POV LILITH
Estuve corriendo toda la noche y, aun así, no me sentía cansada, parecía que tenía energía ilimitada cuando estaba transformaba en loba, sin embargo, ya era hora de volver a caminar con mis dos pies, Alec ya estaba cansado de seguir manteniendo el escudo por lo que obligue a mi loba a apartarse y tome el control una vez más yo para poder volver a mi forma humana.
El volverme humana no fue para nada placentero, sin embargo, fue menos doloroso y eso lo agradecía mucho, no me gustaba el dolor y lo que había sufrido anoche para transformarme fue el dolor más horrible que había experimentado.

-Toma esto- La voz de mi novio me saco de mis pensamientos, lo mire para después mirarle sus manos, las cuales tenían ropa de mujer, inmediatamente las agarre y me sonroje- Como si no te hubiera visto desnuda.
Corrí a atrás de un árbol muy consciente de mi actual desnudes y me vestí, no entendía cómo él podía decir cosas como esa cuando mi mellizo estaba por algún lugar tan cerca de nosotros.
-No es lo mismo- Le digo saliendo de mi escondite ya cambiada- ¿En qué momento te cambiaste?
-En el momento que tú estabas ida en tus pensamientos- Me dice con una sonrisa acercándose a mí y dándome un beso en la frente- Tu loba es muy hermosa, al igual que tú.
Escuche cómo mi loba gruño en aprobación adentro mío y yo solo sonreí.
-Yo no te pude ver

-Es lo mejor- Me dice alejándose un poco de mí- Ya habrá más tiempo para que me puedas ver.
Yo asentí para luego mirar el lugar donde estábamos. El lugar era muy hermoso, estaba lleno de árboles y pasto, un lugar que seguramente me encantaría explorar más a fondo en otro momento.
-Le llevaré la ropa a Deimon- Me avisa Emmet empezando a caminar hacia donde sentía que estaba mi hermano.
No entendía aún cómo podía saber dónde estaba mi hermano, pero ahora que me había transformado, podía sentir a todas las personas, que estaban cerca de nosotros y por alguna extraña razón también sentía la leve magia de mi madre, algo no que no podía ser, ya que su cuerpo no había sido consagrado a las tierras de Nueva Orleans, su cuerpo estaba en Nueva York, enterrada en un cementerio más caro que Daniel podía pagar, el cual a decir la verdad era el más caro de todos.

-Eso fue lo mejor que he hecho- Dijo mi hermano acercándose con Emmet a un lado, tenía la vos más feliz que había escuchado en todas mis vidas anteriores y esta- No creia que ser un mugroso perro me haría feliz.
Emmet le lanzo un golpe en su brazo y mi hermano le sonrió.
-Estaba bromeando
Yo ruedo los ojos y empezó a caminar para donde sentía que estaba la cabaña, seguramente todos estaban preocupados y no se irían a dormir si no nos veían bien por lo que era mejor apurarse para regresar para que todos pudieran descansar bien.
POV JONH
Vi a Alec caer al suelo en el momento que cerro el hechizo de límites, estaba realmente débil, usar su poder toda la noche lo había dejado exhausto, pero él, aun así, estaba feliz porque había hecho algo por sus hermanos y la verdad que a pesar de mi preocupación por él, me sentía feliz que fuera así con sus hermanos menores, me hacía pensar que a pesar de mis miedos lo había criado bien.
“Lo harás bien” Me dijo Isabella cuando tuve que decidir quedarme con Alec y Deimon “Tú eres un gran hombre y harás que nuestros hijos sean excelentes”
Esas palabras las recordaba cada vez que veía que mis hijos hacían algo sin que yo les pidiera que lo hicieran y la verdad me sentía orgulloso de haber podido, de que ellos dos a pesar de crecer en un ambiente donde siempre los traban mal, ellos eran buenos y se cuidaban entre ellos.
Agarre a mi hijo y lo lleve hasta su habitación, se merecía un buen descanso, al igual que todos nosotros, sin embargo, el mandar a los demás a dormir era iba a ser en vano, los gemelos Donovan estaban mirando hacia el bosque buscando una señal de que sus amigos estaban llegando y las chicas habían decidido preparar café y algunos dulces para desayunar aunque esperaba que no se quemara porque esas niñas podían ser muy inteligentes, pero cuando se trataba de la cocina eran un verdadero problema ambas.
Cuando deje a mi hijo en la cama salí de la habitación y volví a salir para poder esperar con los Donovan, mi vista no iba a servir de mucho, ya que ellos podían ver antes que yo si alguien se acercaba, pero, aun así, quería quedarme a esperar a mis hijos para ver con mis propios ojos que ellos estaban bien, eso era lo único que me importaba por el momento.
-Haya vienen- Dice señalando Maikel hacia un lugar donde aún no se veía nada- Están los tres bien
Yo asiento, sin sacar la vista de donde él había señalado, pasaron unos minutos hasta que en verdad los pude ver y pude comprobar con mis propios ojos que ellos en verdad estaban bien, es más, estaban más felices de lo que los había visto en toda mi vida y eso era una grata sorpresa, más cuando miraba a Lilith. Ella había vivido lejos de todo esto y, aun así, no le sorprendía nada, estaba realmente feliz y eso me llenaba el corazón de una paz, la cual hace mucho tiempo no había tenido.