Capítulo 49
2097palabras
2023-05-05 10:18
*Narración por Darwin.
-‘‘Ella tiene algo muy bonito en su interior, es tierna en el fondo, aunque su carácter en un principio me pareció grotesco. Al parecer no le gusto, siento que me rechaza cuando quiero demostrarle mi afecto’’.
-Darwin, ¿me estás escuchando?
Regresé a la realidad, estaba distraído con la imagen de Nathalia en mi cabeza, esa estudiante vive constantemente en mi mente produciéndome un interés, muy diferente a la preocupación que tengo de…
-Yoskarly claro, me hablabas de ella.
-Sí, tengo los resultados de las investigaciones sobre su mujer –Dijo Fran, sentado en el sofá. No podía creer que aún seguía pensando en ella, y mi pensamiento retrocedía en el tiempo media hora atrás.
*Flash back.
Esta vez no me bajé del auto. Le indiqué a Nathalia que colocara a la niña en el porta bebés ubicado en el asiento trasero.
-Nos vemos Darwin –dijo ella y cerró la puerta del auto.
-¡Nathalia espera! –Hablé alto acercándome a la ventanilla.
-¿Dime?- Preguntó ella al voltear.
-Hasta luego, nos vemos el…
-El lunes en la escuela –Me quitó las palabras de la boca.
-¿Que vas a hacer mañana? –Pregunté.
-Quizá agarre tus consejos y haga un poco de ejercicios –Sonrió.
-¿A dónde irás? Podría acompañarte.
-Ah no, probablemente haga flexiones en mi casa… y estudiar, ya me había olvidado de las próximas evaluaciones. –dijo ella.
-Entiendo, pues el lunes voy a explicar una clase muy interesante, así que lleva la mente abierta. -Aconsejé.
-Eso trataré, nos vemos –Giró la mano para acompañar el saludo de despedida Y yo copié su movimiento.
-¡Hasta luego princesa!
-‘‘Espero que no se haya molestado que la llamara de esa forma –dije en mis pensamientos-. Parece un poco tímida con los hombres, nada en comparación con la hermosa chica de la disco, quizá fueron los tragos los que la llevaron a ser tan espontánea y cariñosa conmigo en aquella ocasión. ¿Se sentirá intimidada al saber que soy su profesor?’’- A esta incógnita no le tenía respuesta, se me hacía difícil entender a las mujeres.
Un mensaje en mi teléfono me hizo elevar la velocidad del auto y al llegar a mi cómodo hogar vi un carro azul marino parado al frente.
-Señor Darwin. Pronunció mi nombre al bajarse del carro un hombre para que lo reconociese.
-Señor Fran, ¿cómo está? Ya lo atiendo, déjeme recostar a mi hija.
Entré a la casa, me llevé a la bebé hasta su cuarto, la cambié de ropa por una más cómoda y la acosté en la cuna. Me fui a la sala a conversar con esa persona.
*final del flash back.
-Mi mujer, pronto será mi ex, la alejaré de mi vida.
-No le será fácil, tiene el control sobre su vida y sobre la mitad de sus bienes –Me dijo el visitante cuando entramos en conversación sentados en el sillón de la sala.
-No estamos casados, que haga las cosas sin mi autorización requiere de una demanda.
-Debería contratar a un abogado si ella se rehúsa a dejarlo todo –Aconsejó.
-Todo es mío, ella era solo una empleada –dije con firmeza y seriedad.
-Tiene tres años asociada con usted, y el papel que firmaron para que ella pudiera hacer varios trámites de mercancía aún tiene validez –Informó Fran.
-Eso fue un grave error, la hubiese dejado como encargada de tienda. Jamás pensé que se haría cargo de la mayor parte de mi dinero, es una traicionera.
-Y puede que también lo haya traicionado en otros aspectos.
-¿Cómo? ¿Qué más sucede? -Pregunté con intriga.
-Los rumores no siempre son ciertos, puede que se trate de un compañero de trabajo de ella o un amigo.
-¿A qué te refieres?
-Que necesitamos más pruebas para detectar si Yoskarly tiene un amante.
-¿Y cómo averiguaron eso?
-La vieron en varias ocasiones con un mismo hombre, no ha habido escenas románticas, por lo que es una suposición.
Al escuchar ese rumor que pudiera ser falso o verdadero analicé que desde meses yo tenía esa corazonada, se comportaba de manera extraña, era menos amorosa conmigo, siempre andaba distraída y lo que salía de su boca parecía ser todo mentira.
