Capítulo 48
1422palabras
2023-05-18 00:02
Al escuchar mi petición, su semblante se ensombreció. Luego, con un tono de voz frío y grave, me dijo: "Está bien. Ahora fírmalo".
Supuse que pasarían al menos seis meses antes de que el resort comenzara a construirse, pero... yo simplemente lo tomaría como los últimos días para estar con él.
Finalmente, tomé la pluma que me acercó y firmé mi nombre rápidamente sin siquiera mirar el contrato. Luego, puse mi huella dactilar junto a la firma.

Jayden tomó el contrato y lo miró con satisfacción mientras asentía con la cabeza, y a continuación me dijo: "A partir de mañana, recuerda llegar a trabajar a la hora"
"¡Jayden, yo no estoy de acuerdo con todo esto!", rugió Susan, abriendo la puerta de la oficina de golpe al tiempo que entraba corriendo.
Olivia, quien venía siguiéndola, le dijo: "Directora Lopez, el señor Christian sigue ocupado. No es apropiado que lo interrumpa".
"¿Quién te crees que eres? ¿Cómo te atreves a detenerme?", replicó Susan con desdén.
Olivia llevaba años trabajando como su asistente, pero, probablemente, esta era la primera vez la trataban así. Por eso, su sonrisa se congeló por un momento, más se recuperó rápidamente y dijo: "No me atrevería a detenerla..."
"Olivia, puedes retirarte", dijo él calmadamente.

Con una sonrisa triunfal, Susan corrió hacia él y le dijo coquetamente: "Jayden, quiero que ella trabaje aquí en Eastern Star. Por favor, no la dejes venir, ¿está bien?".
Me sentaría muy bien que él aceptara su petición.
Pero inesperadamente, la miró tranquilamente y le dijo: "Va a trabajar en Eastern Star, no en tu empresa".
Era evidente lo que quería decirle con eso: esto no es asunto tuyo.

