Capítulo 74
1116palabras
2023-06-26 00:02
Harper, que miraba desde un lado, pudo sentir que la atmosfera entre ellos era muy hostil. Aunque ella no entendía por qué, trató de calmar las cosas. "Giselle, ¿qué tal si voy contigo?" 
"No," Giselle se negó. Si el "amigo" de Steward resultaba ser esa mujer, no quería que se encontraran. "Si entras, los amigos de Steward te obligarán a quedarte. ¿Quién me hará compañía entonces? Solo siéntate aquí, volveré pronto." 
En el camino a la sala privada, Steward le habló a Giselle en voz baja. "¿Podrías no causar tantos problemas por hoy?" 

Ella lo miró. "¿Por qué? ¿Te sientes culpable por algo?" 
Él respondió: "Ya te dije que esa noche andaba tonteando. Si me sigues hablando en ese tono sarcástico en frente de mi chica vas a causar un malentendido." 
"No tienes por qué sentirte culpable si no haces nada malo. Si te portas bien no habrá malentendidos." 
Al llegar, justo antes de empujar la puerta para abrirla, Steward volvió a preguntar: "¿Lo has pensado bien? ¿De verdad quieres entrar?" 
Giselle sintió que algo pasaba. "¿Acaso Maverick está aquí?" 
Steward asintió. "Pero ahora mismo..." 

Antes de que Steward pudiera terminar sus palabras, ella abrió la puerta abruptamente.
Él se le adelantó para entrar en la sala y alguien bromeó al verlo: "¿Qué pasa Steward? ¿Tienes problemas renales? Estuviste mucho tiempo en el baño." 
"Ey..." a nadie en la sala le causó gracia ese chiste. Steward replicó: "Me encontré a una amiga y la traje aquí para que salude a todos." 
"¡Esa! ¿Con quién andas ahora?" 

Antes de que pudiera terminar de hablar, el hombre vio a Giselle. Estuvo a punto de decir algo, pero se guardó sus palabras. Luego tomó la copa que tenía a su alcance y le dio un trago para tratar de calmarse. Inesperadamente, resultó ser vino blanco, lo que le provocó ardor de garganta.
"Giselle, ¿qué haces aquí?" 
Ella aún no había entrado en la sala, por lo que, naturalmente, no podía ver quienes estaban allí, de lo que se dio cuenta cuando escuchó una voz enojada y hostil. 
¡Alisha!
Cuando miró en dirección a la voz, vio a Prestin y Alisha sentados en el medio.
Giselle miró a Steward con mala cara. Él solo se encogió de hombros y respondió: "Te lo dije." 
"Mi amiga se entera de que el Sr. Addiman y la Srta. Everett se casarán mañana, así que vino a darles su bendición." 
Prestin inmediatamente se levantó de su asiento, parecía ansioso.
De hecho, estaba más emocionado por la idea de que su ex novia aún sentía algo por él que por otra cosa. De lo contrario, ¿por qué vendría a brindar por él cuando no tenía obligación de hacerlo?
De todos modos, la situación era cualquier cosa menos agradable. Especialmente cuando Giselle y Alisha se llevaban como perros y gatos.
Ahora que Giselle ya estaba aquí, no le quedaba otra que soportarlo. Alisha la miró fijamente con una mirada asesina.
Gloria también estaba presente y estaba llamando a Alisha desde el otro lado de la mesa.
Giselle miró alrededor y vio a Maverick sentado a un lado. No lo había visto en dos días y le pareció que estaba más guapo que de costumbre.
De verdad que le gustaba, no se cansaba nunca de verlo.
Sin embargo, él no le devolvió la mirada. 
Alguien tomó la iniciativa de servirle vino. Ella tomó la copa y brindó por la pareja. "Sr. Addiman y Srta. Everett, les deseo que sean felices juntos, por siempre..." 
Prestin levantó su copa de vino, sintiéndose un poco molesto. La forma en que miró a Giselle no fue muy simpática. Alisha, por otro lado, se mostró complaciente.
Giselle decidió irse apenas terminó su bebida. Miró cuidadosamente y vio que Steward no tenía compañía.
"Disfruta tu tiempo, no te molestaré más." 
Dejó su copa y justo cuando estaba a punto de irse Alisa la detuvo.
Ella le sonrió, sintiéndose una ganadora. "Quiero invitarte a nuestra boda mañana, ¿te atreverías a venir?" 
Si fuera una invitación normal, Giselle podría rechazarla con alguna excusa. Pero esto parecía más una provocación.
Después de una pequeña pausa, respondió con una sonrisa. "No hay problema. Allí estaré." 
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Regresó a su mesa y Harper notó que no tenía una buena expresión en su rostro.
"¿Pasó algo malo?" 
"No, nada. Solo son Prestin y Alisha, como se van a casar mañana han invitado a mucha gente para celebrar." 
Harper le convidó un trozo de pasta de gambas. "¿No te alegra? ¿Podría ser que el matrimonio de Prestin te haya puesto de mal humor?" 
"¿Cómo es posible?" Giselle negó rotundamente: "Es más, le agradezco a Alisha por llevarse bien con él." 
Gracias a ella podía ahorrarse la molestia de tenerlo acosándola todo el tiempo.
"¿Y por qué pareces triste?" Su cara era un libro abierto para su amiga de toda la vida. "De seguro es por Gloria y Maverick, ellos también asistirán, ¿no?" 
Era obvio que Prestin los invitaría. Después de todo, formaban parte del mismo circulo social.
Giselle asintió.
"¿Estás celosa?" Harper volvió a preguntar con un poco de curiosidad.
No había necesidad de ocultarlo.  
La chica apoyó su mano en el respaldo del sofá y se preguntó: "¿Por qué Maverick tiene que ser tan perfecto? Parece que lo hicieron de acuerdo a mi tipo ideal."  
Harper se rio entre dientes. "Ni siquiera lo recordabas." 
"¿Eh?" Giselle no entendió el comentario.
"Solías buscarme cuando tenías tiempo libre en la universidad. En aquel entonces, te llevé a comer unas veces con Steward y Maverick."
"¿En serio?" Giselle realmente no recordaba nada.
"Tiene sentido, no solías prestarle atención a ningún hombre que no fuera Patrick." 
"Imposible," Giselle se mostraba escrupulosa. "Estoy segura de que si lo hubiera visto antes nunca lo hubiera olvidado." 
"Bueno, ya no importa si lo recuerdas o no," respondió Harper. 
Casi se habían terminado la olla. Harper le preguntó a Giselle: "¿Quieres agregar un poco de sopa?" 
Esta última negó con la cabeza. "No, ya estoy llena. Voy al baño y cuando salga nos iremos de aquí." 
Parecía que el vino que le invitaron era muy fuerte. Aunque Giselle era buena con el alcohol, se sentía un poco borracha.
Se maquilló frente al espejo del baño. Cuando salió, vio a Maverick acercarse a ella.
No dejó que se le subiera a la cabeza. Después de todo, los baños masculinos y femeninos del restaurante estaban uno al lado del otro.
Salió apurada. Pasó al lado de él mirando al frente, ignorándolo por completo.
Ese día estaba de mal humor y sintió que le estaba devolviendo el favor.
Él no dijo nada y entró al baño. Pero se quedó parado en la entrada. Tenía una mirada triste y parecía frustrado.