Capítulo 54
1783palabras
2023-05-10 16:12
*Narración por Nathalia.
Cinco días sin verlo, diez mensajes sin contestar y tres llamadas sin responder, al parecer estuvo ocupado el fin de semana, al menos ese lunes lo vería en clase.
Acababa de colocarme el uniforme en mi habitación cuando vi un mensaje de texto del personaje de mis pensamientos…
-‘‘Por favor Nathalia, en la escuela solo trátame como un profesor, no como un amigo’’.
-¿Y eso? Creí que te había pasado algo por desaparecer –Fueron mis palabras escritas en el teléfono para su respuesta- Sé que no quieres que nadie se entere de nuestra relación, pero podemos hablar en otro lugar -Fue mi respuesta para su mensaje.
Sorprendida leí el siguiente…
-‘‘Entre nosotros no habrá más una amistad, en realidad no voy a poder seguir saliendo contigo llegó mi mujer’’.
-¿Cómo? -Pregunté para mis adentros-… él había dicho que se separaría.
Varios mensajes le coloqué preguntando alguna explicación y me dejó en visto.
-Aprovecharé el lugar de la escuela para hablar con él –me dije a mí misma, probablemente me quiere decir otra cosa y yo estoy entendiendo mal.
Introduje el celular en mi mochila y me dirigí hacia el colegio.
-Esa camisa de cuadros le queda perfecto ¿verdad? -le dije a Valeria mientras permanecíamos sentadas en nuestro pupitre.
-Sí –afirmó- le queda bien. En realidad él te gusta, no lo niegues -me dijo mirándome con cara de picardía.
-Tengo que aceptarlo Valeria es muy guapo, aunque mis intenciones no son estar con él, tengo que recibir la prueba positiva del ADN, pero si lo consigo no sé qué haré realmente. No sé si traicionarlo quitándole a la niña.
-Si resulta ser tuya no debes dejarte manipular por un masculino atractivo –aconsejó- No debes renunciar a ella, otra forma que puedes hacer es casarte con él y ser una familia feliz –Sonrió al decirme eso.
-Suena muy lindo, de igual forma tengo que descubrir cómo llego a obtener en la niña si soy su madre, la vistes ¿verdad? ¿Se parece a mí?- Pregunté con impaciencia.
-Cómo lo dices Nathalia, tienes que esperar los resultados, cualquier suposición no da una verdadera certeza.
-Tienes razón, mientras disfrutaré su compañía. Admito que Darwin me agrada bastante.
En ese momento me llegó el recuerdo de sus mensajes esta mañana, no estaba segura de lo que me quería dejar claro, de igual forma las cosas se entienden mejor personalmente, debía hablar con él al final de clase.
Era un día de exámenes, llené mis ejercicios con lo que había practicado, más sabía la teoría que la práctica estaba resolviendo lo que más daba mi entendimiento. En realidad, poco había estudiado matemáticas pensando mucho en mi profesor, debía aceptar que los momentos que habíamos pasado juntos estuvieron plasmados en mi memora como un recuerdo lleno de emoción que anhelaba volver a vivir.
De igual frecuencia nos levantamos y colocamos el examen sobre el escritorio. Yo esperé a que el profesor estuviera solo para acercármele.
-¿Cómo estás Darwin?
-Profesor Darwin, estamos en el salón de clase –me dijo acomodado los exámenes sobre su escritorio.
-Está bien profesor –dije y en mis pensamientos hablaba, estaba al tanto que en la escuela debía referirme a él de esa manera, aunque no había nadie que nos escuchara y él me había sugerido que lo tuteara.
-Sí, entregaste el examen puedes irte –me dijo de manera seria. No era su costumbre últimamente en hablarme así, normalmente me dirigía una sonrisa y me sacaba conversación.
-Me extraño lo que me colocaste esta mañana en el mensaje –Expresé lo que tenía que comentarle.
-¿Acaso no lo entendiste? Te expliqué que no me siguieras hablando a escondidas.
-¿Por lo nuestro? Nadie sospecharía nada, los demás podría pensar que simplemente estoy preguntándote sobre alguna evaluación.
-Para explicarte mejor –Soltó lo que tenía en las manos y me miró serio-. Te digo directamente que no voy a seguir saliendo contigo, nuestra amistad se acabó; solo seremos alumna y profesor. Trátame como lo demás compañeros de tu clase.
-¿Y lo nuestro? –Insistí preocupada.
-Nunca hubo un nosotros, y si había se acabó.
-¿Y eso por qué? Dijiste que me querías, que yo te gustaba, que te agradaba mi compañía...
-Te aseguré que llegó mi mujer de su viaje -dijo interrumpiéndome golpeándome las palabras.
-Pero habías hablado mal de ella, dijiste que no la querías, que te estaba engañando, que tenía tus negocios...
-¡Entre pareja siempre es así! –Habló fuerte- Para que lo entiendas, nosotros siempre peleamos y nos arreglamos, no tienes experiencia en tipos de relaciones porque eres una adolescente. Ella llegó y nos reconciliamos.
-¿Así de así? Después de todo lo que hemos salido, hemos compartido, me has dicho… creí que yo te gustaba y que querías separarte de ella para estar conmigo.
-Todo eso te lo creíste. ¿Pensaste que me enamoraría de ti? ¿De una chica tan tonta y tan joven como tú?
-¿Qué? –Mis ojos se me aguaron al escucharlo- Yo no lo pensé, tú me lo dijiste.
-Yo soy un hombre profesional y de negocios, no debo relacionarme con personas como tú.
-Igual si no tienes nada conmigo estas rodeado de adolescente en esta sociedad escolar.
