Capítulo 53
1619palabras
2023-05-23 00:02
La puerta del ascensor se abrió al mismo tiempo que escuché ese comentario, por lo que, sin dudarlo, me metí adentro y apreté el botón para cerrar las puertas.
Sin embargo, cuando estas estaban a punto de cerrarse, una poderosa y enorme mano bloqueó el cierre y el ascensor volvió a abrirse. Entonces, un hombre al que no había visto casi en una semana entró con un aura de enojo que no podía ser ignorada con facilidad.
De igual manera, me paré a su lado indiferente y sin decir nada, fingiendo que no lo veía. Lo único que hacía era mirar en silencio el número del piso al que me dirigía.
Finalmente, la puerta del ascensor se cerró y nos quedamos los dos encerrados en ese diminuto espacio. Él me miraba hacia abajo mientras que el ambiente se tornaba inhóspito.
Cuando llegamos a mi piso, salí a toda prisa, saqué la llave para abrir la puerta.
No obstante, tan pronto como lo hice, Jayden me tomó del brazo y me presionó contra la puerta. Luego, sin poder contener más su enojo, me preguntó con voz profunda: "Mia, ¿acaso eres sorda o ciega?".
Yo no me resistí, solo lo miré y le pregunté con un tono indiferente: "Vaya, ¿cómo está, señor Christian?".
"¿Has estado con él durante los últimos días?", volvió a decir lo que ya me había dicho abajo con una oscura mirada en sus ojos.
"¿Hay algún problema con eso?", le dije sarcásticamente, sin negar sus sospechas.
¿Por qué siempre tenía que ser tan hipócrita? Él había llevado a Susan al hospital en brazos y de igual manera quería interponerse entre yo y Brandon.
"Apenas me alejo de ti buscas a otros hombres para divertirte, ¿no es así?", me dijo con un tono gélido mientras se mordía la mejilla fuertemente.
Entonces, sentí un vacío en mi corazón y una inexplicable tristeza. Luego, miré al suelo y sonriendo con indiferencia, dije: "Sí, y espero que mi respuesta te deje satisfecho".
De todos modos, él siempre había creído que me casé con él por su dinero. Por eso, que ahora nos divorciáramos y yo me buscara otro hombre rico no debería parecerle extraño.
Sin embargo, de un segundo a otro me dio un beso feroz al tiempo que me mordía los labios. El beso era tan despiadado que me daba la impresión de que solo quería descargar su ira o probar un punto.
Así, yo simplemente me quedé quieta y lo dejé desahogarse mientras miraba al frente con ojos perdidos. En verdad no podía entender qué era lo que este hombre quería de mí.
De repente, él notó un sabor salado proveniente de mis labios, así que se detuvo y secó mis lágrimas con su mano. Luego, dijo con un tono rastrero: "¿Estar conmigo te hace sentir tan mal?".
Pero yo simplemente sacudí la cabeza y lancé una risita mientras cerraba la puerta. A continuación y sin decir una palabra, me quité la chaqueta y los pantalones.
"¡Qué estás haciendo!", gritó Jayden con tono grave.
Me encogí de hombros, fingiendo estar actuando con total naturalidad y le dije: "¿Acaso no viniste a mi casa solo porque querías acostarte conmigo? Me estoy desvistiendo sola para no causarte molestias".
Me hice a la idea de que el periodo de Susan todavía no había terminado y que quizás por eso había venido a verme
Sin embargo, las venas de su frente se hincharon y, tomándome en brazos, me llevó hasta el dormitorio.
Al parecer tenía razón sobre el motivo de su visita.
Por ese motivo, me sentí extremadamente decepcionada y la amargura en mi corazón comenzó a subir y bajar como unas olas que amenazaban con tragarme.
Mientras me tenía en brazos, le susurré: "Por favor, después de esta vez, déjame en paz...".
Sin embargo, él me arrojó a la cama, haciéndome soltar un grito de sorpresa.
De pie junto a la cama, Jayden apretó los dientes y exclamó: "¡Mia, no soy el cerdo que tú crees que soy!".
Tan pronto como hubo dicho esto, se marchó, dando un estruendoso portazo al salir.
Yo quedé impactada y la lágrimas comenzaron a brotar por mis mejillas como si fueran cuentas de un rosario roto. Mi corazón, que acababa de caer al fondo del abismo, parecía que volvía poco a poco a su lugar original.
Entonces, mire en la dirección en la que él se había ido, como si hubiera una especie de vapor que me envolvía y me arrancaba el corazón.
¿Por qué? ¿Qué diablos tenía pensado hacer?
Ya nos habíamos divorciado, pero él no estaba dispuesto a dejarme ir.
Cuando me daba por vencida, él siempre me mostraba un rayo de esperanza, pero cada vez que confiaba tan solo un poco en él, la realidad me partía el corazón y me dejaba una nueva herida sangrante.
Tal vez, ante sus ojos, yo realmente no tenía corazón y por eso no sentía lo doloroso que todo esto era.
