Capítulo 40
1359palabras
2023-04-14 07:46
Bajaba mis piernas para formar un ángulo de noventa grados con mi cuerpo, subía hasta quedar de pie mientras daba respiraciones profundas. El ejercicio de sentadillas me ayudaba a relajarme al mismo tiempo que fortalecían mis músculos.
-Hola Nathalia –Volteé y vi a mi amigo que se acercaba con ropa deportiva.
-¿Qué tal Raúl?

-Excelente, activo ¿y tú? Veo que estás calentando.
-Claro, hago media hora de ejercicios antes de la práctica para tener más agilidad para correr.
-Eso es bueno, yo sigo yendo al gimnasio en las tardes -Él empezó a hacer movimiento con su cuerpo para estirarlo mientras hablaba-. Hay que poner todo nuestro empeño, quiero ser electo para la competencia estatal.
-Igual yo, antes no estaba motivada, pero ya que me metí en esto tengo que ser buena, no quiero que me vean como una fracasada. –Me senté en el piso y con las piernas abiertas intentaba tocar mis zapatos con las manos.
-No pienses que serás fracasada si no te escogen, solo habrás echo tu mejor esfuerzo.
-Tú lo dices porque eres popular y nadie se burla de ti todo el tiempo –Dije colocando una expresión de tristeza.

-¿Burlar? Eso se escucha raro de tu parte, ¿dónde está la extrovertida Nathalia que conozco? –Dijo mi amigo con una sonrisa.
-Ella quedó atrás Raúl, mi vida no es la misma. Ahora tengo pocos amigos.
-Voy a tener que hablar con los de tercer año, a reclamarles por qué no son amistosos con mi amiga –Expresó a manera de chiste.
-Creo que soy yo a quien le cuesta confiar en los demás, después de haber estado internada yo… -dije de forma melancólica.