No me dolió…
-‘‘No me duele que Yoskarly esté con otro. Más bien me da un alivio que ella abandone mi hogar’’ – Hable internamente. Sacando los problemas de negocio, personalmente sentía que ya no nos amábamos.
E inmediatamente me vino la imagen de Nathalia…
- ‘‘¿Por qué volvió a aparecer en mi mente? No puede ser, no podría sentir yo amor por esa colegiala, es imposible’’ –dije con desesperación en mis pensamientos.
****
*Narración por Nathalia.
-Supe que quedaste como reemplazo en el equipo –Me dijo Valeria cuando se acercaba para saludarme al verme llegar a la escuela.
-¿Quién anda regando ese chisme que hasta yo quiero olvidar? ¿Raúl? No te lo presenté para que te anduviera contando información personal sobre mí –dije enojada, Darwin ya lo sabía y me imaginaba que lo había escuchado por ser un profesor. Pero que lo supiera mi ex amiga se convertía en una crítica.
-Yo no he hablado con Raúl últimamente, está en la cartelera de la escuela.
-¿En la cartelera? No puede ser ¡Qué vergüenza, todos lo saben!
-Pensé que competirías con otras escuelas, aunque no está mal, igual formas parte de ese equipo.
-¿Y qué? ¡Ese no es tu problema Valeria! –Dije alterada- Al menos lo intenté, así que no busques una excusa para humillarme ni hacerme sentir mal.
-Ese no es mi objetivo Nathalia, discúlpame si te ofendí.
-Pues sí, me ofendes con tu presencia –dije de manera arrogante.
-¿Por qué eres así conmigo? Solo quiero que volvamos a ser amigas.
-Yo dudo que quieras ser amiga de alguien como yo, no soy como las de tu mundo. Aléjate de mí.
-Solo estaba tratando de ayudarte –Insistió.
-¡¿Ayudarme a que Valeria?! Mi vida es un asco, además no sabes casi nada de mí. ¡Yo estuve internada seis meses en un centro de rehabilitación! ¡Y mi hija no murió! ¡Está viva! –Exclamé contando mi secreto.
-¡Qué! ¿Internada? ¿Y eso por qué? –Al escuchar que suspiré para no responderle preguntó- ¿Está viva? ¿Dónde está?
-Me la quitaron, por la horrible persona que soy, me la quitaron.
Ella quedó en silencio mirándome con una cara de preocupación.
-No eres una mala persona Nathalia. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?
-Solo guarda el secreto –dije antes de darle la espalda y marcharme hacia el salón de clase.
Jamás había planeado decirle todo eso, solo se me salió por la ira y la desesperación que estaba sintiendo. Pero debía cerrar la boca, no era conveniente rebelarle que posiblemente nuestro profesor de matemáticas tenía algo que ver con el secuestro de mi hija. No debía confiar en nadie. Debía resolver las cosas por mi cuenta.
Subí las escaleras hasta el salón de clase, esta vez me senté en un puesto lejos de Valeria, yo volteaba a donde estaba ella cundo me miraba de lejos con una cara de tristeza. Ya había aceptado que nuestra amistad se había acabado. Y erróneamente sabía mucho de mí.
El profesor daba la clase y en vez de mirar el pizarrón mis ojos no querían quitar la vista de él.
-‘‘¿Por qué no me había dado cuenta antes? Con razón las chicas se pelean por él, en realidad es guapísimo’’. –Dije en mis pensamientos cuando los movimientos de su personalidad me entretenían como si estuviera viendo un hermoso espectáculo en primera fila.
-¿Entendieron?
Oh, esa frase de su boca me sorprendió, en realidad mi respuesta era negativa, yo no había prestado atención a la explicación. Empecé a abrir mi entendimiento y dejar la distracción. Si quería sorprenderlo debía sacar una excelente calificación en el próximo examen.
Una incógnita de mis emociones llegó a mi mente.
-¿Por qué quiero sorprenderlo?... Para restregarle en su cara que sigo siendo la mejor de la clase. Fue la respuesta que me di, sabiendo que en mi fondo era por otras intenciones.
-Hasta luego profesor –dije antes de salir del salón de clase.
-Nos vemos Nathalia.
Me emocionó que Darwin se despidiera de mí con una gran sonrisa, su dentadura simpática era lo que más me entusiasmaba de él.
Mi rostro quedó congelado con expresión de alegría sin necesidad, cuando agarró una seriedad repentina al ver a Valeria acercándose.
