Capítulo 12
1109palabras
2023-02-20 05:12
Emmet estuvo en silencio todo el camino de regreso al internado, no me hablo y yo no estaba de ánimos para empezar una conversación por lo que cuando me dijo que tenía cosas que hacer cuando al fin llegamos a la puerta del internado asentí sin siquiera mirarlo y me bajé del auto.
El almuerzo con mi abuela nos había dejado a los dos demasiado sensibles porque ninguno de los dos habíamos pensado que mi abuela tenía que ver con lo que había pasado ese día en la cabaña y aunque yo no sabía cómo lo había hecho algo me decía que el sí lo sabía y no me lo quería decir por lo que prefería no hablarle hasta que empezara a ser sincero conmigo.
Caminé por los pasillos del lugar donde se suponía ahora era mi hogar y me dirigí a mi habitación a paso lento. Aine sabía que no estaba y los gemelos seguramente estaban aún entrenando por lo que podría descansar un rato hasta la hora de la merienda, cosa que me parecía perfecto, tenía que reflexionar en que decirle a Daniel para que me ayudara a emanciparme de mi familia paterna, no quería que este año y medio que me quedaría aquí ellos decidieran por mí.

Al llegar a mi habitación me tiré en mi cama y cerré los ojos, no tenía hambre, había comido lo suficiente en el desayuno como para mantenerme llena hasta la merienda, por lo que deje de pensar y me dispuse a dormir.
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POV EMMET
No quería dejarla sola, sin embargo, no tenía de otra, ambos, teníamos que reflexionar en lo que habíamos hecho, habíamos provocado a la única persona que no teníamos que hacerlo y aunque a mí no me podía tocar, si lo podía hacer con las personas que dependían de mí, por lo que no sabía qué hacer, me gustaba y sabía que ella era mi compañera, sin embargo, las brujas siempre podían decidir con quien estar, no podíamos imponernos ante ellas.
Mi celular sonó y aunque no tenía ganas de hablar con nadie, lo agarre solamente porque una persona tenía este número y era mi hermana, la cual estaba demasiado lejos de Nueva Orleans para que no le afecte nada de lo que yo estaba haciendo.
-¿Qué paso?- Me pregunta

-Por el momento nada- Le contesté, aunque sabía que era en vano mentirle, por algo me estaba llamando- Solamente más de lo mismo, sabes cómo es la abuela de los Clutterbuck, quiere imponer su maldito poder sobre todos, sin embargo, yo no soy todos y eso es lo que le molesta más.
- ¿Quieres que vaya?
La necesitaba más de lo que necesitaba cualquier otra cosa, pero el que ella volviera la pondría en peligro y ya tenía suficiente tratando de salvar a mi compañera, no necesitaba también tener que cuidar a mi hermana porque si esta se juntaba con Lilith sabía que solo por sus palabras venenosas harían que nos maten y no, no necesitaba eso por el momento.
-Estoy bien por el momento- Digo mirando al cielo- Solo necesito que sigas escondiéndote, no quiero que te traigan de vuelta, no por el momento.

-Todos piensas que estoy muerta- Me recuerda- Nadie va a venir a por mí, puedes tranquilizarte.
-Mientras no te hagas notar nadie va a ir por ti- Le aclaro- Eres una mujer lobo en un lugar donde solo se encuentran humanos, siempre tienes que estar atenta, puede volver a pasar lo que paso hace unas lunas atrás por lo que tienes que estar atenta y alejarte lo más posible de los humanos si estás inestable.
- Estoy bajo control
-No lo dudo- Le digo- Pero hasta yo últimamente estoy perdiendo el control, no solamente de mi lobo, sino también de mis emociones y sabes que eso es demasiado malo para nuestra especie- Le recuerdo- Padre y madre están igual o peor que yo.
-Te puedo asegurar que yo estoy bien- Me dice- Parece que al alejarme de Nueva Orleans se fueron todos esos impulsos que me hacían estar fuera de control, por lo que me puse a pensar que todo lo que esté pasando es en ese sitio y que las brujas son las que tienen que ver en todo esto.
-Sé que ellas tienen que ver- Le respondo- John Clutterbuck dice que por un hechizo que se hizo hace años para ganar una batalla, no tengo toda la información, sin embargo, padre si la tiene, pero aún no pudimos hablar como corresponde del tema, tengo que cuidar a Lilith y no puedo ir a quedarme a casa para que me cuenten bien lo que paso hace años.
- ¿Por qué no la llevas a casa?
-Ella no sabe que es lo que somos- Le informo- Ni siquiera sabe que con un solo movimiento de su mano puede matar a alguien.
-Pero tienes que decirle- La vos de mi hermana estaba alarmada- Las brujas de 16 años en adelante son las que más inestables tienen su poder y más inestable son los poderes de las brujas que no han utilizado sus poderes toda su vida, aparte acuérdate que los Clutterbuck por lo general sus mujeres son en verdad demasiado poderosa
No negaba que mi hermana tenía razón, porque en verdad la tenía, sin embargo, por lo general todas las Clutterbuck experimentaban esa inestabilidad, apenas cumplían los 16 y Lilith ya llevaba meses que los había cumplido y no sentía en ella ni siquiera una chispa de poder como lo sentía con las demás brujas de nuestro internado.
-Pensaré en si decirle o no- Le prometí a mi hermana- Pero no puedo prometer que lo haré, no cuando voy a poner a nuestra manada en peligro por lo que salga de mi boca.
Mi hermana no me respondió nada por lo que vi mi celular y la comunicación se había cortado, por lo que supuse que era por el hecho de que se había quedado sin batería como siempre le pasaba a mi hermana, jamás tenía el celular con suficiente batería para nada y era algo sumamente irritante para mis padres y para mí antes, sin embargo, nos fuimos acostumbrando hasta que ahora ya nos daba totalmente igual, sabíamos que ella estaba a salvo por lo que no teníamos que algo le pasara, por lo que por ese aspecto estábamos tranquilos.
Guarde mi celular y me dispuse a ir otra vez al internado, sabía que probablemente Lilith quería una respuesta del porqué actúe como actúe y aunque no quería dársela, tenía que hacerlo, sino que quería estar en ceros otra vez con ella y que el angelito de mierda me ganara.