-Que no estés en malos pasos no significa que no puedas tener una agradable vida social. ¿Y tu amiga de lentes? Dijiste que algún día saldríamos a tomar algo ¿cuándo será?
-Con ella, dudo que suceda, Valeria no quiere hablarme.
-¿Y eso por qué?
-Pensé que se llevaban bien.
-Si pero… es lo que te digo, siento que todos me odian. –Me coloqué una mano tapando media cara, intenté tener la mente en blanco para que algún recuerdo escurridizo no viniera cargado de tristeza.
-No eres una mala muchacha como para que todos estén en contra de ti, debes entenderlo, todo está en tu cabeza –Aconsejó Raúl. Y quizá tenía razón me llevó a la reflexión mientras caminábamos para iniciar la práctica de atletismo, el profesor iniciaría con las indicaciones.
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Quizá Raúl tenía razón, no todo el mundo me odiaba.
-¿Gracias, cuanto te debo por ayudarme? –Le pregunté a mi vecinita que me estaba acompañando a hacer una manualidad.
-Nada, o al menos que quieras pagarme con alguna merienda –dijo ella sonriendo.
-Bien vamos a la cocina.
Por suerte tenía helado guardado y lo acompañamos con galletas de mantequilla. Mientras masticaba mi mente explicaba todo el tema a exponer.
Observando la dedicación que había tenido con mi amiguita en el recurso empecé a elevar mi estado de ánimo al cielo.
-Los que me odien será por envidia, esta vez sobresaldré y no permitiré que nadie me pisotee, porque yo sí puedo. Me dije terminando de alegrar la autoestima.
****
-Buenos días Nathalia María.
-Buenos día profesor –respondí con seriedad sin mirarle a la cara, podría percibirse como un saludo, pero al escuchar mi nombre completo me recordaba a todo el acontecimiento surgido el día de la fiesta.
Entré al salón y lo único que me interesaba de Darwin era que me fuera a evaluar bien, colocándome una nota acorde con mi destreza.
-¿Que tal Valeria? ¿Estás preparada?
-Yo sí, ¿y tú con que grupo te pusiste? –Me preguntó con la voz casi apagada, sabía qué hacía un esfuerzo por responderme cuando tenía casi un mes sin tener una conversación armoniosa conmigo.
-Yo voy a exponer sola –Mostré mis dientes a través de una sonrisa. Ella abrió los ojos grandemente de la impresión.
-Te pondrán baja nota si no expones todo el contenido. Mejor te hubiese dado un punto de nuestro tema.
-¿Te estás arrepintiendo de no haberme involucrado en tu equipo o me lo dices por lástima? –dije golpeando las palabras.
-Como lo veas, de igual modo ya van a empezar a exponer. –Me dijo de manera seria.
No era mi intención seguir molesta con ella, pero se me hacía difícil cuando intentaba hacer las paces. Me acordé de algo que la pudiese entusiasmar.
-Raúl me preguntó por ti.
-¿Qué? ¿Por mí? ¿Para qué preguntaría por mí? –Mostró una cara de extrañeza.
-Que cuando vamos a salir a comer algo, que se lo prometimos.
-Ay Nathalia, te dice eso porque quiere salir contigo, acaso no te das cuenta o estas tratando de hacerme creer que le intereso.
-Pero no te molestes,
-Un chico guapo y popular como él jamás le gustaré alguien como yo.
La que tenía la autoestima baja es Valeria, se quedaría soltera toda su vida si seguía pensando de esa manera.
-No es para una cita, solo íbamos a salir los tres como amigos.
-¿Y tú me consideras a mí tu amiga? -Preguntó.
-Pues claro –le respondí.
-Yo no lo creo, intuía tu interés en que te ayudara a pasar los exámenes. Acéptalo, una adolescente que se acuesta con profesores no es de mi estatus. Búscate a otras amigas comparta tus costumbres, porque yo no quiero que se me pegue esas cosas de ti.
-¡Me repudias como si fuese una larva Valeria! Es verdad. Con personas como tú no quisiera andar.
Me medio paré y eché el asiento tres pasos hacia la izquierda alejándome más de mi ex amiga. Me sentí enojada. Pero no me iba a poner a llorar, debía concentrarme en lo que llegué a hacer ahí. Y empecé a detallar las exposiciones de mis compañeros mientras el profesor los evaluaba.
Se paró el grupo de las sifrinas, lo constituía Laura, Roxelis y otra llamada Arielis. El recurso utilizado fue un video ben. Proyectaron el ejercicio y a medida que explicaban iba apareciendo los números de los resultados. Lo vi profesional, pero nada del otro mundo.
La mayoría de mis compañeros utilizaron el tradicional marcador hacia el pizarrón, para mí no debían sacar igual nota que otro que se esforzó y sacó tiempo en su casa para elaborar su material.
A quien quería ver… Valeria, Sofía y Pablo, ese muchacho se robó mi puesto en ese grupo. Pero al verlos exponer me alegré haber decidido hacerlo sola. Su recurso utilizado fue una lámina grande de papel con los enunciados e ilustraciones alusivas.
-Nathalia Suarez.
Escuché mi nombre de la voz de profesor. Me levanté tomé mi material colocado a un rincón del aula y solicité a un compañero ayuda para colocarlo al frente, todos estaban impacientes por ver el trabajo cuando empecé a desdoblar la gran lámina.
Dos metros y medio de alto por tres metros de largo medía mi recurso didáctico, elaborado con papel foami y cartulina.
-¿Qué es eso? Es una clase no una obra de teatro –dijo Laura para despreciar mi trabajo, de igual modo lo único que me interesaba era la opinión del profesor.
Empecé a hablar, todos estaban atentos a lo que yo diría y sus miradas no me iban a intimidar. Señalé a la lámina el punto uno y me alcé de puntillas para ubicar un número elaborado con cartón. Así sucesivamente explicaba y resolvía los ejercicios de forma dinámica. Al concluir, escuché aplausos fuertes que me hicieron sorprender. A mis compañeros les gustó mi clase llena de intriga me quedé esperando la opinión del profesor.
-Muy bien Nathalia, utilizó un recurso muy creativo y ella sola expuso todos los puntos del tema asignado.
-Gracias, retiré mi recurso y con una sonrisa regresé a mí puesto contenta de haber sacado diez sobre diez y de haber dejado a mis compañeros con la boca abierta. Por alguna razón había obtenido la nota más alta de la clase el lapso pasado e iba a procurar que ese puesto me acompañara hasta el final.
-Felicidades nuevamente Nathalia, me gustó tu exposición.
-De nada –le dije cuando me disponía a salir del salón, quizá lo impresioné y quería comentarme algo más. Pero salí sin prestarle más atención.