Capítulo 4
1903palabras
2023-06-07 03:45
MARY
Salgo por la puerta trasera del restaurante ya vestida con mis propias prendas puestas en mi cuerpo. Ya que el uniforme del restaurante lo deje en ese angosto y estrecho casillero. Que ahora ya no me pertenece. Por la culpa de ese hombre que ha tan solos unas horas ha arruinado mi vida.
Rodeo el restaurante para poder salir del estrecho callejón. Al rodearlo puedo ver como las personas entra por la puerta con caras felices cosa que a mí me falta ahora.
Cuando estoy por llegar al edificio donde vivo. Veo como varias personas están agrupadas rodeando algo en la acera. No le prestó atención y sigo caminando hacia la entrada del edificio, donde se encuentra mi departamento. Al ingresar por la puerta, me encuentro con MARY la señora que es dueña de este edificio conversando con un hombre que no llego a reconocer porque se encuentra de espalda. Sin tomar mucha importancia me dirijo hacia el ascensor y apretó el botón que se encuentra en el lado izquierdo del ascensor en mal estado.
Cuando las puertas se abren. Entro al ascensor y presiono el número de mi piso. Las puertas se cierran y quedo sola dentro del ascensor. Siento como la caja se sacude y comienza a elevarse.
Al estar en mi piso, camino hacia la puerta número veintitrés donde actualmente vivo. Me detengo y abro mi bolso, buscando las llaves, al encontrarlas las saco y las inserto en la cerradura, la giro agarrando el pomo de la puerta para hacer mayor presión. Al abrirse saco la llave y cierro la puerta con mis pies.
Me desprendo de mi bolso, tirándolo sobre el sofá. Mientras me dirijo hacia la cocina por un buen vaso de jugo. Al estar en la cocina, abro la nevera, encontrándome con un refrigerado se mi vacío a excepción de la botella de agua medio vacía.
-Esto es una broma -musito.
Cierro el refrigerador, porque mis ganas de beber un jugo se dispersaron al abrir esa puerta. Inhalando y exhalando aire salgo de la cocina.
Al salir de la cocina me dirijo hacia la sala y me siento en el sofá cogiendo mi bolso. Comienzo a sacar las cosas poco a poco. Mientras voy sacando lo primero que encuentro es una manzana verde que iba hacer mi almuerzo tiempo atrás en el restaurante antes de que ese señor arruinara mi tarde y la dejo como mi comida de esta noche y comienzo con lo siguiente que es un boleto de cine para el día de mañana.
Gran coincidencia hace unas semanas tenía planeado cambiarme de departamento a uno más cómodo y más seguro. Pero todo se arruino, ahora soy otra persona más en la tarifa de desempleados. Todo por la culpa de ese hombre que, ahora razonando mejor, dudo que me topare o llegare a conocer con la vida que tengo. Abandono la tarea de vaciar mi bolso. Y solo me dedico a comer mi manzana y caminar hacia el dormitorio para descansar del día tan tormentoso que tuve hoy.
Al mañana siguiente despierto cuando la luz que se recepta por mi ventana impacta en toda mi cara. Me enderezo y comienzo a estirar todo mi cuerpo, cuando ya estoy en mi total capacidad para razonar. Me levanto y me encamino hacia el baño para comenzar mi rutina de higiene. Al estar totalmente bañada y cambiada. Me dirijo hacia la cocina para hacerme una taza de café por sé que es lo único que ha logrado durarme en la estantería.
Cuando ya estoy totalmente relajada y sentada en el asiento acolchonadle de la cocina. Comienzo a dar pequeños sorbos a mi café y comienzo a maquinar una estrategia en mi mente. Estamos veinticinco solo faltan cinco días para fin de mes, donde me toca pagarle a la dueña de este edificio la renta de cada mes y lo único que cargo de dinero son cinco dólares, aparte del cheque de mi liquidación. Que creo que me ayudara a solventar mis gastos por este mes.
Cuando termino mi taza de café. La llevo al lávalo y la lavo, termino de lavarla y lo ubico boca abajo para que se escurra toda el agua, cojo una toalla de cocina y comienzo a secar mis manos. Salgo de la cocina y me encamino hacia la sala.
Al estar en la parte de atrás del sofá, lo rodeo y me siento y comienzo a meter todas las cosas que en la noche anterior había sacado de mi bolso. Teniendo todo lo habitual en mi bolso. Me levanto del sofá y me encamino hacia la puerta y salgo del departamento. Cierro la puerta ubicándole seguro y me encamino con dirección al ascensor en mal estado. Al estar frente a las puertas del ascensor, oprimo el botón llamando al ascensor. Pasando unos segundos las puertas del ascensor se abren e ingreso y oprimo el botón con las palabras "PB" las puertas se cierran y quedo atrapada en el ascensor. Veo como en la parte de arriba de las puertas se presenta los números entreteniéndome.
Cuando las puertas se abren, salgo y me encamino hacia la a la salida de este edificio. Pero antes de llegar soy interceptada por MARY la dueña del edificio.
-Señora MARY... Buenas días en que puedo ayudarla.
-Buenos días Sara.... Más tarde convocare a una reunión a todos los inquilinos y necesito que estés presente, porque lo que diré será de mucha importancia para todo lo que habitan aquí.
- ¿Se podría saber la razón de esa reunión? -pregunto.
-No te puedo adelantar nada Sara. Pero necesito que estés aquí porque lo que voy a anunciar es de mucha importancia y tienes que estar presente tu como todos lo que habitan aquí.
-Está bien -me resigno -Y a qué hora se realizará la reunión.
