Capítulo 49
1589palabras
2023-05-19 00:02
Estaba caminando en círculos con el teléfono en la mano, sin saber qué hacer.
¿Debía abrir la puerta?
Solo Dios sabía lo que él sería capaz de hacer si lo dejaba pasar. Definitivamente no podía abrirle la puerta, aunque me costara la vida.
Owen me volvió a llamar, pero cuando vi el identificador de llamadas, mi mano languideció y mi celular cayó al suelo con un ruido sordo.
Lo recogí a toda prisa y decidí contestar. Entonces, le pregunté histérica: "¿Qué rayos es lo que quieres?".
Si él continuaba acosándome así, tarde o temprano me volvería loca.
"Nada, Mia. Solo quiero verte", respondió él con un tono de voz espeluznante.
"¡M*ldito psicópata!", exclamé rechinando los dientes, y luego corté la llamada y apagué el teléfono.
Sin embargo, él comenzó a llamar a la puerta de nuevo, y cada golpeteo resonaba en mi corazón y me hacía temblar.
Hasta sentía pánico de que decidiera romper la cerradura de mi hogar.
Con esto en mente, corrí al dormitorio y cerré con pestillo, pero todavía me sentía intranquila.
Cierto... podía llamar al dueño de la propiedad para pedir ayuda.
Así, encendí mi teléfono nuevamente y llamé a la compañía que administraba mi edificio, denunciando que alguien quería entrar a mi casa.
Cuando les di el número de mi departamento, me aseguraron que el guardia de seguridad vendría de inmediato a ayudarme.
Seguidamente, salí de la habitación y miré hacia afuera y, como era de esperar, un guardia de seguridad apareció a la brevedad. A pesar de que no pude escuchar lo que decían, Owen terminó yéndose.
Al fin pude volver a estar tranquila. En ese momento, el administrador de la propiedad me llamó nuevamente para decirme que todo estaba solucionado y que lo sentía mucho, pues todo había sido culpa de ellos.
Después de colgar el teléfono, me acurruqué en el sofá como una pelota desinflada. Afuera todavía estaba oscuro, pero ya no llovía.
Lentamente, el miedo se fue disipando y mi mente comenzó a aclararse. Tal vez, no debería tenerle tanto miedo a Owen. A fin de cuentas, ya no era una estudiante de secundaria y podía defenderme sola.
Sin importar lo que él quisiese hacer conmigo, tenía que enfrentarlo como acababa de hacerlo en lugar de temer a lo que pudiera hacer.
Sin embargo, en ese instante no sabía lo ingenua que era al pensar eso, ya que pronto me daría cuenta de que Owen era mucho más despreciable de lo que imaginaba.
Finalmente, entré al baño y me duché. Luego, me senté junto a la ventana y llamé a mi tía.
Durante la llamada, le informé que pronto iría a verla a ella y al abuelo a su casa, y que también me encargaría de decirle al abuelo sobre la muerte de mi madre.
Después de eso, me recosté en la cama y cerré los ojos para dormir, pero cuando estaba a punto de quedarme dormida, alguien llamó a mi puerta sin parar.
¿Era posible que fuera Owen otra vez?
De inmediato me levanté y encendí la luz. A continuación, fui con pantuflas hasta la puerta y puse el ojo en la mirilla.
Tan pronto como vi con claridad la silueta alta parada afuera, el enojo se apoderó de mí. Entonces, abrí la puerta y dije: "¿Por qué vienes a mi casa a estas horas?".
Cabe mencionar que cuando abrí la puerta, un olor a alcohol mezclado con la brisa helada me golpeó la nariz. Enseguida, Jayden se apoyó contra el marco de la puerta, entrecerró ligeramente los ojos y dijo: "Olvidé... olvidé traer la llave".
No pude evitar fruncir el ceño al escucharlo. ¿Estaba borracho? Esta era mi casa. ¿Por qué iba a tener una copia de la llave?
Por eso, puse los ojos en blanco y dije: "Señor Christian, ¿está borracho? Esta es mi casa. ¿Qué está haciendo aquí?".
Él se inclinó, me pellizcó la mejilla y me contestó: "No estoy borracho... yo, solo te extrañaba".
Qué hombre más loco.
Durante el día me amenazó constantemente y ahora se había transformado en un borracho que hablaba tonterías.
A continuación, me apoyé contra la puerta con los brazos cruzados frente a mi pecho y dije burlonamente: "¿Qué me extraña dice? ¿Sabe a quién tiene en frente en estos momentos? No sabía que al señor Christian le gustaba tanto coquetear con las mujeres cuando estaba borracho".
"Solo te digo estas a cosas a ti, no a las demás", me dijo mientras sus ojos resplandecían.
Al escucharlo, mi corazón latió con fuerza y me sentí como una adolescente que acababa de enamorarse. No era posible que las palabras de un hombre borracho me conmovieran tanto.
