Capítulo 19
1341palabras
2023-04-12 06:04
El posible padre de mi hija entró a un local y me sorprendió al ver el anuncio en la parte superior de la puerta. ‘‘Peluquería Ashley’’. Me mantuve por varios minutos a las afueras del lugar. La impaciencia no dejó que me quedara más tiempo. Asumí que Darwin estaba esperando que su esposa terminara de arreglarse.
-Quizá en otra oportunidad descubra donde vive –dije dándome la vuelta, debía regresar a la escuela para continuar las clases de las materias posteriores.
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-¿Puro correr? ¿Cuándo iremos a empezar a jugar un buen juego?
-Para mí está bien Nathalia, no soy buena en los deportes.
-Tampoco acostumbro a estar en equipos deportivos, pero al menos esperaba algo divertido en esta escuela que solo estudiar.
-Quizás para mediados de año entrarán en materia voleibol o futbol. El primer lapso tendremos las clases de atletismo, el profesor lo mencionó –me explicó Valeria, siempre pendiente de los estudios.
-Predices siempre lo que los profesores van a dar –le dije entre risas.
-No es eso Nathalia, está escrito en el plan de evaluación.

-Ah, ok. No los copié. No creí que fuera importante. Total, al final ellos dan lo que se les ocurra en el momento –Opiné.
-Deberías de prestar más atención en clases; siempre andas distraída.
-¿Distraída yo? No es cierto –le dije a Valeria y luego me interrogué en mis pensamientos. ‘‘¿O sí? ’’ Cuando mis problemas del día a día llegaron a mi cabeza.
Tenía días sin ver al profesor Darwin. Y me prometí que lo espiaría hasta dar con la ubicación de la niña, aún no estoy segura si su hija es la que yo parí, debo descubrir si realmente él es el padre de mi hija. Y eso sería muy difícil cuando en realidad prefiero no cruzarme en su camino.

-¡Cuanto lo odio! –Exclamé, y a la señal del profesor de deportes empecé a correr y a correr para liberar toda esa tención que tenía mis extremidades, esperaba que mi cuerpo al volar eliminara esos pensamientos indignantes de mi cerebro- ‘‘Que tonta fui al no darme cuenta de que me hacían una trampa, que despojar a la criatura de su madre había sido planeado’’- Quizá los enemigos prepararon todo el crimen antes de que yo diera a luz, y esa vieja limpiadora del hospital debió de haber descrito el rostro del fugitivo.
Imaginé al hombre caminando por el pasillo hacia la puerta trasera y yo gritando al enterarme que me internarían por varios meses, debí levantarme, debí buscar a mi bebé.
Cerré los ojos y me tele trasporté a aquella escena, poseía la pijama de una paciente hospitalizada y sentía la molestia en la entrepierna de haber dado a luz hace tres días, salí de la habitación número doce, voltee hacia los lados para visualizar al criminal y lo vi ahí, de espalda con ella, con mi hija, así que pegué la carrera –¡¡¡No te la lleves!!! Grité con todas mis fuerzas hasta tocar la espalda de ese sujeto.
Varios aplausos me hicieron abrir los ojos y regresar a la tercera dimensión, lamentablemente aquel evento fue producto de mi imaginación, y al voltear a mi alrededor quedé extrañada al percibir que todos me miraban con una gran sonrisa.
-¡Felicidades Nathalia! Eres la más rápida de la clase. Vas a formar parte del equipo de atletismo de la escuela. El viernes tienes práctica a las cuatro y media –expresó el profesor de deportes con alegría y luego observé que anotó mi nombre en una lista.
-¿El viernes? Los viernes en la tarde son para ir a la peluquería. Además no me gusta correr –Expresé con desespero.
-Bueno estúpida y ¿para que te me metiste en el medio? Se supone que yo tengo que ser la popular –Expresó Laura con enojo.
-Nos hubiese gustado formar parte de un equipo importante de la escuela pero sabemos que nosotras no corremos ni para alcanzar el auto bus.
-De ninguna manera Roxelis, jamás caminamos largas distancias ni agarramos transporte público, para eso nuestros choferes nos llevan a todos lados.