Por un momento me quedé estupefacta, pues no esperaba que la fuera a tratar así.
La expresión en el rostro de Susan era un tanto extraña, pero como no quería parecer menos frente a mí, mantuvo la compostura y dijo: "Pero la tía le prometió a mis padres que me dejarían trabajar aquí en un ambiente feliz, y si la veo a ella rondando no podré estar feliz".
Jayden no se conmovió en lo más mínimo, sino que dijo con frialdad: "Esa es una promesa que mi madre te hizo, así que puedes ir y hablar con ella al respecto. Sin embargo, creo que serás más feliz si regresas a trabajar a tu propia empresa".
Susan quedó sin palabras, pero al instante me lanzó una mirada de odio y dijo: "¡Si te atreves a quedarte acá, te daré una lección!".
Tan pronto como hubo dicho esto, se fue corriendo hecha una furia.
"¿Cómo fue que...?", traté de preguntarle a Jayden, no dando crédito de lo que acababa de ver.
"Ya te dije que no tengo nada que ver con ella. ¿Me crees ahora?", me respondió, mirándome con frialdad.
La atmósfera se tornó silenciosa de pronto, ya que me había quedado sin palabras, pero, de alguna manera... ahora mi corazón no se sentía tan desolado.
Por suerte, mi teléfono sonó de pronto, quebrando el incómodo y vergonzoso silencio.
Tras sacarlo de mi bolso, vi que era Brandon quien llamaba, así que contesté y dije: "Señor Johnson".
"Mia, ¿cómo te va? ¿Pudiste resolver el asunto?", preguntó la gentil voz de Brandon del otro lado de la línea.
"Sí, ya está resuelto", le dije mientras inconscientemente miraba a Jayden de reojo, aunque no podía entender por que la expresión en su rostro era tan lúgubre.
"Entonces baja. Yo estoy afuera del edificio de Eastern Star y parece que va a llover, así que te llevaré a casa personalmente".
Enseguida, miré por la ventana y efectivamente vi nubes negras, así que le contesté: "Muy bien, bajaré en un minuto".
Tras colgar el teléfono, tomé el contrato que había sobre la mesa y le dije a Jayden: "Señor Christian, ya me voy".
Sin embargo, él ni siquiera me miro y, tomando asiento, me dijo con voz fría y dura: "Ya quisieras. Todavía no es hora de salir del trabajo".
"Comenzaré a trabajar en Eastern Star desde mañana", le respondí con una flamante sonrisa.
Después de haberle dicho esto, me di la vuelta y me marché de su oficina sin volver a mirar su colérico rostro.
Cuando estaba a punto de salir del edificio, vi el auto de Brandon estacionado al frente, así que corrí hacia él y abrí la puerta.
Tras ponerme el cinturón de seguridad, dije tímidamente: "Señor Johnson, no es necesario que me pase a buscar".
La personalidad de Brandon era muy agradable, ya que, a pesar de tan solo ser su secretaria, me trataba extraordinariamente bien, lo cual me hizo pensar que todo ese asunto sobre querer ganarse mi corazón no era una broma.
Tal vez, no era tan malo venir a trabajar a Eastern Star y alejarme de él, ya que le debía muchos favores, al fin y al cabo.
"No te preocupes; solo pasaba por aquí", me respondió mientras ponía en marcha el auto, y luego agregó: "¿Cómo te fue con Jayden? Si él no quiere cambiar las condiciones, siempre podemos encargarnos de otros proyectos.
"Ya está hecho. A partir de mañana, vendré a trabajar a Eastern Star", dije, apretando los labios.
"Mia, no quiero que te traten mal solo por ayudar al Brown's Group", respondió él con total honestidad mientras apretaba fuertemente el volante.
A cada momento se preocupaba por mis emociones, y eso me conmovía un tanto. Sin embargo, sentía que mi decisión era la correcta.
Así, con una sonrisa le dije: "No me van a tratar mal, y estoy dispuesta a hacer el trabajo".
Tras escucharme, él suspiró levemente y no dijo nada más.
Tan pronto como el auto se detuvo frente a mi casa, la lluvia se intensificó, y recordé que las lluvias de verano siempre caían con mucha fuerza.
Después de desabrocharme el cinturón de seguridad, estaba a punto de bajarme del auto cuando Brandon de repente me agarró del brazo, me miró seriamente y me preguntó: "¿De verdad estás de acuerdo con esto?".
Extrañamente, su pregunta me llenó los ojos de lágrimas, porque desde que falleció mi madre, nadie se había preocupado por mí, excepto Brandon, que una y otra vez se cercioraba de que nadie me lastimara.
Entonces, con la nariz irritada, negué con la cabeza y le dije: "Estoy bien, esto es lo que debo hacer".
De hecho, sí era mi deber completar este proyecto, ya que si tan solo fuera la asistente de Brandon, sería impensado rechazar una solicitud como la que había hecho Eastern Star.
En ese momento, me dejó ir y dijo en voz baja: "Tontilla, ahora ve a casa".
"Está bien, conduce con cuidado", le contesté, abriendo la puerta y bajándome del vehículo.
Cuando llegué a casa, todavía era temprano, así que quise ir a visitar a mi tía, mas cuando miré por la ventana las gotas de agua del tamaño de unos frijoles, desistí de mi idea y decidí quedarme en casa.
Entonces, me acurruqué en el sofá y vi televisión hasta que me dio hambre y me levanté a cocinar.
Sin embargo, tan pronto como hube terminado de cenar, mi celular comenzó a sonar desesperadamente: se trataba de Owen.
De inmediato, rechacé la llamada, pero ya había perdido el apetito. Luego, tomé uno de los palillos y me lo metí en la boca, pero sabía a cera.
¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!
Alguien llamó de pronto a la puerta, y mi corazón comenzó a latir fuertemente a la vez que un mal presentimiento se apoderaba de mí. Así, caminé hasta la puerta y me asomé por la mirilla, y cuando vi quien era, la sangre de mis venas se congeló.
La luz del pasillo era de un amarillo tenue, y Owen estaba parado afuera de la puerta vestido de negro. Llevaba un sombrero que le cubría la cabeza y la mitad de la cara. Tenía su celular en la mano y parecía estar enviando mensajes de texto.
Al mismo tiempo, mi teléfono sobre la mesa comenzó a sonar y un trueno estalló afuera, y no pude evitar sentir un escalofrío recorrer mi espalda. Rápidamente cerré la puerta y fui a la mesa para tomar mi teléfono.
Se trataba de un mensaje de él que decía: "Mia, abre la puerta. Sé que estás en casa".
Tal vez fue a causa del sombrío clima, pero de repente recordé de nuevo el día en que Owen casi me viola, y otro escalofrío nació de la punta de los dedos del pie y recorrió mi espalda, dejándome obnubilada. 
¡Él era una pesadilla de la que no podía despertar!