Así, con su cuerpo tembloroso, Jayden se abrió paso hasta mi hogar lentamente. Una vez adentro, revisó la sala de estar, el baño e incluso mi dormitorio.
Yo, que iba detrás de él, me relamí los labios y le pregunté impaciente: "¿Qué estás buscando? ¿Me harías el favor de volver a tu casa?".
Sin embargo, de un segundo a otro, se dio la vuelta y comenzó a reír. Seguidamente, con sus ojos brillando de felicidad, me dijo: "Qué bien; él no está en tu casa".
No podía recordar si lo había visto sonreír así alguna vez en el pasado, pero se veía tan diferente del arrogante presidente de Eastern Star que solía ser. Al parecer estaba borracho hasta las patas.
"¿De quién estás hablando?", pregunté un tanto sorprendida al escuchar sus palabras.
Ya estaba bastante entrada la noche. Por supuesto que iba a estar sola en mi casa. ¿A quién más esperaba encontrar?
A pesar de que estaba muy borracho, quiso venir a mi casa, ya que probablemente sospechaba que Brandon estaría aquí después de haberme pasado a buscar al trabajo.
Entonces, abrió ligeramente sus delgados labios, pero cuando estaba a punto de responderme, se tiró directo en mi cama y se durmió...
Su complexión era grande y fuerte, y ahora que estaba tirado sobre mi cama de metro y medio, esta se veía bastante pequeña.
La habitación estaba en silencio, así que podía escuchar su respiración larga y constante.
Incluso aunque estuviera enojada, no había nada que pudiera hacer por el momento, por lo que me rasqué la cabeza con impotencia. ¿Qué diablos estaba pasando?
Iba a pedirle a Olivia que viniera a llevárselo, pero como ya era casi la medianoche, consideré que no era prudente pedirle el favor a nadie.
Rendida, me agaché y le quité los zapatos de cuero. Luego, fui al otro lado de la cama y luché por quitarle la chaqueta. Afortunadamente, como estaba borracho, no se resistió.
Después, fui al baño a buscar un jarro con agua para lavar su cuerpo, y para cuando terminé de atenderlo, estaba completamente sudada.
Por eso, volví a bañarme, y una vez que estuve lista, saqué una manta del armario y me acosté en el sofá, haciéndome a la idea de dormir fuera de mi cama por una noche.
Sin embargo, cuando me puse a pensar en que tenía que ir a trabajar a Eastern Star a la mañana siguiente, no pude evitar sentirme un tanto molesta.
Aunque no había nada entre Jayden y Susan, eso no significaba que yo pudiera llevarme bien con él con certeza.
Todas las cosas que habían ocurrido en el pasado se repetían en mi mente, y cuanto más pensaba en ello, más intranquila me sentía y menos podía dormir
Las heridas del pasado estaban tan frescas como si todo hubiera ocurrido ayer, y seguían doliéndome intensamente.
Sin poder conciliar el sueño, fui a mi dormitorio para ver cómo estaba. Seguía durmiendo, pero la frialdad con la que me había tratado en el pasado me seguía pesando.
......
Cuando me desperté al día siguiente, descubrí que estaba durmiendo en mi cama, pero cuando miré a mi lado, no vi a nadie.
Entonces, salí de la habitación y miré a mi alrededor, pero tampoco vi a Jayden por ningún lado. La verdad, ni me di cuenta cuándo se fue.
Ese hombre realmente creía que mi casa era un hotel al que podía ir y venir a su antojo.
Mientras me quejaba para mis adentros, me senté frente a la cómoda y me maquillé, mas me tomó un largo rato tan solo cubrirme las ojeras.
Por suerte, la jornada laboral en Eastern Star comenzaba un poco más tarde y la empresa quedaba relativamente cerca de mi hogar, así que no era necesario que me apurara.
Tan pronto como entré al edificio, Olivia se acercó desde la recepción y me dijo: "Señorita Clinton, la guiaré a su nueva oficina".
Me pregunté por qué ella había venido a recogerme siendo que la recepcionista nunca se había molestado en detenerme.
Mientras subíamos por el ascensor, me percaté de que mi oficina estaba en el mismo piso que el de la presidencia y sus secretarias, lo que significaba que nos veríamos todos los días.
Desconcertada, pregunté: "No estoy aquí para trabajar como secretaria de Jayden. Entonces, ¿por qué mi oficina está en este piso?".
Como todavía no había comenzado la jornada, las únicas que estábamos allí éramos Olivia y yo, así que le pregunté directamente sin guardarme nada.
"No lo sé. El señor Christian lo arregló todo", me respondió ella con una sonrisa.
Sin embargo, como ella era la asistente de mayor confianza de Jayden, no me diría nada sin la expresa autorización de su jefe.
De todas formas, no podía descargar mi frustración sobre ella, así que, mirando a la puerta de la oficina de él, dije calmadamente: "Entonces le preguntaré en persona".