Capítulo 17
1157palabras
2023-05-05 11:29
Mi declaración hizo que todos se quedaran callados. Se podía cortar la tensión con un cuchillo, pero no me dejé intimidar y enfrenté a Jayden. No podía ver su rostro con claridad por la iluminación, pero podía ver que en sus manos tenía la resonancia y la estaba apretando con fuerza.
Dudé un segundo de lo que había hecho, ¿qué derecho tenía de ser tan impulsiva e interrumpir una boda? Quizás simplemente me botarían del recinto y continuarían con la ceremonia sin más preámbulos.
Si no tenían cuidado, quizás hasta podría perder a mi hijo. Mientras estaba distraída, uno de los de seguridad trató de agarrarme, pero Jayden lo detuvo.
—Para —le dijo antes de arrancarme el ultrasonido. Su mirada se posó en mi barriga y se puso se puso sombrío—. Te felicito, Mia, por más de seis meses me lo escondiste.
Su voz era tan fría que me quitó el aire, parecía que estaba conteniéndose para no zarandearme. Calmé mis revoluciones, pero antes de que pudiera responderle, Madison se nos acercó con las faldas recogidas.
—Hoy es nuestra boda, ¿qué crees que estás haciendo? —me soltó claramente enojada. No podía creer que había logrado enfadarla tanto que su máscara se le había caído. Usaría esto a mi beneficio y pretendería ser inocente.
—Lo siento, Jayden, recién me enteré que estaba embarazada después del divorcio, no quería hacer causar ningún problema, realmente, pero no podía dejar que mi hijo naciera sin papá —dije de forma lastimera mientras le agarraba de la muñeca y me mordía los labios. El hombre no me respondió, pero me escudriñó con la mirada con tanta intensidad que me puso los pelos de punta. Nunca había podido fingir frente a él, así que rápidamente dejé el acto.
—Mia, si nunca te embarazaste durante los cuatro años que estuvieron juntos, ¿cómo es que ahora lo estás? ¿Quizás hubo algún error? —preguntó Madison entornando los labios y forzándose a llorar al darse cuenta de que estaba perdiendo el control de la situación.
La fulminé con la mirada ante la insinuación, ¿cuál era el error? Me indignaba que estuviera tratando de decir que mi bebé podía ser de otro hombre. Jayden seguía sin reaccionar y yo ya no podía soportar mis nervios. Necesitaba tomar medidas drásticas.
—Jayden, si piensas lo mismo que ella, me iré con mi hijo y me casaré con otra persona —le respondí tratando de soportar el dolor en mi pecho. Solté su muñeca con lentitud esperando que pasara algo. Realmente era una estatua a veces, nunca mostraba emoción alguna.
Sin embargo, algo me decía que mi propuesta haría que dijera algo porque, por muy distante que fuera, nunca permitiría que un hijo suyo fuera criado por otro hombre.
—¡Ni te atrevas! —rugió mientras apretaba los labios hasta dejarlos blancos. Finalmente, había logrado una reacción.
—No creo que quieras verme intentarlo, estoy siendo bastante razonable ahora —le respondí mientras agarraba la resonancia porque no sabía de lo que podría ser capaz si esta boda continuaba.
Madison se dio cuenta de que estaba comenzando a ceder, así que lo agarró del brazo.
—Querido, se supone que nos tenemos casar, todos nuestros familiares y amigos están aquí...
Realmente no podía creer que fuera la mala en su historia, pero supongo que interrumpir una boda calificaría como tal.
—Madison, lo siento —le dijo el hombre agarrándola de la mano—. Tendremos que cancelar la boda por ahora. Le pediré a Olivia que lo vea.
—No importa si está embarazada, ¡mi Lucas todavía necesita un padre! —chilló la mujer mientras volvía a tomarlo del brazo dejando que las lágrimas cayeran por sus mejillas. La expresión de Jayden se suavizó y le secó las lágrimas suavemente.
—¿Luego hablamos, de acuerdo? —le susurró por lo bajo y me quedé paralizada al verlo actuar tan amablemente con otra mujer, algo que nunca me había ofrecido.
Mi suegra se había quedado en silencio todo este tiempo porque había confiado en que su hijo manejara la situación con sensatez. Claramente, por la expresión de su rostro, nunca había pensando que cancelaría la boda.
—Jayden, una boda no es un juego, ¡tienes responsabilidades con Lucas que debes cumplir! —le reprendió y la observé con detenimiento. Antes había deseado que Jayden tuviera un hijo con muchas ganas, ¿por qué se contentaba ahora con un bastardo? ¿Será que se siente culpable porque mató a mi madre? Recordar la foto, me hizo odiarla.
—Señora, una prueba de paternidad siempre puede ser falsificada, pero le aseguro que este niño que llevo en el vientre es de su hijo.
De hecho, desde que la había escuchado hablar ese día en el hospital, siempre me había preguntado si era cierto que Lucas era hijo de Jayden. La prueba que Madison había enseñado bien podría ser falsa. La mujer vio que no le convenía que siguiéramos hablando del tema, así que decidió usar sus lágrimas de cocodrilo.
—Mia, no me importa si te ensañas conmigo, pero, por favor, ten consideración de Lucas —gimió teatralmente. Mi suegra, por supuesto, se puso de su lado.
—Ustedes ya no están casados, no te dirijas a mi persona con tanta confianza —me reprendió con una mirada severa. Quise responderle, pero Jayden me silenció con un gesto.
—Cancelen la boda —repitió antes de agarrarme del codo y jalarme afuera—. Ven.
Me tambaleé tratando de seguirle el ritmo, pero cuando volteé a verlas, me encontré con el rostro lívido de mi suegra y los ojos llenos de resentimiento de Madison. Les sonreí porque no podía creer la ironía de la situación. El blanco conejo que siempre había sido presa fácil, se había rebelado y atacado de vuelta.
Jayden me arrastró afuera del hotel hasta su auto al cual me metió a la fuera. Agarró la puerta y se inclinó hasta que estuvo a mi nivel para asirme por la barbilla.
—Dime, ¿de quién di*blos es? —susurró amenazante a lo que me di cuenta de que realmente estaba sospechando sobre la paternidad de mi hijo. Me entristeció saberlo, nunca había estado con otro hombre además de mi esposo, pero él seguía dudando de mí.
—Es tuyo —le respondí con calma sin apartar la mirada. Su agarre era tan fuerte que sentía que me iba a romper la quijada.
—¿En serio? —me preguntó con duda y me eché sobre el respaldo del asiente antes de reírme.
—¿Cómo pudiste olvidarlo? Te haré recordar. Ese día me insultaste por culpa de Madison y estabas tan enojado cuando me tomaste que te olvidaste de ponerte el condón...
—¡Suficiente! —gritó apretando los dientes y cerrando la puerta de golpe, efectivamente silenciándome. Luego se puso detrás del volante, respirando rápidamente como si le faltaba el aire. Estaba embarazada con su hijo, ¿por qué estaba tan enojado?
Pensé que ya no me ilusionaba con él, pero no pude evitar sentirme mal al verlo tan molesto por la situación. Levanté la cabeza y suprimiendo mis lágrimas solté palabras despiadadas.
—Si realmente no lo quieres, puedo ab*rtarlo.