Qué diablos?
-Hola Corazón -Dejo de flotar y me levanto rápidamente poniendo mis pies en el suelo baldoso.
-¿Qué necesita? -Quiero ser amable. Sé que podre con esto.
-Pues nada en especial. Frente a mi lo tengo todo.
-Defina todo señor McQueen -Cálmate Sara. Tú puedes. -Porque si viene de usted me imagino lo peor. -No, no pude ¡Lo quiero matar!
-Corazón, corazón llámame David me sentiría mejor. Eres una chica tan ocurrente y hermosa como siempre. ¡Me encantas!
-Usted no me conoce. Así que vaya haciéndose la idea de que no éxito y deje en paz. Ahora puede hacer el favor de apartarse tengo cosas que hacer.
-¿Cómo cuales corazón? Yo puedo ayudarte.
-No necesito su ayuda, así que déjeme en paz. Estamos.
Muevo las piernas hacia el lado derecho para alejarme lo más que pueda de el ¡No lo soporto! Sin embargo término siendo atrapada por sus brazos.
-¿Qué diablos le pasa? Suélteme.
-No -Dice calmadamente. Me desespera.
-Suélteme ¡Esta demente!
-Me canse Me gustas Sara. Lo dije. Te quiero junto a mí.
-¿Qué? ¿Cómo? Yo no puedo gustarle recién me conoce. ¿Se le aflojo un tornillo?
-No. Pero te dejare claro lo mucho que me gustas Sara.
Se acerca a mí en un rápido movimiento, posa sus labios suaves sobre los míos. Muevo mi cara tratando de alejarme de él. Pero el toma mi mentón para detenerme. Es inútil salir, sus labios se muevan ferozmente sobre los míos.
Que delicioso.
No. ¡Concéntrate!
Vuelvo hacer el intento apartarlo alejándolo de mi con mis manos, pero vuelve a ser inútil sus brazos ofrecen presión sobre mi cintura sin llegar a lastimarme.
Sin embargo me mentalizo que debo ser fuerte ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Por qué? Su lengua sale de su boca lamiendo mis labios.
Hay morí.
Estoy perdida.
No puedo más.
Nuestras bocas se envuelve en un beso salvaje lengua contra lengua donde nadie quiere ser controlado. Donde nuestros labios se mueven en una sincronía descontrolada. ¡Diablos¡ Este es mi primer beso y es espectacular.
Mis manos se apoyan en sus hombros. ¡Madre bendita¡ Una explosión que no puedo explicar con simples palabras suceden en nuestras bocas; No puedo definir si es amor o deseo, ternura o rudeza pero me encanta. Recorro poco a poco mis manos sus brazos hasta que mis dedos se aferran a los cortos cabellos detrás en su nuca atrayéndolo más a mi donde. El suelta un gemido carnal que me excita. Después de segundos, horas, minutos realmente no lo sé y me da igual. La intensidad de nuestro carnoso beso disminuye hasta separarnos por completo y unir nuestras frentes. Nuestras respiraciones son pesada y...
¡Diablos, quiero más!
-¿Qué has hecho conmigo Sara? Soy adicto a ti.