Capítulo 6
1475palabras
2023-06-07 03:54
SARA
Estoy que desprendo aura de alegría por todo mi cuerpo porque a pesar de todos los percances pude conseguir un trabajo al solo al ver estado un día desempleada ¿Raro?
Son las seis de la tarde aproximadamente. Aun en mi cabeza están presentes las escenas donde florece la imagen de la hermosa niñita que tendré que cuidar desde mañana. Me alegro mucho saber que pronto comparé el lugar que siempre soñé al igual que la nueva cámara para poder cumplir mi sueño de ser una gran fotógrafa a nivel mundial. Cojo el collar en forma de cámara fotográfica que cuelga en mi cuello y comienzo a delinearlo con mis dedos.
-Mamá prometo que cumpliré nuestro sueño por ti lo haré todo. No me daré por vencida y siempre tendré presente tu refrán "EL QUE NO ESPERA VENCER YA ESTA VENCIDO"
Mi mamá era mi heroína ella hizo todo lo posible para que nunca me faltar nada, ella fue mi maestra en la fotografía al igual que mi sueño y de ella era ser reconocida mundialmente.
Pero el destino nos pagó mal porque mi mamá no llego a cumplir su sueño. Porque el que se hacía llamar mi padre la mato, al ella negarse a volver con él. Y lo entendía porque cada noche él llegaba borracho gritando atrocidades y golpeando a mama. A pesar de que mi edad debería ser un achica fuerte el recuerdo aún sigue doliendo.
Sin darme cuenta las lágrimas van bajando por mi rostro pasando por las comisuras de mis labios y perdiéndose en mi barbilla. Agacho mi cabeza escondiendo mi cara entre mi largo cabello negro azabache, ya algunas personas que pasan por mi lado me miran confundida y otras con tristeza.
Tiempo atrás me prometí que no volver llorar, pero al verme ahora esa promesa ha quedado en el pasado volviendo hacer la niña de quince años que no pude salvar la vida de su madre, atormentándose mentalmente por haber dejado a su madre sola ese día por asistir al ver el partido de su mejor amigo. Lo odio. Odio tener su sangre, odio que por su culpa perdiera al único ser que me entendía. Mi mamá.
A lo lejos logro divisar el mismo banco de la mañana donde me senté tiempo atrás y sigue igual como lo dejé vacío entre la iluminada vegetación. Camino hacia él y me siento. Con mis manos comienzo a limpiar todo rastro de tristeza. Rebusco en mi bolso hasta encontrar su foto.
-Mama perdón por ignorarte –Rio –Pero no te imaginas con quien me tope –Vuelvo a reír –Te contare...Te acuerdas cuando conseguí el trabajo en el restaurant, bueno ayer paso algo extraño. Llego el dueño del ese restaurant al principio no lo reconocí, me agarro de la cintura y me sentó encima de él ¡Puedes creerlo! Al principio quise matarlo, pero cuando Marcos pronuncio su nombre me quede en blanco, pero a pesar que me dejo sin trabajo, me sentí segura en sus brazos mama, es muy extraño. No sabes la falta que me haces –Delineo con mi dedo su rostro –Me hacen faltas tus consejos, tus regaños, tu sonrisa y sobre todo tu amor.
Lloro las lágrimas que tiempo atrás se amontonaban en mis ojos y sin más se deslizan por rostro sin prisa.
-Mama he intentado ser fuerte y lo sabes. Pero no puedo mamá. No puedo. Te extraño mucho –Limpio las que descienden por mi rostro, pero aun así salen más –Sé que estoy rompiendo la promesa que te hice de no volver a llorar más, pero aun así mama no soy tan fuerte.
Siento todas las miradas de las personas posadas en mí, pero aun así las ignoro y me permito llorar.
Han pasado minutos desde mi descarga de sentimientos. Me levanto sin alzar mi cabeza. No quiero ver las miradas de lastima, no las quiero, mucho tuve de ellas cuando mama murió.
Saliendo de parque me adentro entre las calles concurridas de Miami perdiéndome entre las personas que pasan por mis lados. Frente a mí el sol se va apagando dando bienvenida a la noche iluminada por las luces de Miami. Reviso mi reloj de mano confirmando lo tarde que es. Camino con más rapidez hasta donde se encuentra mi departamento.