-No tienes que estar molesta conmigo porque yo no te he hecho nada –Me dijo.
-Tú también estabas enojada conmigo por varias semanas. Te molestaste porque escuchaste que me había acostado con el profesor. Quizás fueron por celos.
-No fueron por celos Nathalia, tengo un admirador con el que me estoy encariñando, él es, todo un caballero. Estudia ingeniería en la universidad.
-Creí que te gustaba Raúl.
-Me parece un hombre muy apuesto, pero siento que no le gusto. Ernesto me hace sentir contenta cuando estamos juntos. Probablemente sea mi primer novio, soy muy tímida y no tengo experiencias con hombres.
-Tienes catorce años, es entendible Valeria. Pero tienes que tener mucho cuidado con los muchachos, dicen que te quieren y al final lo que quieren es acostarse contigo. Y te dejan con el corazón roto. –Aconsejé.
-¿Es en serio? Pero él me dice que me quiere.
-Es su plan de conquista, así son todos, conquistar, conquistar y conquistar.
-Lo dices como si odiaras a los hombres. ¿Alguna vez te han roto el corazón? –Me preguntó Valeria.
-No, jamás le he dado mi corazón a nadie para que me lo estropee.
Mi respuesta contradecía mi consejo, en las películas veía a mujeres llorar por un hombre, sufrir por un despecho. Yo lo veía tonto.
-Nadie es psíquico para saber quién será su amor verdadero. Hay que abrirse para conocerse y saber si es la persona indicada -me dijo con total seguridad de su opinión.
-Es cierto- Le di la razón- A mis dieciséis años comprendo las relaciones como una distracción para pasar el rato; igualmente he temido apegarme mucho a alguien, yo soy quién lo deja. Tener una familia no era mi objetivo en mi adolescencia hasta que algunos de esos deslices me dejaron embarazada.
-¿Lo que dices es cierto? ¿Tu hija está viva?
Sus interrogantes se habían salido del tema, hablábamos de los hombres y las relaciones, pero Valeria me tiró la incógnita que aparentemente flotaba en su cabeza desde la mañana.
Me acordé que estaba enojada con ella, e inesperadamente estábamos manteniendo una conversación como verdaderas amigas; pensé que era el momento de dejar a un lado los rencores insignificantes y aceptar su amistad.
-Siento que ella es mi hija. Solo debo realizar la prueba de ADN a la niña para verificarlo –Le dije, sin decirle de quien se trataba.
-¿Y si es positiva? ¿La recuperarás? –Interrogó con curiosidad.
-Es mi idea, quitársela a la familia –dije con la voz casi apagada. Jamás le diría a Valeria que se trataba de Darwin. Si se lo decía correría el riesgo de que él se enterara. Y eso echaría a perder todos mis planes. Él piensa que entre los dos hay una muy buena amistad, y eso me gusta. Nuestra cercanía implica la facilidad que tendré de arrebatarle a la niña.
-¿Y eso es posible? He escuchado que si tienen sus papeles de adopción difícilmente podrás quitársela, al menos que los padres te la regresen a través de documentos legales.
-¿Que papeles legales Valeria? ¡Tienes esa mente negativa! –Exclamé enojada- Si soy la mamá podré recuperarla de inmediato. Te cuento esto es para que me ayudes, no para que estés en contra.
-No estoy en contra Nathalia, solo digo que hay que averiguar los procesos legales.
-Lo primero que hay que descubrir es si aquella niña es mi hija, lo demás es lo de menos –dije con precisión.
-¿Quién es la pequeña? ¿Quién te la quito? –Preguntó con curiosidad.
Mi mente trataba de localizar algunas palabras que pudiese utilizar para responderle las interrogantes a Valeria sin revelarle toda la verdad.
-¿Algún familiar tuyo? –Insistió al escuchar mi silencio.
-No lo sé Valeria, todo eso es un enigma, ni siquiera sé quién es el padre de mi hija.
Le dije mientras nos dirigíamos al salón para la próxima clase. Nuestra conversación se acabó a causa de eso. Quizás ella se llenó aún más de curiosidad. De igual modo no le mentí, era cierto, un gran enigma. Para que Darwin pudiese ser el padre de mi hija tuve que haber tenido una aventura con él el año pasado, ¿Y cómo? ¿Cuándo? Y ¿por qué? Si a ese yo no lo conocía.
-‘‘O quizá ¿él no es el padre verdadero de su propia hija?’’ –Interrogué en mis pensamientos.