-Ni siquiera me gusta dar clases a niños rebeldes. Estoy trabajando aquí porque jubilan temprano y con buena paga. Deseo pasar mi vejes cobrando un sueldo sin trabajar. Solo pretendo completar mis años de servicios.
-Ahora tratas defenderte como si yo fuese la que estuviese detrás de ti, fuiste el que me pasabas buscando, el que me dabas la cola y me llevaste a restaurantes –expresé con ojos llorosos.
-Lo hice por amistad, porque me compadecía de ti.
Sentía que esas palabras eran falsas, sabía que le atraía bastante y que hubo alguna razón para que cambiara de parecer en una semana.
-¡No lo creo! Me dijiste que me querías… Y todo lo que pasamos, nuestros besos, nuestros buenas conversaciones, los abrazos cálidos ¿Estaba jugando conmigo? –Pregunté con desespero.
-Llámalo como quieras, pero lo que había, se acabó –Su voz se secó como un punto final, pero yo no podía quedarme con esa…
-Es decir, que tú me mentiste –dije con total certeza, me sentía traicionada por haberme expresado sentimientos falsos.
-¿Lo ves como una mentira? ¿Cómo una burla? –Interrogó con arrogancia.
-Pues claro –afirmé- hiciste que me encariñara contigo, hiciste que te creyera que de verdad. Ibas a dejar a tu mujer, pensé que era cierto. Fue un engaño. Lo que hiciste fue jugar conmigo. Me mentiste me siento engañada -Le dije actuando como una celosa obsesiva, en realidad no podía aceptar eso, me odiaba que se reconcilia con su mujer, preferiría verlo solo. Mis intenciones no era formar una familia con él, pero en el fondo extrañaba su cariño, su compartir y me dolía que me tratara de esa manera, me dolía sus engaños- ¡Eres un imbécil por jugar conmigo!
-¡Respétame que soy tu profesor aquí en la escuela! Ya te dije lo que tenía que decir, te debo seguir con Yoskarly. Me llamas mentiroso y me ofendes como si tú fueses una niña inocente como lo aparentas.
-Yo no actuó, como tú siempre he sido como soy honesta –dije con la seguridad de mis palabras.
-Vuelves a mentirme, así que no digas que yo no digo la verdad, lo sé todo. Tú eres la que me ha estado mintiendo, eres tú la que ha estado jugando conmigo y con mis sentimientos.
-¿Yo? ¿Y en qué te he mentido? –Pregunté con extrañeza.
-El cuento de tu pierna rota, que tuviste que ausentarte dos años por enfermedad, es falso ya lo sé todo, eso fue muy engañoso.
-Perdí dos años por mi enfermedad –dije en voz baja frunciendo el ceño de la preocupación.
-Jamás estuviste gimnasia Nathalia. Ya lo sé –Darwin se dirigió a mí con cara seria como si había cometido un crimen.
-Ok. Es cierto no fui por gimnasia, pero sí estuve internado en un hospital.
-Ya no quiero seguir escuchando tus cuentos, no me interesan tus escusas. Sé que lo que dijiste no es cierto, sé que no eres una muchacha inocente que se topó conmigo por casualidad en aquella discoteca. Sé que eres una mujer que te la pasas de hombre en hombre en club nocturno ¡eres una alcohólica borracha y mala conducta!
-¡Eso no es cierto yo no soy!... –Mi corazón latía rápidamente del susto por sus acusaciones.
-No lo vas a afirmar ¿verdad? Pues yo no puedo andar con mujeres así como tú.
-Te equivocas, yo no soy esa clase de mujeres –Intenté defenderme.
-Y Yoskarly solamente se ha aprovechado de mis negocios, como toda mujer interesada. Pero tú te has acercado a mí con otras intenciones, sé que andabas conmigo quizás por mi dinero. Quizás por mí grandes cantidades de negocios y te encariñabas con mi hija por alguna razón. Estabas detrás de mí, desde el inicio. Ya lo sé todo Nathalia, no puedes mentirme.
-¿Quién te dijo todo eso Darwin? ¿Quién te hablo de mí? –Interrogué con total asombro.
-¡Qué importa quién lo dijo Nathalia! ‘‘Digo el pecado más no el pecador es más el pecador’’. Y no es el pecador el que me contó el chisme, tú eres una pecadora por tu mala conducta y creerte de niña inocente porque aún no alcanza los dieciocho.
-No me creo una niña inocente y tampoco soy una mala persona. Y si no quieres tener nada conmigo lo acepto, pero no puedes venir a decir todas esas cosas de mí, yo a usted no le he hecho nada malo, y no debería faltarme el respeto solo por ser menor –dije con los ojos rojos de la ira y la decepción.
-Sí me había encariñado contigo, no seré engañoso como tú, pero al ver lo falsa que eres me vergüenzas, me decepcionas. Ya no quiero verte fuera de la escuela. Y espero que hayas respondido bien el examen porque no te regalaré mi medio punto de amistad.
No pude dirigirle más palabras por el llanto que se empezó a producir en mí. Salí de su salón con lágrimas en los ojos directo al baño.
No era posible, mi vida pasada quería borrar la de mi existencia, pero me seguía atrapada ¿por qué? ¿Por qué Darwin estaba diciendo todo eso? ¿Acaso alguien le dijo alguien le explicó que yo era una persona mala conducta, indecente, mujer de la calle?
-Dijo que sabía por qué me había encariñado con su hija, quizá ya sabe que se la quiero quitar. Qué terrible, mis planes están totalmente dañados… ¿y Quién es el culpable que ha sacado a relucir todo ese chisme? A nadie se lo he contado. Únicamente a… Valeria. A ella la voy a destruir por haber revelado mi vida privada y arruinado mis planes.