Cuando estoy por llegar a lo lejos aún se exhibe el auto negro del día de ayer, igualmente lo ignoro y me adentro a mi edifico. Saludo con asentamiento a Jericó que se encuentra del otro lado del escritorio viendo su programa favorito los LUNITTUNES y como lo sé es fácil. Un día llegué tarde porque tuve que hacer doble turno en el restaurant.
Al pasar por la puerta él no se percatado de mi presencia y me sorprendió verlo reír a carcajadas. Entonces como mi parte curiosa le gano a la sensata, me ubiqué tras sus espaldas para ver lo que o hacía reír tanto y me sorprendió lo que vi. Y desde ese momento se su pequeño secreto.
Oprimo el botón llamando a la metálica más conocida como ascensor. Cuando las puertas se abren ante mi adentro en el presionando el número de mi piso. Necesito una buena ducha, jugar con Meredic me tiene cansada al igual que el recuerdo de mi madre. Salgo de mis pensamientos con el pitido del ascensor que anuncia la llegada a mi piso.
Camino por el pasillo mirando los diferentes números pegados en cada puerta cuando llego a la mía que es la puerta del fondo y me detengo. Comienzo a buscar en mi bolso las llaves. Al tenerlas en mi mano la saco y la introduzco en la cerradura, la giro quitando el seguro la puerta se abre de par en par. Ingreso al departamento cerrando la puerta atrás de mí. Mi departamento se encuentra igual desde que me fui, mi pequeño sofá negro esta en medio del Living y frente al él mi pequeño televisor. Las paredes pintadas con color Lila como le gustaba a mamá. Sin poderlo evitar en mis labios brota una sonrisa. Mi mamá era la mujer más hermosa, era dedicada y sobre todo nunca tuvo mal en su corazón.
Me dejo caer en el sofá con peso muerto tratando de que mis extremidades se relajen. Después de varios minutos en la misma posición a mi mente viene la conversación que tuve en la mañana con la Señora Mary. Con gran pesar me levanto del achonado sofá. Dando pasos lento hacia mi habitación, cuando he llegado la cama de mí se exhibe ante mi asiéndola tan tentadora. Pero nuevamente vuelve a surgir la reunión de la Señora Mary en mi mente.
-Di mi palabra y tengo que cumplirla –Murmuro. Si en la mañana le prometí que si asistiría y una promesa es una promesa.
Aun con la pereza en mi sistema entro a mi baño personal y me desvisto quitando prenda por prenda. Cuando estoy libre de toda vestimenta entro a la ducha moviendo la cortina de dibujos de patitos de hule a un lado.
Con mi mano derecha rodeo la llave de la ducha y la abro. El agua fría hace contacto con la desnudez de mi cuerpo asiéndome sobresaltar.
-Esta fría –Comienzo a saltar para coger un poco de calor y sin esperar más me sumerjo bajo la lluvia artificial. Al principio mi cuerpo protesta, pero pasando los minutos mi cuerpo se acostumbra.
Mi cuerpo se relaja y el agua reactiva mis sentidos. Me ducha dura aproximadamente media hora. Salgo del baño rodeada en una toalla mi largo cabello está totalmente mojado al igual que mi cuerpo.
Abro cajón por cajón sacando las prendas que usare parar la reunión de esta noche ya que se va realizar en la sala donde realizan los bingos al ser la habitación más grande de este edificio. Me decido por unos vaqueros estilo campana y una sudadera color negra con el logotipo de Mickey Mouse. Dejo caer la toalla sobre la cama y comienzo a poner en mi cuerpo las prendas íntimas seguidas por las prendas mayores. Cuando estoy totalmente vestida me baño en perfume y seco un poco mi cabello con la toalla.
Prefiero dejarlo suelto para que se seque con el viento. Vuelvo a verificar la hora ahora en mi reloj de mesa sorprendiéndome de que ya está por comenzar la reunión.
Al llegar saludos a todos con un Buenas Noches y camino hacia la silla más apartada que se encuentra cerca de la mesa de billar.
Deambulo mi mirada por toda la estancia, los asientos están totalmente ocupados por las personas que viven en este edificio. Pasado unos minutos la señora Mary se posición en la tarima improvisada donde se encuentra la máquina de los bingos.
-Buenas Noches a todos se preguntarán porque los cite aquí el día de hoy –Toma Aire –Lo diré sin rodeos. El edifico está en venta.