Capítulo 51
1483palabras
2023-05-21 00:02
Sin embargo, ella guardó silencio por largo rato, y me puse tan ansiosa que le pregunté directamente en qué hospital estaba.
Después de escuchar el nombre del hospital, me volví hacia Brandon y le pregunté con lágrimas en los ojos: "Señor Johnson, ¿podría llevarme al Hospital Central? Mi abuelo se desmayó".
"Por supuesto", dijo, asintiendo con la cabeza, y a toda prisa giró el volante y agregó: "No te preocupes, el abuelo va a estar a bien".
Mi mente estaba hecha un lío y un mal presentimiento se anidaba en mi corazón. Pero mientras más pensaba en ello, más me angustiaba.
"¿Podría darse prisa, por favor?", pregunté, sin poder contenerme.
Enseguida, Brandon aceleró mientras tomaba el volante con una mano y con la otra sostenía mi mano, la cual descansaba sobre mi muslo. Luego, me dijo: "No te angusties tanto; es normal que las personas mayores tengan varias enfermedades".
Inconscientemente, retiré mi mano y me sequé las lágrimas. Seguidamente, asentí con la cabeza y, mordiéndome los labios, respondí: "Sí, eso espero".
Al llegar al hospital, se detuvo frente a la puerta principal y me dijo: "Entra tú primero. yo vendré después de estacionar el auto".
"No es necesario, señor Johnson. Iré sola", le dije mientras me desabrochaba el cinturón, pues no quería molestarlo.
Él no quiso insistir y simplemente contestó: "Está bien. Ahora ve junto a tu abuelo, pero llámame si necesitas algo".
"Está bien. Gracias por traerme".
A continuación, corrí al vestíbulo del hospital y le pregunté a la enfermera dónde estaba la sala de emergencias.
Cuando llegué al lugar, vi que la luz de la sala de operaciones estaba encendida. Alli estaba mi tía que miraba de vez en cuando a Allison, la cual estaba sentada en silencio en una silla. Sin embargo, a su lado había un hombre... Era Owen.
Él llevaba puesto un traje y un par de anteojos con marco dorado que lo hacían parecer alguien de la élite, mas nadie sabía en verdad lo hipócrita que era.
Al verlo, sentí un estruendo en mi cabeza y no pude evitar preguntarme por qué estaba él aquí.
Pero con mi tía y Allison presentes, no podía decir nada. Así, me acerqué a Allison y le pregunté: "¿Por qué el abuelo se desmayó de repente?".
Ella agachó la cabeza sintiéndose un tanto culpable, pero me respondió con actitud firme: "Ya sabes que el abuelo tiene la presión arterial elevada, así que es natural que se desmaye al escuchar una noticia impactante".
Tuve un mal presentimiento al escuchar su respuesta, pero mi tía directamente perdió los estribos. Entonces, señaló a Owen y espetó enfurecida: "¿Acaso el abuelo se habría desmayado si este hombre no le hubiera contado de repente sobre la muerte de tu tía?".
¿¡Qué!?
Quedé completamente en shock, y como comenzaron a discutir sobre el asunto, pude enterarme de toda la historia.
Por lo general, era Allison quien traía a Owen a casa, y hoy estaba a punto de comenzar cenar cuando, en medio de la charla, Owen le dijo directamente a mi abuelo sobre la muerte de mi madre, aunque yo no sabía cómo se había enterado él.
Sinceramente, no esperaba que esto pudiera ocurrir. Yo ya le había advertido a Allison que Owen no era una buena persona, pero ella seguía relacionándose con él e incluso lo había invitado a la casa.
"¿Por qué hiciste esto?", pregunté, acercándome a él con el cuerpo tembloroso.
"Lo siento. No lo hice a propósito", me contestó.
Seguidamente, agachó la cabeza y me miró con una sonrisa maliciosa que solo yo pude ver.
De repente, recordé el mensaje de texto que me había enviado esta tarde y mi ira estalló de golpe. Por lo mismo, levanté la mano y lo abofeteé en la cara al tiempo que gritaba: "¡M*ldito b*stardo!".
¡Lo hizo apropósito! ¡Lo había hecho apropósito!
Como me negué a reunirme con él, se aprovechó de Allison para colarse en casa y contarle a mi abuelo sobre la muerte de mi madre, a sabiendas de lo que pasaría.
Incluso si el abuelo no se hubiera desmayado, definitivamente me hubieran llamado y me hubiera terminado encontrando con él de todos modos.
Este era ese "otro método" al que se refería en su mensaje. ¡Qué sujeto tan despreciable y desagradable!