-No tengo una hora definida. Ya que algunos de los inquilinos trabajan hasta altas horas de la noche. Pero yo avisare a cada uno a qué hora los reuniré.
-Muy bien. Perdón por interrumpirte, pero tengo mucha prisa.
-Tu tan ocupada y yo atrapándote.
Me despido de MARY y salgo del edificio y comienzo mi primer día de conseguir trabajo. Camino por las calles mientras varias personas pasan por mis lados dirigiéndose a un lugar determinado algunos vestidos con ropa informal otros con ropas de oficina. Me detengo en una estación de periódico y compro uno para revisar las noticias que acontecen en todo el mundo si aún soy de las personas que piensan que leer un periódico es mejor que leer las noticias por un celular.
Sigo caminando ahora con el periódico entre mis dedos. Mientras camino puedo dar me cuenta de que estoy llegando a un área que está rodeada de árboles más conocida como parque. Cuando estoy cerca al parque, a los lejos logro visualizar una banca vacía y me dirijo hacia ella.
Al estar sentada cómodamente en el banco, dejo mis cosas a un lado cerca de mí y abro el periódico. Han pasado algunos minutos, cuando un anuncio atrae mi atención. Se trata de una madre de familia que está buscando niñera para sus hijos y es muy específica "BUSCO UNA PERSONA CON EXPERIENCIA QUE TENGA EL LABOR DE NIÑERA". Cogiendo mis pertenencias me levanto de la banca y comienzo a dirigirme hacia la dirección que está escrita en el periódico.
Bajo del bus cerca de la dirección definida en el periódico y a los lejos logro ver una casa de gran tamaño sus alrededores están llenas de árboles y es la única casa que se encuentra en esta área. Me dirijo hacia la casa donde se logra ver que esta resguardada por un altas y ancha puerta de metal. Camino hacia un lado donde se encuentra un hombre de gran tamaño que atrae mi curiosidad.
Cuando estoy a unos tres pasos de llegar hasta él. El alza la cabeza y me dirige una mirada que expresa fuerza, y desprecio. Apresuró mis pasos hacia él y me detengo un poco alejada de él.
-Buenos Días. Estoy aquí por el anuncio en el periódico.
-Espere -responde. Mientras con su mirada barre todo mi cuerpo.
Él se gira y presiona un botón que parece ser un intercomunicador. Y comienza a hablar por él mientras tiene presionado el botón. Al pasar unos minutos deja de presionar el botón y se vuelve a girar ubicándose en la misma posición que tiempo atrás estaba ubicado. Sin prestar atención a mí presencia. Estoy decidida a preguntarle por qué me ignora, pero un chirrido atrae la atención de mi oído distrayéndome de mi objetivo. Giro mi cabeza, encontrando una señora parada a lado de la inmensa puerta que ahora está entreabierta. Ella alza su mano haciendo una señal para que me acerque. Giro todo mi cuerpo y obligo a mis pies a moverse, caminando con pasos inseguros hacia ella.
-Buenos días…Tu eres la chica que está aquí por el empleo -habla ella cuando he llegado hasta ella.
Muevo mi cabeza en forma positiva. Porque mi boca se niega a sacar unas palabras en una oración coherente.
-Acompáñame -dice mientras se gira y camina.
Reanudo mi camino y comienzo a caminar atrás de ella a una distancia limitada. Mientras vamos caminando nos mantenemos en silencio, deambulo mi mirada por todo el lugar. Tiene un hermoso jardín adornado con flores de diferentes colores y en medio de lado derecho se encuentra una fuente de cemento adornada con flores a sus alrededores dándole un estilo silvestre y al ver la casa me quedo impresionada con la casa ,tiene ventanales que van desde lo alto del techo hasta el final del piso, dos balcones uno en la parte de arriba otra en la parte de abajo ,escaleras de piedras que dirigen hacia la entrada de la casa ,es totalmente blanca con algunas plantas adornada a sus lados y es totalmente moderna.
Estamos por llegar a la entrada de la casa, cuando una niña de unos cinco años sale se mi desnuda del lado izquierdo de la enorme casa y atrás de ella sale una señora de unos treinta y cinco años persiguiéndola intentando atraparla. Salgo de detrás de la señora y intercepto a la niña cogiéndola de sorpresa.
-Hola -le digo, cuando la tengo en brazos.
Ella sonríe y coge mis mejillas ejerciendo fuerza en ellas ocasionando que mis labios se haga una mueca chistosa, ella comienza a brotar escandalosas risas por su boca. Suelta mis mejillas y me quedo mirando con sus ojos mieles.
-Hola. ¿Quieres jugar conmigo? -habla la niña.
-Si ¿A qué quieres jugar? -respondo.
-Juguemos en la piscina- dice después de haber estado haciendo muecas.
- ¿Y yo puedo ir hasta haya? -pregunto insegura.
-Sí. Sí. Si puedes -dice mientras salta en mis brazos.
Cuando estoy por hablar de nuevo, soy interrumpida por la misma señora que tiempo atrás estaba persiguiendo a la niña que tengo atrapada entre mis brazos. Ella se encuentra sudorosa y con el cabello alborotada mientras coge grandes bocados de aire.
-Gracias por atraparla.
-De nada señora -respondo proyectando una sonrisa en mi rostro.
-Me la puedes dar.
-Claro.
Desenvuelvo un poco mis brazos para pasársela, pero ella se agarra con mucha fuerza a mi cuello, ocasionando que mi acción se un poco más difícil de ejercer.
-No quiero -pronuncia la niña con la voz ahogada por estar escondida entre mi cuello y hombro.
-Pequeña tienes que ir con ella.
-No –afirma.