......
Al día siguiente, desenchufé mi celular del cargador y lo prendí. Cuando terminó de encenderse, pude ver que tenía una llamada perdida de Jayden, probablemente a la hora en que iba saliendo del hospital.
Sin embargo, para ese entonces, ya no me quedaba batería, y cuando regresé a casa más tarde, se me olvidó prenderlo tras ponerlo a cargar.
Me quedé pensando abstraída por un momento, pero luego decidí borrar las notificaciones de llamada y hacer como si no hubiese visto nada.
De todos modos, no quería hablar por teléfono en este momento.
Después, me maquillé ligeramente, solo para ocultar el cansancio de mi rostro, y me fui a trabajar.
Después de marcar mi llegada, me dirigí a mi escritorio, mas cuando pasé por la sala de descanso, escuché como la gente hablaba de mí.
"¿Supieron que esa tal Mia desapareció durante unos días después de su primer día de trabajo? ¿Será que tiene algunos contactos importantes?".
"Bueno, eso sucede mucho. Si estás dispuesta a abrir las piernas, puedes conseguir toda clase de contactos".
"No digan eso. Si Olivia las escucha, están acabadas".
"No tengas miedo. Olivia trabajó hasta muy tarde ayer, así que no llegará temprano hoy".
"Así es. Además, esa Mia se denigra a sí misma. ¿Por qué no podemos hablar mal de ella entonces?".
......
Yo me detuve a escuchar todo lo que decían, pero no sentí ninguna inquietud en mi corazón al escucharlas.
Probablemente porque lo que decían contenía un poco de verdad.
Si no me denigrara a mí misma, cómo podría estar dispuesta a amar a un hombre que ni siquiera me había prestado atención durante los últimos años.
Entonces, recordé a la chica que intentó persuadir a las demás para que no hablaran mal de mí: se llamaba Jesica.
De pronto, esa misma mujer se dio la vuelta y me vio. Enseguida, tosió un par de veces y le guiñó el ojo a sus otras dos compañeras, y luego me dijo tartamudeando: ¿Será que... será que escuchaste eso?".
"Así es; qué lindas palabras", le respondí, haciendo una mueca con los labios, y enseguida me alejé tranquilamente.
Al saber que yo ya me había enterado de todo, la mujer llamada May, quien había dicho que yo estaba dispuesta a denigrarme abriendo las piernas, no se sintió culpable en lo más mínimo. Al contrario, se aprovechó de que tenía más años de experiencia en la empresa y me empezó a dar órdenes como si fuera su sirvienta.
En tan solo unos días, Olivia se había topado con ella varias veces, pero pareció no darle importancia, como si alguien le hubiera explicado la situación.
Por eso mismo, May sintió que Olivia había autorizado su conducta y se volvió incluso más inescrupulosa.
Jesica realmente no podía soportar el comportamiento de esa mujer, así que trató de persuadirla, pero May le respondió orgullosa: "¿A qué le tienes miedo? Nadie la ha defendido después de todos estos días. Tal vez las conexiones que tiene no son tan importantes".
Yo traté de convencerme a mí misma de que solo era medio año de hacer trabajos menores, por lo que tan solo lo toleraría hasta que todo pasara.
Al fin y al cabo, Brown's Group necesitaba esta cooperación con Eastern Star, y no se vería bien que yo causara problemas en mi estadía acá.
Un día, May me pidió que le preparara café, y yo lo preparé y le agregué azúcar y leche de acuerdo a sus gustos.
Pero inesperadamente, tras tomar un sorbo, me arrojó la taza encima y me gritó: "¡¿Acaso quieres que muera quemada?!".
Esto me tomó totalmente por sorpresa, y el café hirviendo mojó todo mi pecho. Mi piel ardía de dolor y mi camisa blanca se pegó a mi pecho, completamente empapada.
Apreté los puños con fuerza, pues realmente ya no quería tolerarlo más, pero cuando estaba a punto de perder los estribos, alguien me alcanzó un traje por sobre el hombro. Cuando miré hacia atrás, vi a Jayden parado a mi lado con el semblante sombrío.
"Señor Christian, ¿qué hace aquí?", dijo May, parándose de la silla aterrorizada.
Jayden la miró y preguntó: "¿Cuánto tiempo llevas trabajando aquí?".
"Seis años", respondió con voz temblorosa.
"Entonces, ¿ya estás aburrida de haber estado aquí seis años?", dijo él con un tono escalofriante, a pesar de que había una leve sonrisa en su rostro.
May entró en pánico, pero lo primero que atinó a hacer fue a quejarse y decir: "Probablemente no sepa que Mia es totalmente incapaz de hacer nada bien. Confiada de que sus contactos la apoyarían, retrasó el trabajo de todas en un acto de egoísmo. Solo porque no terminó sus deberes de ayer, le dije unas cuantas cosas, pero ella deliberadamente me sirvió una taza de café hirviendo para vengarse".