Capítulo 73
1226palabras
2023-06-25 00:01
Giselle sonrió y comentó: "Sin duda es extraordinario."
Ambas eran adultas, así que no hacían falta más palabras para entender a lo que se refería.
Giselle le devolvió el comentario. "Steward también debería ser bastante bueno."
Harper era más reservada que ella. "No está mal, al menos es suficiente para mí."
Las dos mujeres tuvieron una charla animada durante un rato. Después de un poco, Harper se terminó sonrojando.
Al principio a Giselle no le parecía nada, pero cuando vio la cara roja de su amiga, sintió como sus mejillas ardían inexplicablemente.
Se llevó las manos a las mejillas y bromeó: "Tienes que ponerte hielo en la cara."
Harper recuperó su compostura casi de inmediato. La miró y dijo: "No funcionará. Solo funciona en el síntoma, no en el problema."
"Con que no es tan fácil curar el problema." Giselle le guiñó un ojo. "Tendrás que encontrarme un hombre primero."
La mujer pareció captar algo. "¿Te separaste de Maverick otra vez?"
"Casi."
De hecho, Giselle no estaba segura de si la habían deshechado o no.
Esa noche, él se había ido sin decir una palabra. El mensaje parecía bastante claro, pero aún podía usar su tarjeta suplementaria cuando fue de compras hoy.
Aún así, su actitud hacía que Giselle se sintiera insegura.
Además, hoy ya había comprado mucho y la factura era enviada una a una al teléfono de él. Si el caso fuese que este se olvidó de bloquearla, lo habría hecho tras recibir la factura.
Pero no había pasado nada.
Al final, ella decidió no darle muchas vueltas al asunto.
Se estaba haciendo tarde y las chicas tenían hambre. Así que decidieron bajar las escaleras e ir a un restaurante que acababa de inaugurar. Este restaurante era muy popular en las redes sociales y su comida tenía muy buena reputación. Por lo tanto, Harper reservó una mesa con anticipación.
Después de subir al auto, Giselle le preguntó: "¿Steward está ocupado? Llámalo para que venga con nosotras."
Harper respondió: "Ya lo llamé y me dijo que hoy trabajará hasta tarde, hará horas extras."
"¿Horas extras?" la expresión de Giselle se volvió desagradable. "¿No te parece raro que haga tantas horas extras seguidas estos últimos días?"
"¡Sí!"
"¿No has pensado en visitarlo cuando hace horas extras?"
Harper sintió que algo andaba mal con Giselle. Por lo general, ella mencionaba muy poco a Steward cuando se juntaban. Pero hoy no paraba de hablar de él.
La miró con duda en los ojos. Habían sido amigas durante muchos años, por lo que podían entenderse con una mirada. Naturalmente, Giselle no se atrevió a contarle lo que vio esa noche.
La verdad es que no dijo nada porque no tenía clara cuál era la relación de Steward con esa mujer. Si hablara demasiado y todo resultara ser un malentendido, podría arruinar su relación.
Al final, Giselle se limitó a decir: "Pienso que es una pena que él no pueda salir para acompañarte cuando finalmente tienes tiempo libre."
Pero a Harper no le molestaba. "Es bueno que un hombre se mantenga ocupado con su carrera."
En ese momento, hacía viento afuera y había una ligera llovizna, por lo que conducía concentrada.
Ni siquiera se dio cuenta cuando Giselle la miró de reojo y suspiró por lo bajo.
Esta última no se quería imaginar cómo se sentiría Harper si supiera que su amado no estaba ocupado con su trabajo, sino que se la pasaba jugando con sus "amiguitos" todo el día.
Mientras más pensaba en ello, más enfadada se ponía.
No pudo evitar maldecirlo en su mente: "¡Maldito hijo de p*ta!"
Como tenían una reservación, no tuvieron que esperar y se sentaron en una mesa de inmediato. Sin embargo, no era una buena ubicación, las sentaron en una esquina.
