Capítulo 7
1067palabras
2023-06-07 03:59
SARA
Estoy frente al espejo de mi habitación arreglándome para comenzar mi primer día de trabajo a lado de la una chiquilla que me hizo olvidar por un momento toda la mala suerte que me rodea. Aun así, tengo presente los amargos recuerdos de la noche anterior que hace despelucar mi cuerpo.
-Buenas Noches a todos se preguntarán porque los cite aquí el día de hoy -Toma Aire -Lo diré sin rodeos...El edificio está en venta.
Mi mente se queda en blanco por un momento con las palabras que anteriormente fueron pronunciadas por sus labios de aquella persona que junto a su esposo me dieron la oportunidad de un nuevo hogar. Ignoro todos los reclamos de los inquilinos que se combinan entre sí con el mismo fin. Una explicación.
Como hare desde ahora si recientemente he sido despedida injustamente en un trabajo que creí que en poco tiempo resolvería mis problemas económicos. Sin embargo, aún no he comenzado con el otro trabajo y no tengo ningún ingreso.
-Necesito que hagan silencio para poder responder a sus preguntas.
Obligo a mi mente y cuerpo a aterrizar en la vida real y prestar atención nuevamente a la conversación. Incluso con los nervios que llevo encima se me hace muy difícil.
- ¿Señora Mary que la llevo a tomar tan repentina decisión? -Pregunta Laura una señora muy amable y comprensiva que vive en el piso dos con sus tres hijos, es madre soltera la cual admiro por ser una guerrera y sobrellevar con calma la vida desde la muerte de su esposo. Yo en algunas ocasiones le he ayudados con sus hijos cuando la ha tocado trabajar en horarios nocturnos es enfermera y a mí no. Aunque esos tres juntos son unos diablillos.
-Como todo saben hace tres años quede viuda desde que mi Jairo se fue e echo todo lo posible para que este lugar sea un lugar rentable para todos los inquilinos. Pero a mi edad no es fácil sobrellevar todas las situaciones que en algunas ocasiones se presentan en este edificio. Si algunos tienen dudas de porque tan repentina decisión es muy acelerada esta decisión fue en conjunto con mis hijos. Solo queda decirles que en tres días el edificio será entregado a la inversión que contacto con mis hijos. Y disculpa de nuevo. -Y sin más baja de la tarima improvisada con ayuda de su hijo Mario saliendo de por la puerta que anteriormente entramos todas las personas que viven aquí.
Sacudo mi cabeza tratando de borrar todos esos malos pensamientos, guardándolos en el baúl del olvido ubicado en lo más profundo de mi mente o ¿Eso creo? Aunque me mienta a mí misma sé que los tendré presente en lo que queda del día de hoy. Con la presente advertencia que en tres días el edificio será entregado a su nuevo dueño un inversionista del cual desconozco el nombre.
Cojo mi abrigo acompañado con el gorro color beich que posiciono en mi cabeza y que combina con mis bailarinas del mismo color. Abro mi bolso color caoba, metiendo en primer lugar mis llaves, luego mi monedero donde se encuentra doblado el cheque que pronto tendré que acercarme al banco, descambiándolo en dinero en efectivo y por ultimo mi celular no tan moderno.
Incluso me costó mucho comprarlo uno ya que mi anterior sueldo solo abastecía las necesidades de mi departamento como la comida, la luz eléctrica, el agua y la renta del departamento. Eran pocas las veces cuando me tomaba el lujo de compararme ropa nueva.
Salgo de mi departamento que en poco tiempo ya no será de mi propiedad. Recordar que este pequeño espacio fue presente de todas las lágrimas que brotaron por mis ojos con la perdida de mi mama, el refugio que me escondió del acoso de mi padre. Me acerco al ascensor y oprimo el botón con la flechita hacia abajo para llamarlo. Espero unos minutos por ella para poder entrar. Cuando la caja metálica ase el respectivo sonido ¡TIN! Y las puertas se abren entro en ella. Me introduzco en el oprimiendo el botón con las letras PB que me llevara a mi destino el piso de la recepción. La caja se sacude y comienza a descender. Los números van desaseando al ir descendiendo. La caja se vuelve a sacudir y vuelve abrirse.
Reviso el reloj de mi muñeca para verificar la hora, voy con tiempo. Odio llegar tarde a todo porque siento que estoy quebrantando las reglas de puntualidad. Me despido de Otto el otro guarda que realiza su turno por las mañanas y salgo completamente del edificio. Mi hogar.
Camino hasta la estación de la parada con rapidez. Aunque vaya con el tiempo no me puedo confiar. En el momento que el bus se estaciona frente a mi subo rápidamente. Me sumerjo en la música que sale por los altavoces cuando estoy sentada, ya que desconozco la música ya que no se encuentra en mi cancionero mental. Al llegar a mi parada me levanto y le grito al chofer que pare. Las puertas se abren y bajo.
La casa queda un poco lejos de la parada por ese motivo tengo que acelerar mis pasos. Cuando he llegado hasta la entrada puedo ver al mismo hombre del día de ayer. Tengo la intención de acercarme hasta el, pero mis pensamientos quedan interrumpidos cuando las puertas se abren dejándome ver a mi pequeña.
-Sara -Grita eufórica Meredic corriendo hacia mí.
Lo agarro entre mis brazos cuando ella ha llegado hasta mí y comienzo a dar vueltas con ella.
-Mi amor -beso su mejilla derecha cuando se ha detenido - ¿Dónde ibas? -La miro inquisitivamente -Es que... Mi mami dijo que cuando despertara tú ibas a estar a mi lado y al no encontrarte viene a buscarte aquí.
El día de ayer que pude llegarla a conocer un poco. Es muy inquieta y sobre todo intenta dar a conocer su tristeza. El día de ayer me conto que su único tío hace mucho tiempo está ausente en su vida y lo extraña. Me destruyo ver que por esa persona su mundo se entristece, tuve que prometerle de que yo nunca me alejaría de ella y aquí estoy afuera de su casa abrazando a una niña que en poco tiempo se ha vuelto una persona importante en mi vida.
-Vamos a jugar -Grito emocionada.
-Si vamos -Grita Meredic de la misma forma.