Capítulo 32
1160palabras
2023-04-13 22:50
La semana paso rápido y terminamos cansados el viernes por la tarde, todos estábamos en nuestras camas descansando de nuestras materias extracurriculares, los chicos estaban en lucha libre y en Futbol lo que los tenía demasiado ocupado a los tres, Aine estaba tenía clases de arte y magia para hadas, no sabía en qué se diferenciaba la magia de hadas con la de brujas, sin embargo, ella me había dicho que jamás tenían una clase juntas y yo había tenido horas y horas de clases de magia con la directora no solo la practicaba, sino que también me daba lo teórico, pero aún no entendía mucho nada de lo que me estaba enseñando y mucho menos podía acordarme de los difíciles hechizos que tenía que aprender de memoria.
-Luces preocupada- Dice Aine, con sus ojos abiertos mirándome mientras seguía acostada en su cama- ¿Ya te está asustando la primera semana de clases?
-No- Negué sentándome en la cama- Es que me asusta no poder controlar mi magia, siento que cada vez que la uso es más fuerte que antes y tengo miedo hacerle daño a alguien.

-Por eso la directora es la que te enseña- Dice la vos adormilada de mi novio- Ella enseñó a una chica que tampoco tenía control sobre su magia, capaz que tu magia es mayor que la de esa chica, pero eso no quiere decir que la directora no pueda enseñarte, solamente tenés que tener paciencia, todo va a ir para mejor.
- Y si no- Dice tomas sentándose en su cama y sonriéndome- Te podemos desmayar cuando te descontroles.
Emmet gruñe ante lo dicho por nuestro amigo y Maikel le tira su almohada, jamás había pensado que tener como compañeros de habitación a tres hombres sería tan divertido, ellos me hacían burla, me protegían y estaban en los momentos que más los necesitaban y de la misma forma eran con Aine, no lo entendía el porqué, sin embargo, se los agradecía, en segundos mi preocupación desaparecía al hablar con ellos y era un alivio.
- Tendríamos que dormir- Dice Aine sonriendo- Mañana tenesmos que levantarnos temprano para irnos a la cabaña y preparar todo para la noche.
- Por lo menos el domingo vamos a poder dormir hasta tarde- suspira Tomás tirándose nuevamente a su cama- Buenas noches.
-Buenas noches- Repetimos todos.

Las luces se apagaron, por lo que supuse que Maikel, que era el que estaba más cerca del interruptor, la había apagado, por lo que suspire y me tape la cara con las mantas para poder conciliar el sueño.
Mañana sería un día largo y aún ni siquiera había conseguido un regalo para Emmet.
POV JONH
-Tu hijo cumple 19 mañana- Le recuerdo a mi amigo, el cual no me prestaba mucha atención, aún seguía leyendo los documentos que tenía en su escritorio desde que había llegado- ¿No piensas hablar?

-Sabes que no podemos hablar de ese tema justamente acá- Me dice levantando su vista para mirarme- Nadie en esta casa sabe la verdadera edad de Emmet, ni siquiera Sara lo sabe y preferiría que eso se mantuviera así.
-Sabes qué ocultarle la verdad a tu hijo, no le hará ningún bien.
-Tú por dieciséis años le ocultaste tu existencia a tu hija- Me dice enojado- No puedes venir a decirme lo que tengo o no que hacer con mi hijo, tú no eres un buen ejemplo de padre.
-Sé que no lo soy- Lo miro a los ojos con tristeza- Sé que fui un pésimo hijo para Lilith y por eso te estoy diciendo esto, no vas a ganar nada con ocultarle la verdad a tu hijo, lo único que vas a lograr es perderlo y no solo a él sino que todo lo que amas, yo no te juzgo, jamás lo hice porque lo hiciste para protegerlo, al igual que Isabella hizo lo que hizo para proteger a nuestra hija, pero no puedes seguir así, la profecía se está volviendo a cumplir, un hijo de la Luna se enamoró de una bruja Laveau y sabes lo que pasa cuando eso sucede.
-Tu hija acepto ser la compañera de Emmet- Me recuerda- Yo no puedo hacer nada contra eso, la única que podía hacer algo era tu madre, sin embargo, hasta a ella tu hija la dejo callada.
- ¿Es hija de Isabella que querías? - Le pregunto y él sonríe, aunque aún se lo veía preocupado- No me preocupa el que ellos estén juntos, me preocupa la profecía, mi madre piensa que el nacimiento de Lilith fue el causante de lo que le está pasando a los lobos y nosotros sabemos que no es así, pero si no empezamos a decir algo de la verdad mi madre es capaz de hacer cualquier cosa, para ella el fin justifica los medios.
- ¿Crees que va a ser el sacrificio?
-No lo sé- Contesto- Alec y yo estamos tratando de averiguarlo, pero mi madre sabe esconder muy bien las cosas, sin embargo, si nos ponemos a reflexionar por algo están pasando algunas cosas, Isabella se fue lejos para alejar a nuestra hija, sin embargo, antes de que cumpliera los 17 se suicida, la mujer de Logan muere en un incendio y su hija se salva milagrosamente y ambas fueron traídas a Nueva Orleans, haciendo que los cinco estén nuevamente juntos, dos Donovan, un Stone, una Clutterbuck y una Commonseeker.
-También están tus hijos varones y Cassiel
-Alex y Deimon, no sé mucho qué papel ocupan en la profecía- Le contesto tratándome de acordar el pergamino que me dio de leer mi padre cuando era chico antes de que él muriera- A medida que fueron pasando los años la profecía se fue borrando de mi mente y aunque trate de buscarla dentro de la casa aún no he podido encontrarla, es como si hubiese desaparecido después de que mi padre murió.
- ¿Trataste de volver a ese día? - Me pregunta- Capaz si vuelves a ese día podrás encontrar una respuesta.
-Lo intenté- Le respondo- Desde el día que me acordé de la profecía, sin embargo, desde que Isabella murió mis poderes empezaron a debilitarse, la unión de sangre que hicimos cuando nos casamos nos fortaleció, pero el día que ella murió nuestra unión se rompió y la magia que antes tenía está desapareciendo poco a poco.
Él me miro con tristeza, ambos amábamos a Isabella, aunque eran amores muy diferentes lo que sentíamos por ella, yo la amaba como un hombre enamorado, en cambio, él la amaba como si fuera su hermana, por lo que ambos sabíamos cómo nos sentíamos cada vez que tocábamos algún tema que se refería a ella, no solo yo la había perdido, ambos lo habíamos hecho y eso era algo que no podíamos cambiar, pero por ella teníamos que cambiar el futuro de nuestros hijos.
Ella los salvo cuando eran apenas unos bebes, ahora nos tocaba a nosotros salvarlos de cualquier cosa que les quisiera hacer mal.