Capítulo 69
536palabras
2023-06-01 18:49
APROBADA
Los exámenes finales me sorprendieron. Recién vi el cronograma en el pizarrín, antes de entrar a clases y me tapé la boca con mis manos parpadeando de prisa, entumecida y perpleja. Por andar persiguiendo fantasmas, había descuidado mis estudios, tenía los exámenes encima, estaba desaprobada en casi todas las materias y había olvidado que este ciclo era importante porque me abría las puertas a la especialización y de allí a hacer mis prácticas profesionales en un conocido staff de abogados con el que la universidad tenía afinidad.
Con Stéfani ya habíamos hecho los contactos con el estudio Palacios-Quispe. En eso nos ayudaron, en forma decidida Patty y Poli. Ellas tenían contactos con el prestigioso abogado Eleodoro Palacios, quizás el mejor del país, y le habían enviado nuestras hojas de vida.

-Es imposible que nos acepten-, estaba yo pesimista. Y es que Palacios-Quispe solo contrataba a reconocidos hombres del derecho y seleccionaba a practicantes con notas súper altas.
-Eleodoro es una persona que sabe reconocer el talento-, intentó entusiasmarme Poli. Ella lo conocía y lo sabía una persona "con buen ojo" para descubrir a los nuevos talentos en las leyes. De ese estudio se habían consagrado, también, novatos que ahora gozaban de mucha reputación en el apasionante mundo del derecho.
-Mis notas son bajas-, me decía también pesimista Stefi.
-Entonces haremos nuestro propio estudio: Tati y Stefi abogadas-, eché a reír.
Patty nos dijo que del estudio Palacios-Quispe nos exigían las notas del cuarto ciclo. -Es la mitad de la carrera, chicas, allí se sabe si ustedes valen la pena o no-, nos escribió en el whatsapp con un emoji de aliento.
Yo iba mal, la verdad. Tan solo en Derechos civiles de cognición no tenía problemas, pero en los otros cursos mis promedios estaban muy bajos.

Stefi solo estaba bien en Derecho laboral individual.
Para cada examen nos encerrábamos a estudiar en mi cuarto, incluso Stefai se quedaba a dormir conmigo en mi casa. Estudiábamos desde las 10 de la noche hasta las dos de la mañana, dale que dale, dale que dale, dale que dale, sin respiro. Mi mamá nos traía tecito caliente y otras veces limonada.
-No se trata de estudiar mucho, también de dormir bien. Una cabeza bien descansada, funciona mejor-, nos recomendaba mi madre, pero Stefi y yo queríamos sacar las mejores notas y nos amanecíamos repasando las materias.
El primer examen, fuerte, fue de Derecho laboral individual. Después de recibir nuestras hojas, Stefi y yo golpeamos nuestras manos, cruzamos los dedos y empezamos a resolver.

Estaba recontra difícil, ufff, me despeinó por completo.
Al terminar el examen y entregar la hoja, me tumbé en la silla soplando candela en mi aliento. -¡Bravazo!-, dije fastidiada.
-Yo creo lo hice bien-, sonrió Stefi.
Al día siguiente fue Derecho casos reales, que era más simple, de hechos anteriores. Yo tengo buena memoria, así es que pude desarrollarlo sin problemas. Stefi se mordía las uñas desesperada. Ella siempre tenía problemas para retener nombres. -Vamos Stéfani, tú puedes-, le alentaba.
Derechos fundamentales tampoco requería mucha cosa, sino conocer bien las leyes. Estudiamos bastante y creo que también dimos buenos exámenes ella y yo. Celebramos con una sabrosa a pizza en el comedor de la universidad.