Capítulo 52
1466palabras
2023-05-08 14:16
-¡Nathalia!
Escuché mi nombre de la voz de mi tía.
-¡¿Queee?! –Grité, para que me dijeran lo que querían. Me enojé eran más de media noche y creí que ellos estaban durmiendo. ¿Habrá pasado algo? –Me pregunté.

-¡Ven un momento, sabemos que estás despierta! –Gritó mi tío Bryan.
-¿Por qué no vienen hasta acá? -Pregunté frunciendo el ceño y salí de mi cuarto velozmente.
Al llegar a la sala los vi sentados en el sofá en pijama.
-Nathalia, ven siéntate –Me dijo mi tía Carlotas.
-¿Que sucede? Acaso pasó algo.
-No hija, solo queremos hablar contigo- me dijo Bryan.

-Mañana vamos a salir para un viaje muy temprano y probablemente aun estés dormida.
-Ah Ok, bueno tendré que cocinar. ¿Qué hay en la nevera?
-Hay pollo, carne, pasta y vegetales –respondió mi tia Carlotas.
-No es eso Nathalia –Intervino mi tío- Queremos conversar contigo, no fuiste hoy a la escuela, me dijo la vecina que te vio con ropa de civil.

-¿Qué y ustedes andan creyendo en chisme? –Pregunté enojada- ¿y eso qué? Un día que falte a la escuela no tiene importancia.
-Si tiene, te puedes perder una clase importante.
-Tío Bryan, no tenía evaluación y cualquier tarea se la pido a mi amiga. ¡Cuál es el problema! –Exclamé cruzándome de brazos.
-¿Lo que nos intriga es qué andas haciendo? Faltaste a la escuela y llegaste a media noche ¿no andarás en malos pasos d nuevo, o sí? –Preguntó mi tía Carlotas.
-¡Claro que nó! No sean mal pensados. ¡Y no me fui en la mañana y regresé en la noche! Volví a media mañana y en la tarde salí al parque a correr con el equipo deportivo.
-Pero si no competirás ¿necesitas seguir yendo? –interrogó mi tío.
-Pues así es, soy de reemplazo, ¿no les dije? ¿Y eso también les molesta? –Pregunté colérica.
-No, eso es bueno.
-Dijiste que no trabajarías más en el salón de belleza. ¿Por qué sales tanto? –dijo Bryan.
-¿Y ahora debe andar contándole toda mi vida? Todo lo que hago, soy una adolescente, no ando en malos pasos –dije con seguridad.
-¿Quién es tu nuevo taxista? Has llegado varias veces en un carro azul marino.
-¿Y hasta te sabes la placa del carro tía Carlotas? –Pregunté egocéntrica- Es mi novio. ¿No puedo salir con nadie acaso?
Mis tíos se miraron las caras de preocupación entre ellos.
-Nathalia, tienes dieciséis años. Aun estás en la preparatoria. Queremos que estudies –dijo mi tío Bryan. Y yo me quedé impactada con su sobreprotección.
-No queremos verte con una barriga de nuevo, aún eres muy joven para criar a un hijo.
-¡¿Y quién les dijo que yo ando buscando embarazarme?! Si llego a tener pareja para eso existe los anti conceptivos, no soy tonta.
-Nathalia, lo que te recomendamos es que esperes a cumplir la mayoría de edad para que andes con hombres.
-¡¿Acaso creen que soy prostituta?! –Exclamé a los gritos- ¡Ya no soy la misma loca de antes! ¿Acaso no lo pueden entender?
-Bueno Nathalia, ya tu sabes las consecuencias.
-¡Claro que sé las consecuencias! –Afirmé con enojo- Y ustedes no deben interponerse en mi vida. ¡Ni siquiera son mis padres!
-Cuál es la diferencia entre parirte o criarte, es lo mismo, te criamos desde que tenías seis años, prácticamente te adoptamos –dijo Carlotas.
-¡¿Y para qué quieren que cumpla la mayoría de edad tan pronto?! ¿Me van a echar a la calle para no tener responsabilidades conmigo Cómo lo hicieron con mi hija?
-Nosotros te queremos Nathalia, también te pagaremos la universidad y todos tus gastos. Nosotros no tenemos la responsabilidad sobre lo que pasó con tu hija ella nació enferma y murió.
-¡Eso es mentira! Sé que quizá ustedes la dieron en adopción para quitármela, ¡son unas personas malvadas!
-¡Deja de mencionar esas cosas! ¡Acaso crees que los doctores son unos mentirosos!
-Sí –Bajé la velocidad de mis emociones al hablar- No se debe confiar en nadie, ni en los médicos. Así como aun no confío en ustedes.
Me di la espalda y me fui a mi habitación. No quería odiar a mis tíos, pero ellos me lo estaban provocando. Estaba segura de mis palabras, no se debe confiar ni en los médicos. Los doctores pudieron haberse confabulado con el padre de mi hija para secuestrármela.