Owen no retrocedió ni esquivó la bofetada, pero mantuvo la calma y la sonrisa en su rostro permaneció inamovible. Sin embargo, Allison se levantó para defenderlo y me preguntó enfurecida: "Mia, ¿qué estás haciendo? ¿Por qué lo golpeaste?".
Al verla defender a Owen de esa manera, también perdí los estribos y exclamé: "¿Qué tiene? Por su culpa el abuelo se desmayó y ahora está en riesgo vital".
"Ya dijo que no lo hizo a propósito", replicó Allison, tomándolo del brazo y respondiendo por él.
Yo asentí con la cabeza repetidas veces, y luego dije: "Está bien... Entonces, ¿por qué no le preguntas cómo se enteró sobre la muerte de mi madre?".
Allison se congeló de un segundo a otro, probablemente porque todo había sucedido tan rápido que no había tenido tiempo para preguntarse eso.
En ese momento, ella miró a Owen, pero este respondió con total naturalidad: "¿Ya lo olvidaste? Después de que te emborracharas hace dos noches me lo contaste. Pero yo no sabía que todavía no le habías contado a tu abuelo, considerando todo el tiempo que ha pasado".
Con que Allison y él estaban en contacto desde el banquete e incluso habían tomado algunas copas juntos.
Por mi parte, apreté los puños con fuerza y pregunté: "¿Entonces ya le dijiste a mi prima que Madison es tu hermana?".
Mi tía y Allison odiaban tanto a Madison por todo lo que le había hecho a nuestra familia, que si mi prima se enteraba de esto, ya no trataría a Owen con tanta paciencia.
Efectivamente, Allison abrió enormemente los ojos y preguntó: "¿Qué?".
Mi tía también se sorprendió, así que le preguntó directamente: "¿Eres el hermano de Madison?".
Owen me miró con frialdad y luego, aceptando su culpabilidad, dijo: "Sí, Madison es mi hermana. Nuestra familia no supo criarla bien, así que terminó haciendo muchas atrocidades. Sin embargo, ahora está pagando el precio por todo lo que ha hecho".
Qué desvergonzado, como si él no fuera igual de retorcido.
"¡Vete de aquí y no vuelvas a nuestra casa de nuevo!", exclamó mi tía, empujándolo enojada.
Owen siempre había sido bueno actuando, e incluso en este momento, se mantuvo cortés y dijo: "Tía, no te enojes. Sé que no quieres escuchar explicaciones ahora, así que me iré. Pero si hay algo que pueda hacer por ti, deja que Allison me contacte a cualquier hora".
Tan pronto como terminó de hablar, me miró pensativamente y se marchó.
"Mamá, ¿qué estás haciendo? ¿No es una falta de respeto echarlo así?", murmuró Allison, ansiosa.
No obstante, mi tía la fulminó con la mirada y la regañó enojada: "¿Respeto? ¿Olvidaste cómo su hermana lastimó a tu tía? ¡Si vuelves a hablar con ese hombre, te romperé una pierna!".
En ese momento, la puerta de la sala de emergencias se abrió y los doctores aparecieron con el abuelo en una camilla. De inmediato, nos acercamos al doctor y le preguntamos cómo estaba él.
El médico levantó la mano, se quitó la máscara y, con el semblante serio, dijo: "La presión arterial del paciente es inestable. Aunque su vida no corre peligro por el momento, dadas las condiciones actuales, es muy probable que sufra un accidente cerebrovascular. Podremos evaluar todo con mayor claridad una vez que el paciente recupere la consciencia".
En caso de incertidumbre, era raro que un doctor usara palabras como "muy probable", lo cual significaba que ocurriría casi con completa certeza.
Sentí como si me hubiera caído un rayo, así que me apoyé contra la pared para no caerme y pregunté: "¿Un ataque cerebrovascular?".
El médico asintió.
Enseguida estallé en lágrimas, pues sentía que todo era mi culpa.
Entonces, el abuelo fue trasladado a un cuarto del hospital. Posteriormente, el médico imprimió la lista de honorarios y nos contó sobre los gastos relacionados con su internación.
Yo tenía muy clara la situación económica de la familia de mi tía. Mi tío político era un hombre adicto al alcohol y a las apuestas, así que era imposible que tuvieran dinero para pagar el tratamiento del abuelo.
Por eso, como no quería hacerle las cosas difíciles a mi tía, fui a pagar sola.
Tras vender mi casa, no había gastado mucho dinero, así que me las arreglaría de alguna forma para llegar a fin de mes.
Después de pagar la cuenta, compré tres porciones de comida rápida a la entrada del hospital, ya que, aunque yo no tenía mucha hambre, mi tía y mi prima de seguro si tendrían.
Pero cuando estaba a punto de entrar de vuelta al hospital, me encontré con una silueta familiar: se trataba de Jayden, y sostenía a Susan en sus brazos.