Capítulo 5
1195palabras
2023-02-11 13:43
Cuando los gemelos y yo llegamos a la cabaña Emmet ya tenía la cabaña arreglada para que todos nosotros pudiéramos disfrutar del gran trabajo que había hecho, lo único que faltaba era cocinar cosa que los gemelos se iban a encargar porque Emmet no era lo suficiente bueno en eso y estaba segura de que yo era menos habilidosa que él, por lo que ambos nos quedamos mirando como los gemelos se movían en la cocina como si fuera su lugar favorito.
-¿Dónde aprendieron a cocinar?- Pregunto intrigada- No parecen la clase de chicos que hayan tenido la necesidad de cocinarse nada nunca.
-Nuestra nana- Me contestaron los dos al mismo tiempo- Ella no quería que fuéramos unos inútiles por lo que nos enseñó a ambos.
-Agradézcanle a su nana- Les digo- Porque estoy seguro de que si ustedes no supieran cocinar nos moriríamos de hambre.
Los gemelos y Emmet se ríen y después seguimos hablando de nada muy interesante y de cosas para nada importante, la verdad es que con ellos me la pasaba muy bien, eran la distracción que necesitaba y la cual me hacía bien.
-¿No te ha llamado tu padre?- Pregunta Maikel dejando a un lado lo que estaba haciendo y mirando a Emmet, el cual negó con la cabeza- Vaya suerte que tienes, el de nosotros nos llamó cuando Lilith estaba cambiándose, nos dijo que la princesa de la familia Clutterbuck era una caprichosa que había cancelado la fiesta de presentación, que era bueno que no la conocimos porque si uno de nosotros nos interesamos en ella, nuestra familia la tenían que soportar.
Lo único que pude hacer era reírme y los chicos también se rieron conmigo, jamás me habían dicho que era caprichosa, aunque si lo era un poco porque mi mamá siempre me dio lo mejor, también él enseñó a valorar todo lo que ella me daba, por otro lado, lo que decía el papa de los gemelos estaba totalmente equivocado, yo no había cancelado esa fiesta de presentación por caprichosa sino porque yo no quería ver nada con la familia Clutterbuck porque para mí no eran mi familia.
-Un día de estos tendrían que presentármelo a su padre para que me conozca como soy de en serio- Les digo pensativa- Aunque mejor no, porque si tengo que cambiar la opinión de todos lo que iban a ir a esa fiesta no voy a terminar nunca.
-Te aseguro que aunque lo intentes nadie va a cambiar la opinión de ti- Me dice Tomás- Lo bueno de ser un Clutterbuck es que nadie te va a decir nada en la cara, porque tienen miedo a lo que tu abuela puede hacer.
-No creo que ella me defienda- Les digo- Después de cómo la hice quedar hoy, lo más seguro es que yo sea la perjudicada.
-Puede que tu abuela no, pero sí tu padre
-Maikel- Le dice enojado Emmet- No digas cosas que no tienes que decir.
-¿Mi padre está vivo?- Pregunto mirándolos, sin embargo, ellos no dicen nada, ni siquiera se mueven- Contesten
-No sabía que no sabías que tu padre estaba vivo- Me dice mirando a su hermano y después a Emmet- Se supone que tú tendrías que saber todo eso.
-Nunca he visto a mi papá- Digo mirándolos a los tres- No lo conocí y hasta hace unos días ni siquiera sabia que tenía familia paterna, por lo que es obvio que no, no tenía ni maldita idea que el hombre ese está vivo.
-¿Entonces tampoco sabes de tus hermanos?
-Maikel- Le advirtió su hermano
-¿Hermanos?
Emmet y Tomás lo miran con ganas de matarlo, sin embargo, él rueda los ojos y me mira solo a mí como si no le importara tener problemas con su hermano y con su amigo por mí, por decirme la verdad.
-Ella merece saber la verdad- Les dice- Tienes dos hermanos, uno más grande y uno que se supone que es tu mellizo, tu madre se escapó contigo cuando eras una bebe o por lo menos eso es lo que me ha contado Deimon, pero él no se acercó a ti hasta ahora porque piensa que tú siempre supiste de todo esto y que jamás te acercaste a ellos porque tú no quieres.
-¿Quién es Deimon?- Pregunto mirándolos a los tres y Emmet le hace una seña a los gemelos para que sigan cocinando- Emmet
-Es tu mellizo- Me susurra- Un chico que ha sufrido mucho porque tiene una conexión con su hermana, sin embargo, su hermana ni siquiera siente esta conexión, ni siquiera la ha podido ver ni una vez desde que los separaron cuando eran recién nacidos.
-Esto es mentira- Digo tratando de recordar si mi madre en algún momento me había dicho sobre esto, sin embargo, no había nada en mis recuerdos, ninguna mención de él, nada- Mi mamá no me ocultaría algo así, ella siempre fue demasiado sincera conmigo.
-¿Podemos seguir hablando de esto en otro momento?- Me pregunta Emmet- No quería decirte esto hoy, sabía que te tenía en algún momento, te tenía que contar todo esto, pero hoy es un día para celebrar, no para que sufras por lo que hicieron algunas personas después de tu nacimiento.
- Quiero irme
-No por favor- Me dice agarrándome de las manos cuando quise pararme- Quédate
Lo miré un segundo, él me miraba pidiéndome solo con la mirada que me quedara y aunque tenía ganas de soltarle las manos y salir corriendo de acá, pero una parte de mí tiraba para que me sentara en mi lugar y me quedara con ellos, porque la verdad ellos no tenían la culpa de lo que mi familia me habían hecho, ellos simplemente trataban de ser mis amigos y que yo estuviera bien.
-Me quedaré- Le digo sentándome de nuevo en mi sitio- Pero mañana tienes que empezar a decirme todo lo que sabes de mi familia porque si me entero otra vez que me ocultan algo le pediré a mi abogado que me saque del instituto y luche con mi abuela por mi tutela.
-Está bien lo juro- Me dice saltándome las manos
Volví a poner mi atención en los gemelos que estaban cocinando y no hable más, era lo mejor, no quería preguntar algo que nos arruinara la noche, ya unas palabras de Maikel lo habían hecho, aunque tenía razón en contarme lo de mi familia porque estaba segura de que si él no lo hacía nadie lo iba a hacer.
- Algunos chicos van a venir después de las doce
Tomas y Emmet lo quedaron mirando enojados y él no les dio importancia, siguió haciendo lo que estaba haciendo como si no hubiera molestado a nadie por invitar a personas que no tenían nada que ver con nosotros, aunque estaba segura de que esas personas tenían que ver más con ellos más que yo, ya que a mí me conocían solamente de un día y, en cambio, a los chicos que estaban dentro del instituto lo conocían desde prácticamente siempre, por lo que yo no dije nada y seguí mirando cómo ambos hermanos cocinaban como si fueran profesionales, eso era mejor a que yo abriera la boca.