-Tranquilicémonos Laura, dejemos a esta con su corredera. Vamos a inscribirnos en el equipo de porristas.
Con ganas de golpear a las sifrinas me quedé viendo cómo se marchaban, me envidiaban y se burlaban de mí al mismo tiempo. Pero el puesto que acababa de obtener yo sin entender el porqué, no era algo para estar orgullosa.
-Felicidades Nathalia, me ganaste –me dijo un amigo sonriendo.
-¿Y por qué dejaste que te ganara? Yo no quería participar.
-Nathalia, ¿no escuchaste cuando el profesor dijo que hoy se elegiría al mejor corredor de esta sección para que se uniera al equipo? –Preguntó Sofía.
-¿Cuándo dijo eso? De haber sabido, me hubiese hecho la lenta.
-Viste, que siempre andas distraídas –dijo Valeria. Y observé que quizá tenía razón.
-No, pero yo no quiero, juan vamos a decirle que me voy a salir yo para que ocupes mi lugar –le dije jalando el brazo de mi compañero cuando el profesor se había ido.
-Pensándolo bien, correr no es mi pasión. Voy a averiguar sobre el equipo de futbol a ver si hay una oportunidad para mí –se despidió de nosotras y se fue.
-¿Valeria que hago? ¡Fue un error!
-Ojalá yo tuviese tus habilidades atléticas, formar parte de un equipo de la escuela te ayuda a subir tus calificaciones. Los profesores te suben puntos en todas las materias en los consejos de curso.
-Lo único que siempre te interesa es en subir las calificaciones Valeria, eso es bueno, lo sé. Pero ¿y mi libertad e independencia? Ahora en vez de secarme los cabellos los viernes por la tarde tendré que andar sudando en una pista de relevo.
-Y si te secas los cabellos, al correr lo vas a estropear –Dijo Sofía.
-¡AY! -Me coloqué las manos en la cara de la desesperación- Solo debo participar y perder a la primera para que me saquen de ese equipo –Me dije y luego eché a un lado todo lo relacionado a la educación física para concentrarme en lo que en realidad me importaba, en la recuperación de mi bebé.
-¿Dónde estará él? ¿Habrá venido hoy? -Me preguntaba mientras caminaba en dirección al área principal de la escuela- ¿Para qué lo busco, si él no quiere verme? La última vez que discutimos le dije que tampoco quería ser su amiga. No tengo carro para estarlo espiando por toda la ciudad hasta llegar a verlo entrar a su casa algún día.
Entré por la puerta del cafetín y lo visualicé sentado tomando su acostumbrado desayuno mientras miraba su teléfono – ‘‘¡A través del celular podré conocer su ubicación!’’ –Exclamé en mis pensamientos al llegarme esa idea- Debo conseguir su número telefónico para rastrear continuamente su GPS.
-¡El profesor de mi materia favorita! –Exclamé en tono sarcástico mientras me le acercaba. Apreté los labios para no soltar las carcajadas, en mi mente reía por lo que dije, cuando la verdad era totalmente contraria.
-La estudiante más fastidiosa que conozco –dijo Darwin al mirarme.
-La más atlética de la sección para tu información ¿sabías que acabo de entrar al equipo de atletismo de la escuela?
-Me sorprende, quizá llegues a servir para algo.
-¡¿Cómo?! Soy buena en todo lo que hago –Me senté en el puesto de al lado y coloqué los brazos sobre la mesa.
-Menos para las matemáticas –dijo él.
-Porque la matemática es muy aburrida –Coloqué una cara de repulsión.
-Hace rato dijiste que soy el profesor de tu materia favorita.
-¡Ah! –Me dio una pena al darme cuenta que en realidad me contradije a mí misma. Actuar no es fácil cuando los sentimientos son distintos a lo que dices –Me falta entenderla mucho más, ¿das clases particulares?
-No, aunque te aconsejo que asistas a una academia.
Me extrañé que estuviéramos manteniendo una conversación y aun no me había corrido de su presencia. Algo me decía que a pesar de todo le caía bien. Tenía que aprovechar ese momento y ser más amigable, esperaba que mi conducta odiosa no se me saliera de nuevo.