****
Salí de la clase de lenguaje y Valeria se me acercó para conversar, días atrás habíamos hecho las paces y decidimos ser amigas de nuevo. Sabía cosas de mí que yo le había contado y confiaba en ella en que guardara mi secreto.
-¿Por qué no viniste ayer?
-Estaba haciendo unas diligencias. De igual forma vine a la clase del profesor Suarez para la práctica deportiva –le respondí a Valeria.
-Bueno, hay un examen de biología la semana entrante.
-Ay más exámenes –expresé con repulsión- Bueno, tómale foto a tu cuaderno y me lo pasas al teléfono.
-No escribí casi nada, sabes cómo es la profesora, ella da la clase directo de su boca.
-¿Y no lo grabaste? Mándame un audio entonces con toda la explicación –le pedí.
-Te pasaré los puntos para que lo investigues y analices el proceso reproductivo de los animales.
-¿Eso fue el tema? Deberían enseñarnos algo más interesante –expresé con desagrado.
-Y… ¿por qué fue que no viniste ayer? –Insistió con curiosidad.
-No quise Valeria, estaba pendiente de otras cosas –le dije.
En eso pasó Darwin cerca de nosotras.
-Buenos días chicas ¿cómo estas Nathalia? –Dijo él y siguió de largo.
-Hola, bien aquí charlando –le dije con una sonrisa y le vi irse.
-¿De otras cosas como nuestro profesor de matemáticas?
-¿Qué? –Pregunté extrañada por su inquietud.
-¿Por qué me mientes Nathalia? ¿Por qué lo niegas?
-¿De qué hablas? –Me impacientó sus interrogantes.
-Dices que no tienes nada con él, que es mentira que te gusta, y que si te llegaste a acostar con él fue antes de conocerlo y como un accidente –dijo ella un poco enojada.
Me costaba responderle, no extendía porque me hablaba así, anteriormente eso era cierto.
-¿Del profesor Darwin? Me gusta un poco, como a todas las chicas por su apariencia física –dije un poco extrañada por la conversación.
-Te vi con el Nathalia, ayer en la noche. Sales con él.
-Es verdad, tú lo intuiste desde el inicio, a él le gusto bastante.
-¿Y por qué tienes que negármelo? ¿No confías en mí? –Preguntó con molestia.
-No es lo que parece Valeria, entre nosotros no hay una relación establecida, solo ando con él por…
-¿Por qué Nathalia? ¿Para que te pase la materia?
-No, eso es que menos me importa –Bajé la cabeza.
-¿Y entonces? –Se cruzó de brazos, intuía que nuestra amistad podría volver a acabarse por esta simple discusión, debía ser sincera con ella.
-No te he mentido. Todo lo que te he dicho es cierto. A él lo vi en una discoteca, no lo conocía el alcohol nos llevó a un hotel, al amanecer no estaba y por coincidencia apareció en la escuela como mi profesor de matemáticas.
-Me imagino que desde el principio había una atracción entre ustedes.
-Probablemente. Aunque me guste su apariencia y su personalidad no lo quiero como hombre.
-Y te la pasas paseando con él por distracción como tú misma lo mencionaste, no crees en el amor.
-Esa no es la parte que me interesa –Dije trayendo el recuerdo de aquella noche para que ella también lo imaginara- Nos viste en la calle ‘‘El Hambre’’ ¿cierto?
-Así fue. Estaban caminando juntos agarrados de la mano.
-¿Él tenía algo en los brazos?-Pregunté.
-Sí, una niña cargada. Mencionaste que tenía hijos, supuse que era de él. ¿Y eso que tiene que ver?
-Es la familia del cual te hablé. Ella es la niña de mis ojos –dije con voz suave a baja, llena de melancolía y tristeza.
-¿Cómo? ¡¿Ella es tu hija?! –Preguntó alarmada.
-Ayer fui al laboratorio a llevar la muestra de ADN. Lo sabré al tener un resultado positivo –Expliqué con un temor en mi interior.
-Entonces ¿Darwin probablemente sea el padre de tu hija? –dijo asombrada.
-Por favor Nathalia guarda el secreto. Él no lo sabe ni nadie más. Es muy cariñoso conmigo y me quiere. Será muy triste para él cuando tenga que arrebatarle a su hija.
-¿Entonces lo estás usando?
-Debo saber más de su vida y estar cerca de la niña. También era cierto al decirte que todo ese proceso es un enigma. Si el resultado es positivo debo descubrir cómo llegó a obtenerla y por qué mis tíos aun me aseguran que la niña ha fallecido –dije respondiendo todas sus inquietudes.
Tuve que ser sincera con Valeria, en realidad necesitaba su compañía, debía tener el apoyo de ella en esa situación difícil de mi vida solo esperaba a que no le rebelara a otros mi triste realidad.