Capítulo 6
1043palabras
2023-04-26 10:54
No acababa de enamorarme de ti, tonto hombre, llevaba más de cuatro años enamorada de ti. Me había esforzado mucho para ganarme su afecto, pero nada había servido. Sentí un dolor en la barbilla y salí de mi ensimismamiento.
—Me gustan los niños —le respondí negando con la cabeza, un tanto asustada.
—¿En serio? —me preguntó con duda antes de soltarme.

—Sí —le dije con los ojos húmedos—. Estoy cansada, me iré a dormir ya.
Subí las escaleras paso a paso, ya no podía aguantar las ganas de llorar. Solamente quería tener un hijo, ¿por qué tenía que esconder mis deseos frente a mi esposo?
...
Al día siguiente, después de la reunión en la empresa, recibí una llamada telefónica de mi suegra, recordándome que esa noche era el cumpleaños de Grace. Me dijo que fuera a la casa a cenar. 
Grace era la hermana de Jayden y la consentida de la familia. Mala suerte que no le cayera.
Esta tarde, coloqué los documentos que necesitaban fueran aprobados en una pila y los llevé a la oficina de mi supervisor.

—Señor Williams, estos son todos los documentos que requieren su firma. Tenemos prisa por llevar a cabo el plan de ventas de San Valentín. Por favor, revíselos primero.
—Está bien, déjalos ahí—me dijo sin quitarle la mirada al contrato en el que estaba enfocado.
—Muchas gracias, señor, me retiro —asentí con una reverencia. Mi trabajo era asistir al señor Andrew en todo lo que necesitara y este era mi quinto año aquí. Había sido gracias a este trabajo que había conocido a Jayden.
—Mia, espera un minuto.

Andrew de repente me llamó antes de que abriera la puerta.
—Si no hay nada más que sea urgente, puedes irte ahora —me comentó después de revisar la hora. Me le quedé mirando con sorpresa.
—¿Seguro?
—Incluso si no te lo ordeno, igual pedirías permiso, ¿no? Siempre tienes algo que hacer en este día.
Me sorprendió un poco que se diera el tiempo de recordar nimiedades de sus empleados en medio de su ajetreada vida. Cualquier otra persona pensaría que estaba interesado, pero sabía que no era el caso. Mi jefe siempre prefería mantenerse distanciado de cualquier escándalo. No me negué y le sonreí.
—Gracias, señor Williams. Tenía planes hoy,
—Bueno, entonces ve, ve —me dijo con las cejas enarcadas.
El primer cumpleaños de Grace después de que me casara con Jayden, había llegado tarde, por lo que la joven decidió botar mi regalo. Después de ese día, siempre me aseguraba de llegar antes a sus celebraciones. No éramos las mejores amigas, pero sabía que tenía que llevarme bien con la familia de mi esposo.
Cuando llegué a la mansión de los Christian, eran apenas las cuatro, así que encontré a mi suegra y unos amigos jugando al mahjong. Me acerqué a saludarla y mi suegra me mostró la tarjeta que tenía en la mano.
—¿Jayden no está contigo?
—Dijo que estaba ocupado y que vendrá más tarde —le respondí aplastándomelos los labios. Mi suegra suspiró levemente y no dijo nada. Ella sabía mejor que nadie cómo era mi matrimonio con Jayden. Justo en ese momento, Grace bajó por las escaleras luciendo un hermoso vestido de edición limitada.
—¡Grace, feliz cumpleaños! Este es un regalo de nuestra parte, espero que te guste —le dije ofreciéndole la cajita con cuidado. Me había esmerado bastante eligiéndolo.
—¿Cómo sabías que quería este coche? —me preguntó con los ojos brillantes después de abrir el regalo y encontrar las llaves. Al verla emocionarse, me sentí aliviada. 
—La última vez que te vi...
—Mi hermano te dio el dinero, ¿no? No supongas que ahora me caerás bien por esto, solo reconozco a una cuñada.
Con esto, de repente dejó de hablar y se fue hacia la cocina. No esperaba que un auto deportivo pudiera cambiar su actitud hacia mí. Ella era la más querida de la familia, por lo que siempre le cumplían todos sus deseos.
Además, era cierto, Jayden había pagado una gran parte del dinero. Sin embarga, no pude evitar sentir que sus palabras se clavaron en mi corazón. Me quedé atónita en silencio. ¿Era Madison a la cuñada a la que se refería? 
Jayden no llegaba así que mi suegra me preguntó si nos habíamos peleado. Me levanté de la mesa para llamarlo, intenté varias veces, al costado de la ventana, pero no me respondió. Tenía un mal presentimiento. 
Justo cuando no sabía qué más hacer, la voz de uno de los sirvientes indicó que había llegado. Jayden estaba parado bajo las luces de la sala. Vestía un traje a la medida y su expresión era una de calma. Me le acerqué lo más rápido que pude, sin correr.
—Este es Lucas. Mientras todos los ancianos están aquí, quiero presentarlo. 
—¿A quién vas a presentar? ¿Quién es ese niño?
—Mi hijo, tu nieto —le respondió con dureza. Me detuvo en mi lugar y recién me di cuenta de que llevaba en brazos a un niño de tres o cuatro años. La sangre de todo mi cuerpo se congeló y un escalofrío me recorrió la espalda. Mis oídos no dejaban de zumbar.
¿Lucas? ¿No había sido ese el nombre que Madison había mencionado ayer en el hospital? ¿Lucas era su hijo? Ridículo, qué ridículo. Lo más ridícula era yo, que sin la menor preparación, había visto a mi esposo presentar a su hijo ilegítimo frente a todos nuestros familiares.
—¿Qué dijiste? —le pregunté con voz temblorosa caminando en su dirección. Lucas parecía estar asustado, retrocedió ligeramente antes de arrojarse a los brazos de una mujer. No me había dado cuenta de que Madison estaba también aquí.
—Mamá, tengo miedo...
Ayer, no me había permitido decirle la verdad a Madison sobre nuestro matrimonio y ahora él acaba de llevarla directamente a nuestra casa. Miré a Madison sosteniendo al niño en sus brazos y luego miré a Jayden. Perfecta familia de tres.
Todos podían ver lo que estaba pasando. Incluso Grace, con quien nunca me había llevado bien, me estaba mirada con lástima. Madison me miró con pena. 
—Mia, vine aquí con Jayden porque me preocupaba que Lucas llorara si yo no estaba aquí.
—¿Por qué mi papá no vino contigo? Sé que no fui la mejor invitada en su boda, pero...