Capítulo 34
1804palabras
2023-04-12 06:27
*Narración por Darwin.
Llegué a mi casa a medio día luego de una jornada algo estresante de clases.
-Los muchachos a pesar de estar en la secundaria se comportan como niños, hay que estarlos regañando y dándoles consejos -Me senté en el sillón y descalcé mis pies para colocarme las pantuflas.
-Más bien tu deberías escuchar mis consejos, te he dicho muchas veces que lo más correcto sería que dejaras de dar clases. Eso no te da suficiente dinero y evita que te dediques a gestionar las peluquerías –me dijo Yoskarly desde la cocina abierta, el sonido del pollo friéndose apenas dejaba escuchar un poco su voz.
-Lo hago porque me gusta a pesar de todo. Trabajo media jornada, tengo asegurada mi jubilación y además me permite interactuar con el área que estudié. Sabes que los salones de belleza no son lo mío. Y con todo y eso lo he llevado bien.
-Y por suerte me tienes a mí que soy una especialista en belleza femenina y conozco ese ambiente a la perfección. Pero es mucha carga para mi sola –insistió Yoskarly.
Me acerqué al corral que estaba colocado a un lado de la sala, tome a la bebé en los brazos y caminé a la cocina para seguir la conversación con mi mujer.
-Contrata personal –dije a manera de solución.
-Eso generaría más gastos, además de que no se puede confiar ahorita en nadie, cualquiera puede robarnos al darle la autoridad de manejar financieramente una distribuidora de belleza –dijo esto y yo esperé hasta que terminara de licuar el alimento de la niña para que me escuchara con más claridad.
-¿Y cuál es la solución? ¿Vender algunas propiedades?
-¡No! –Exclamó como si hubiese dicho la peor cosa- No puedes hacer eso con tu herencia familiar. ¿Qué diría tu madre, que en paz descanse, cuando no aprovechaste lo que te dejó?
-Eso es aprovecharlo –dije entre risas- si vendo todo eso invierto el dinero en otra cosa. O lo guardo para la universidad de mi hija ¡je,je,je!
-Muy gracioso –dijo ella con cara seria en tono sarcástico- Con todo ese dinero podrías comprar una universidad entera, mejor mándala lejos a una buena universidad.
-Apenas tiene un año, te lo decía en broma. No fue mi elección heredar esa franquicia de belleza femenina. Mi sueño era tener una academia de diplomados en ciencias. Pero resulta que mi hermana a quien le correspondía seguir los pasos de su madre renunció a todo eso para irse a trabajar como médico cirujano en Roma.
Yo le daba el tetero a la niña cuando Yoskarly colocaba los platos servidos en el comedor y nos sentamos frete a la mesa. Seguimos la conversación.
-No tienes que verlo como una carga para ti -insistió ella- que hallas heredado y seas el dueño de las mejores peluquerías y estéticas de belleza de la ciudad es una suerte. Y yo siempre estoy aquí para ayudarte. Pero como todo está a tu nombre todo es muy difícil para mí.
-¿A qué te refieres?-Pregunté sin entender que quiso decir con eso.
-Deberíamos casarnos, así yo te podría ayudar mejor siendo la esposa del dueño.
-Yo no te he pedido matrimonio –Negué con la cabeza. Todo ha estado bien hasta ahora, tú sigue con tu trabajo, que yo seguiré con la administración de las ganancias.
-¿Y tú crees que estamos bien? La ‘‘Estética Ashley’’ no es la misma reconocida desde que tu madre falleció. Ha decaído y solo es por falta de interés. Podríamos llegar a ser la numero uno a nivel mundial si nos los proponemos.
-Te repito que esos no son mis intereses. Sera decisión de mi hija si más adelante las quiere heredar. ¿Verdad princesa? –Me dirigí a la bebé en mis brazos que había tomado su biberón.
-¡¿Vas a esperar que la niña crezca para poder hacerle un buen movimiento a los negocios?! Ahora si estas descarrilado mentalmente, si me amaras de verdad me pedirías de rodilla que me casara contigo.
Yo la quedé mirando seriamente cuando estaba totalmente enojada, se paró dejando los platos sucios en la mesa con sobras de comida. Yo alcé el cubierto para terminar mi almuerzo mientras analizaba mentalmente.
-‘‘¿Casarme con ella? Eso jamás, sé que lo que quiere es apoderarse de todos mis bienes, no es que yo sea egoísta, sino, que es muy ambiciosa. Temo que me despoje de toda la herencia que quiero dejarle a mi bebé’’.
Luego de culminar mi almuerzo, recoger los platos y dejar a la bella durmiente en su cuna, procedí para ir a mi cuarto a reposar, analizaba que solo serían pocos minutos; debía revisar exámenes y salir a darle vuelta a una tienda de cosméticos faciales.
Abrí la puerta y al acercarme a la cama miré una maleta abierta con pocas cosas en el interior.
-¿Qué te vas? ¿Para dónde?
-Ah ¿no te dije? Falta mercancía para la distribuidora, quiero añadir carteras, accesorios para dama en el local. Y tengo contactos de empresas que quiere que le distribuya productos de belleza.
-¿No los puedes escoger por catálogos? ¿A qué sitio vas específicamente? –Interrogué con enojo.
-No lo sé, son varios. A distancia no me sirve, tengo que evaluar el material y probar los productos personalmente. Quiero cosas nuevas e innovadoras.
-¿Cuánto tiempo te quedarás? –Realicé otra pregunta insistente conservando la molestia.