El clima frío se prestaba para comer algo caliente.
Ambas ordenaron sus platos favoritos. Aunque la sopa que pidieron era de picante mediano, no esperaban que fuera tan fuerte, por lo que la boca de Giselle estaba roja e hinchada, como si acabara de operarse los labios.
Harper llevaba un par de anteojos. Pero como el humo los había tapado por completo, se los quitó.
Giselle se sostuvo la barbilla con una mano y se frotó el vientre con la otra. Miró a los ojos de Harper y le dijo: "Tienes unos ojos tan hermosos, pero te los tapaste con esos lentes todo el día, ¡qué desperdicio!"
La mujer no se tomó el comentario muy en serio. "Soy miope, así que no me queda otra."
Giselle se encogió de hombros. De repente, miró al otro lado y se encontró con un joven apuesto que llevaba un rato mirando en su dirección.
Ella se rio entre dientes. Ya sabía como manejaban esas situaciones, por lo que esperaba que el joven se le acercara a pedirle su contacto en cualquier momento.
Como era de esperarse, al segundo siguiente el chico se acercó, pero no de la forma que ella se esperaba. En vez de acercarse a ella, fue directamente a Harper y le preguntó: "Señorita, ¿podría agregar mi número de contacto?"
Harper levantó la cabeza sorprendida. El chico continuó: "Le he estado prestando atención durante mucho tiempo. ¿Le importaría agregarme? Me gustaría conocerla."
Harper negó con la cabeza inconscientemente, pero Giselle tomó su teléfono y sonrió. "Vamos, agrégalo."
"Giselle..."
Harper la pateó por debajo de la mesa.
Giselle no le prestó atención y agregó: "Vamos, no tiene de malo charlar con alguien. No creo que se ponga pesado."
Al escuchar esto, el chico prometió: "Le prometo que no perturbaré su vida laboral."
Justo cuando Giselle estaba a punto de pasarle al chico el contacto de Harper, Steward apareció y le quitó el teléfono.
Él la tomó de la mano y la miró con una leve sonrisa. "Giselle, ¿qué diablos estás haciendo?"
El joven estaba confundido y pensó que Steward había malentendido la situación. Finalmente, explicó: "Disculpa, creo que te equivocas. Iba a agregar a esta dama, no a tu novia."
El chico señaló a Harper...
Steward resopló y aflojó su agarre. Se acercó y puso sus brazos alrededor de Harper. Luego, curvó los labios y miró al joven. "¿Ahora entiendes?"
De inmediato el chico se fue avergonzado.
Steward aprovechó la oportunidad para sentarse al lado de Harper y notó que ambas llevaban el mismo atuendo.
Sus ojos se iluminaron con sorpresa. "¿Fuiste de compras?"
Harper asintió.
Giselle se apoyó en el sillón y lo miró con los ojos entrecerrados. "¿Qué tal? ¿Te gusta?"
Antes de que le pudiera responder, ella siguió: "¿Verdad que es más hermosa que esas celebridades de la televisión?"
Las cejas de Steward se torcieron, sabía que la chica se estaba burlando deliberadamente de él. Pero no se dejó llevar y respondió con una sonrisa: "Por supuesto, ¿quién puede competir con mi chica?"
Giselle decidió no exponerlo en el momento. En cambio, preguntó: "¿No estabas haciendo horas extras? ¿Qué haces aquí?"
El hombre respondió: "Mi amigo tiene algo que hacer, así que nos reunimos aquí."
"Ah, ya veo," Giselle comió un trozo de papa y luego dejó sus cubiertos. "¿Dónde está tu amigo? Voy a proponer un brindis."
Steward dijo: "En la sala privada. ¿Seguro que quieres ir?"
Giselle sonrió. "Por supuesto, por algo lo mencioné, ¿no?"
Steward sabía bien lo que ella quería hacer. Se puso de pie y le dijo: "No hay problema, pero no te vayas a arrepentir."