Las clases habían empezado, ya habían pasado dos días de la fiesta de fin de año en la casa de los padres de Emmet y al día siguiente volvimos al internado, mi suegra me había dado una cadenita la cual se parecía mucho a la que mi mamá me había dado hace años, dijo que esta me iba a ayudar a controlar mis poderes por lo que se lo agradecí, sin embargo, yo me sentía totalmente rara, desde que salí de las tierras que les pertenecía a los lobos, sentía cómo algo se movía dentro de mí y los chicos me habían dicho que era mi magia.
Emmet me explico mientras viajábamos que la cadenita no impedía que haga magia, sino que esta controlaba que mi magia saliera de control, por lo que ahora podía empezar a usarla para acostumbrarme y para empezar a controlarla poco a poco, pero la cuestión era que no sabía si es que en verdad quería utilizar mi magia, si mi madre la cual conocía todo esto le asustaba lo que yo era con magia cuando era una niña no me quería imaginar lo que mi magia podría ser ahora que yo era grande.
- ¿En qué piensas? - Me pregunta Aine, la cual se estaba cambiando mientras yo me ponía las zapatillas, los chicos se habían ido a pedir nuestros desayunos para dejarnos a nosotras preparándonos tranquilas- Has estado demasiado callada desde que salimos de la casa de Emmet.

-Aún no puedo asimilar bien el hecho de que tengo magia, de que ustedes no son personas comunes y que de ser una chica con solo una mama, ahora soy una chica con padre, hermanos y una abuela loca- Le respondo suspirando- Tengo demasiadas cosas las cuales tengo que asimilar.
-De a poco- Dice ella sentándose en mi cama al lado mío- Tienes que hacerlo de a poco, no es fácil, pero vas a lograr asimilar todo y también vas a encontrar una manera de llevarte mejor con tu familia, no sé si con tu abuela vas a poder, pero sí con los demás.
Asiento a lo que ella me dijo y me paro, no sabía qué decir, la verdad es que dudaba mucho poder llevarme bien con mis hermanos y con mi padre, no los conocía y aunque sabía que mi padre se mantenía en comunicación siempre con mi madre eso no quitaba el hecho que yo no lo conocía ni un poco, sin embargo, también estaba el hecho de que yo tampoco me conocía, era una total extraña para mí que tenía que volver a conocerse con poderes y todo.
-De a poco- Susurre para mí para poder tranquilizarme- Te espero afuera.
No espere a que Aine dijera nada y salí de la habitación, necesitaba estar unos momentos sola, por lo menos unos segundos para pensar, sabía que no podía volver a mi vida de antes, ya sabía la verdad y aunque me costara aceptarlo no quería huir, no por el momento.
POV CASSIEL

A veces creía que me había convertido en un maldito acosador, no podía evitar seguirla con mis ojos y ya no podía evitarlo, me había pasado en la fiesta de los Stone a la cual había ido acompañado de Alec y ahora me pasaba de nuevo en el comedor del internado.
No sabía qué me pasaba, pero ya era tiempo de ponerle un freno a mi obsesión con la hermana de mis mejores amigos.
- ¿Estás bien? - Le pregunto a Deimon, el cual jugaba con su desayuno – Pareces demasiado pensativo hoy.
-Mi abuela quiere que esta noche vaya a la cena mensual de la familia- Me explica- Mi hermano me ha estado insistiendo en que tengo que ir para guardar las apariencias con mi abuela, sin embargo, no tengo muchas ganas de ir, no tengo ganas de seguir fingiendo que somos la buena familia que todos creen que somos.

-Es el precio que tenés que pagar por la libertad que te están dando- Le recordé- Vos querías que te dejaran de joder con las demás cosas y tu abuela te puso esto de condición, no podés olvidar que tu abuela puede obligarte a volver a tu casa.
-Sabemos que si no voy a la cena no se va a acordar de mí- Me dice- Soy el invisible de esa casa, a mi abuela solo le interesa Alec y Lilith, cosa que no me molesta, es más, es un alivio, pero lo que si me molesta es tener que fingir que les intereso en algo.
-Tu padre y tu hermano se interesan por ti.
-Se interesaban por mí- Suspira y mira hacia donde se encontraba Lilith desayunando- Desde que llego Lilith lo único que hacen es correr para solucionar sus problemas y no los culpo, yo también lo hago, porque sin importar que ella haya estado años separada de mí es mi hermana, compartimos meses en el vientre de nuestra madre, sin embargo, ella nos desprecia y nos quiere lejos de su vida.
-No sabes lo que ella quiere- Digo mirándolo, aunque él no se daba cuenta por qué seguía mirando a Lilith- Ni siquiera estás seguro lo que tú quieres por lo que no puedes saber a ciencia cierta lo que ella quiere por lo que antes de sacar una conclusión precipitada de lo que tu hermana quiere, tendrías que darle tiempo a que se acostumbre a esta vida, ella perdió a su única familia que tenía por lo que creo que seguramente aún está asimilando lo que es ahora su vida.
Él no me dijo nada, se levantó de la mesa aun sin terminar de desayunar y se dirigió a la salida, lo conocía lo suficiente para entender que si lo seguía iba a ser para peor, nada iba a cambiar lo que Deimon sentía, sin embargo, podía avisarle a Alec para que viniera a hablar con su hermano, él era el único que podía con el carácter que tenía a veces su hermano.