-Como una semana, quince días –dijo ella sacando ropas de su closet y doblándola en la cama para luego introducirla en su equipaje.
-Hace una semana regresaste, mas es el tiempo que tardas fuera que el que estás en la ciudad. ¿Y la niña?
-Vístela y prepara su equipaje que me la llevo.
-No, esta vez no. Sabes que ella no tiene documentos para salir del país, ¿la vas a dejar con cualquier amiga? ¿Por qué?
-¿Cuándo le vas a sacar su pasaporte? Eso no requiere tanto tiempo.
-Si te vas, vete sola, y si quieres no regreses más –dije con ira.
-¿Qué? ¿Estás loco? Sabes que no puedes vivir sin mí –Yoskarly clocó una cara sonriente. Sin importarle en enojo que yo estaba sintiendo.
Y quizá era verdad, ella manejaba mis empresas a la perfección, cuidaba bien a la niña, era hogareña y era amable y cariñosa conmigo… era, pero las últimas semanas sospechaba de su conducta e intuía algo raro, pensaba que quizá me estuviese siendo infiel de nuevo.
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*Narración por Nathalia.
Valeria tenía días sin hablarme, dejaba en visto mis mensajes, no respondía mis llamadas y lo peor de todo era su ignorancia hacia mí en clases. Como si yo no existiera, se la pasaba siempre con Sofía y eso me cohibía de enfrentarla o al menos de darle una explicación de lo que escuchó de la boca de Darwin.
El baño no era un buen lugar para mantener una conversación abierta, pero debía aprovechar que estaba sola.
-Hola Valeria, ¿cómo has estado? Le dije lavándome las manos en el lavabo de al lado cuando ella retocaba su maquillaje.
-Bien –me medio miró y siguió colocándose polvo compacto en la cara.
Al menos me respondió el saludo, pensé. Y analicé la mejor manera de sacarle las palabras y que me escuchara, mi objetivo era salir de ahí sonriendo al lado de ella.
Revisé debajo de las puertas que cubrían el área de las posetas por si había algún oído que pudiese espiar la conversación. Por suerte solo estábamos mi amiga y yo.
Así que sin dar más rodeos al tema expresé.
-Valeria lo que escuchaste la otra vez…
-Nathalia, no me tienes que explicar nada, yo lo siento, no debí haberte ofendido con aquella palabra –dijo ella con seriedad.
Me alegré al pensar que no tenía rencores contra mí. Pero al detallar su cara seria que esquivaba mi mirada entendí que lo decía de manera sarcástica, en el fondo estaba enojada.
-Valeria, ¿estás molesta conmigo? Y ¿por qué? –La interrogué. En realidad no estaba tan segura de qué había sido lo que la había molestado, ella estaba al tanto que el profesor me daba clases particulares y además ella había intuido algo fuera de lo normal por nuestra cercanía.
-¿Te acostaste con él? ¿O él solo lo dijo de manera sarcástica? –Respondió de manera interrogativa.
-Sí, pero fue hace meses y ni siquiera sabía…
-¡Cruzaba los dedos para que me dijeras que era mentira Nathalia! Ya veo porque sacaste la mayor nota de la clase tienes un romance escondido con el profesor y ahora que sé la verdad te atreves a hablarme como si nada.
-No es lo que tú piensas Valeria, eso con él fue una aventura que sucedió hace tiempo y yo no sabía que me daría clases algún día, ni siquiera fue planeado, estábamos bailando y…
-¡No me cuentes esas cosas que no quiero saber cómo pasó! Tengo catorce años y soy virgen, y pienso serlo hasta los dieciocho, si es que me llego a enamorar de verdad.
-Valeria yo tengo dieciséis, y antes si me la pasaba en eso pero ya no, yo me dedico a estudiar…
-Deja de verme la cara de tonta. Ya sabía que ocultabas algo, eres una de esas mujeres vagabundas que siempre detesté. Mejor aléjate de mí.
Dio un paso para retirarse y yo le bloqueé el camino con mi cuerpo.
-No soy lo que piensas, somos amigas y nos apoyamos.
-Valeria ¿estás aquí?
Sofía entró inesperadamente al baño donde trataba de convencer a mi amiga a que dejara de odiarme.
-Sí Sofía, ya me iba.
-Nathalia, ¿estarás con nosotras en la exposición de historia del arte?
-No –interrumpió Valeria sin que yo alcanzara a responderle a Sofía- Ella ha decidido hacerlo sola.
-Pero, es en grupo de tres personas –expresé.
-Al parecer Laura y Roxelis tenían razón. Nathalia solo se junta con nosotras para sacar buenas calificaciones. Si lo hace sola, veremos si sabe estudiar.
-Ah, ok bueno mentira no es, no le gusta reunirse ni colaborar en la elaboración de los trabajos. –dijo Sofía con cara de desagrado.
-Así como para la maqueta del ADN y ARN mensajero. No participó en la elaboración y sacó excelente solo con tirar flecha en la exposición –Dijo Valeria saliendo por la puerta al lado de Sofía.
Hablaron mal de mí, y no me defendí porque sabía que esa no era la razón por lo que Valeria estuviese molesta conmigo. Y lo que más me decepcionó que me hizo soltar lágrimas fue que ahora haya puesto a mi otra amiga en contra de mí.
Y frente al espejo del baño empecé a llorar de la desesperación. Ya no tenía amigas, el profesor Darwin juró que no volvería a hablarme. Había perdido la muestra de cabello de su hija y aún no había completado el dinero para el examen de ADN.
–Soy un fracaso -me dije, tras ahogarme entre el río de aguas ácidas que me envolvían.