Capítulo 72
808palabras
2023-06-24 00:01
Giselle ya había calentado la cama para cuando Harper se acostó en esta.
Ambas se recostaron contra la cama, como antes.
Giselle preguntó: "Oye, ¿recuerdas la primera vez que me escapé de casa?"

Harper asintió. Era un invierno frío y nevaba mucho. Al poco tiempo, Harrison apareció con Davina y Gloria en su casa después de que la madre de Giselle falleciera. Habían llegado para ocupar su lugar.
Ese día, Giselle corrió descalza a la casa de Harper y le pidió que la acompañara.
Por aquel entonces, Harper vivía con su abuela en una casa muy humilde que alquilaban en Finceland. 
Como Giselle tenía los pies congelados, la abuelita abrazó sus pies y se puso cerca de un fuego que había encendido para calentar la casa. Sin embargo, los pies de Giselle ya estaban muy lastimados. Desde ese entonces, cada vez que había un invierno helado los pies le dolerían como aquella vez.
"Me pregunto si algún día habrá alguien que me adore tanto como lo hacía tu abuela." 
A Harper le dolió el corazón cuando escuchó eso. Extendió la mano y abrazó a su amiga. "Giselle..."

Giselle la abrazó también y le dijo en voz baja: "Harper, tienes que ser feliz." 
"¿Por qué estás tan sentimental hoy?"
Giselle frunció los labios y guardó silencio. La calefacción de la habitación estaba encendida y la temperatura iba en aumento. Harper se quitó el abrigo y se acostó. Cubrió a ambas con la manta y dijo: "Si no quieres contarme, vamos a dormir."
Giselle asintió en silencio. Justo cuando Harper estaba a punto de dormirse, de repente escuchó un susurro: "¿Qué opinas de que me case con Maverick?"

La chica se despertó de golpe y se sentó de lado. "¿Qué te está pasando?"
"¿No te parece buena idea?" respondió la chica. "Es rico y guapo. Me vendría bien casarme con alguien así." 
Harper preguntó con seriedad: "¿Él está dispuesto a casarse contigo?"
Obviamente ese no era el caso. Él solo tenía ojos para Gloria.
Aunque...
Giselle preguntó: "¿Cómo puedo dejar que Gloria se lo quede?"
Al oír esto Harper respiró hondo y contestó. "No puedes andar metiéndote en problemas solo por el impulso de molestarla." 
"No es por eso." Giselle parpadeó y miró al techo. Luego explicó: "Es que no entiendes, siempre me pregunté si la muerte de mi madre fue culpa mía." 
"Giselle..." 
"Dime, ¿qué harías en mi posición?" Giselle se volteó para mirar a su amiga y le preguntó: "Si fueras yo y aquella pareja de madre e hija hubiera vuelto loca a tu madre. Si otros hubieran usurpado el lugar de tu familia y ahora quisieran echarte de tu casa, dejándote sin nada. ¿Podrías soportar todo eso?" 
No es como si Harper no sintiera empatía por ella. Pero le preocupaba que su mejor amiga se terminara arrepintiendo de sus acciones.
"Solo no seas impulsiva, ¿de acuerdo?" 
Después de unos segundos de silencio, Giselle asintió y dijo: "Lo sé, solo es una idea." 
Harper respiró aliviada. "Vamos a dormir y cuando despertemos vamos a comer algo caliente."
"Bueno." 
Cuando Giselle cerró los ojos, pudo escuchar la voz de Liyana de nuevo. Esta le dijo que todos hablaban de lo bien que se veían juntos Patrick y Vanessa.
Solo habían pasado tres años y seis meses desde que él se fue de Finceland. Pero ya llevaban tres años de pareja. 
Giselle pensaba que su relación con él era única.
Sin embargo, ahora se daba cuenta de que ella era la única que seguía viviendo en el pasado.
Patrick ya había encontrado un nuevo amor. Incluso, ni siquiera la recordaba.
Giselle no podía evitar preguntarse por qué él se fue sin darle ninguna explicación.
¿Acaso ya se había enamorado de Vanessa y tenía miedo de que Giselle lo enfrentara? ¡Qué cobarde!
Aunque tenía muchas cosas en la cabeza esa noche, logró conciliar el sueño. Al despertar, vio a Harper bien vestida y sentada a su lado. Cuando esta notó que su amiga había despertado, se giró para mirarla y frunció el ceño. "Giselle, ¡te mueves mucho cuando duermes." 
"¡Ah!"
"Me pateaste no sé cuántas veces. Pensé que iba a morir." 
"No mientas," respondió Giselle. 
"¿Acaso Maverick nunca te lo dijo?" 
Giselle se quedó pensando un rato. Para ella eso nunca había pasado. Pero ahora que lo pensaba, de vez en cuando al despertarse veía a Maverick mirándola con cara de pocos amigos.
"Parece que él ha sido bastante paciente contigo." 
"¡Por supuesto!" Giselle se despertó de buen humor. Con un poco de arrogancia dijo: "Después de todo, se va a dormir más que contento. Estamos hechos el uno para el otro." 
Los hombres no eran los únicos que bromeaban mientras tenían charlas subidas de tono.
Este tipo de conversaciones no tenía nada que ver con el género. 
Incluso la reservada Harper tenía curiosidad sobre el tema: "Oye, ¿cómo es Maverick?"