Capítulo 30
1247palabras
2023-02-21 17:30
Capítulo 30: Forzada.
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“No volveré a tomarte duro y áspero, descarriada”, dijo Archer con frialdad.

Entonces, Sariah dejó de forcejear para zafarse del agarre. Se quedó inmóvil, apretó los labios y se limitó a asentir con la cabeza. Había pasado un mes desde que comenzó a evitar el contacto de éste, lo que ocasionaba que se sintiese frustrado y confundido consigo mismo.
"Adelante, tómame Alfa", pronunció. Tras una pausa, y con voz quebrada añadió: “Ni siquiera lucharé ante tus caricias, haz lo tuyo y déjame embarazada... Para que puedas despacharme o matarme, eso es lo más importante para ti, ¿no?". 
Archer, quietó, se encontró con sus ojos sin emociones. Entonces, sin piedad manifestó: “Eso es lo que deseo, descarriada”.
"Continúa, déjame preñada, no te contengas", soltó Sariah con seriedad. Agregó: “Me entregaré... así de fácil".
La decisión en ella fue entera, sin sentimiento; pero, tomándose muy en serio lo expresado previamente. Así pues, el caballero le contempló. Tenía los ojos rojos, la mandíbula apretada; y tragándose un nudo en la garganta, se mordió el labio inferior.
"Supongo que no te arrepentirás. De hecho, alcanzarás el cielo alto con mi cosa afilada de allí abajo", espetó.

La fémina mantuvo la boca cerrada; entretanto Archer comenzaba a lamerle desde el cuello hasta la clavícula. Una y que otra vez, succionaba su piel; aún así, Sariah se mordía los labios para reprimir cualquier sonido y molestar al Alfa.
Seguidamente, el dedo de su compañero recorrió su cintura, de arriba abajo. Ella, en su lugar, hizo un gruñido bajo cuando sintió su centro humedecer.
"Hmm...”, tarareó.
Archer sonrió satisfecho al escucharle. Ordenó: "Gime, descarriada".

Sucede pues, que su mano ahora aterrizó entre sus muslos y dibujó movimientos circulares en él. Estaba sin aliento, incapaz de abrir la boca. Suspiraba en mente con el placer que su Alfa le propiciaba.
Entonces, éste dejó escapar un gruñido mortal. No le gustaba que su descarriada reprimiese y controlase sus gemidos. Después de todo, se hallaba satisfecho con su parte delicada.
Así, Sariah inclinó la cabeza, observando cada uno de sus movimientos. Se estaba entregando nuevamente; y la pared que había construido empezó a desvanecerse lentamente con el calor y el éxtasis.
Gimió cuando Archer frotó su femineidad mientras le acurrucaba el rostro en su vientre, besándole y lamiéndole con placer. Intentaba imaginar que sería lo siguiente que haría si se cansase de chuparle la piel.
En ese instante, fue consciente del aliento en su centro. Su corazón latía rápido; esperando recibir atención allí.
"¡Oh, mi*rda!", susurró en voz baja antes de mirar a Archer nuevamente; que apenas lamía su humedad.
En todo caso, Sariah le sintió sonreír cuando las comisuras de sus labios se elevaron.
“Y-Yo q-quiero más...”, jadeó la joven. No reconociendo su voz.
Él se detuvo y la miró con los ojos encendidos. La lujuria y el deseo brillaron en ellos cuando sumergió la lengua en su clítoris; chupándole con un sonido que la puso caliente.
"Oh...”, gimió; sintiéndose extremadamente bien con eso.
“Canta mi nombre, descarriada”, exigió Archer. “Cántalo con gusto”, agregó.
Saríah obedeció; y lo hizo repetidamente hasta que alcanzó el clímax con sus muslos temblorosos y su humedad palpitante.
"Probablemente no olvidarás el placer y el éxtasis que te he provocado, descarriada. No dudaré en dejarte boquiabierta sin cesar", anunció. 
La chica sintió entonces un escalofrío en la columna cuando Archer comenzó a besarle de nuevo; pero ahora en los labios. Y en un esfuerzo, siguió el ritmo de ellos. Sus manos comenzaron a recorrer su espalda, acariciándole entretanto sentía el calor encenderse de nuevo. 
Algo hurgaba entre sus piernas; lo que le ocasionó suspirar y chupar la boca del Alfa. En ese momento, se divirtió con la lengua pecaminosa de éste y oró para experimentar un poco más con ésta. Así que, él simplemente le dejó ser.
Inmovilizada en la cama, Sariah dobló las rodillas y abrió las piernas ampliamente para darle más acceso a su núcleo.
Y así, jadeó cuando le sintió asomándose; golpeando dentro de ella.
Sariah trató de contener sus gemidos. Sin embargo, Archer siguió empujando dentro; tan profundamente que ni siquiera lograba reconocer su voz, ya que siempre dejaba escapar un pequeño grito con su nombre. No podía evitarlo. El placer era demasiado difícil de resistir. Se sentía tan bien...
Es más, desde su primera vez, supo que el hombre habría sido un golpeador rudo y nato; produciendo que su cuerpo temblase ante la intensidad de cada una de sus penetraciones.
'Oh, es tan bueno. Quiero más', pensó; maldiciendo dentro de ella en tanto Archer golpeaba fuerte y profundamente. Sudaba, con el panorama apenas visible. Y por si fuera poco, respiraba entrecortadamente al punto de jadear; aferrándose a los brazos de aquel mientras sacudía todo su cuerpo.
"Oh… Archer, oh. Ah", exclamó repetidamente; sin lograr contenerse. 
"Eso es, descarriada", dijo. A continuación, masajeándole las nalgas entretanto les golpeaba con fuerza, agregó: “Gime para mí, canta mi nombre y sacudiré tu mundo”.
Como una señal, Sariah comenzó a materializar su solicitud con voz lujuriosa y ronca. Sonaba bien. "Oh! Ah!". Eran demasiadas las sensaciones.
Entonces, el dedo de Archer aterrizó en su clítoris mientras su eje rígido continuaba golpeándole. En este punto, la muchacha habría perdido la cabeza; y un intenso placer se apoderó de su sistema. El orgasmo se hizo presente.
"Júrame que quedarás embarazada de mi heredero una vez que el eclipse lunar empiece dentro de unas semanas", dijo con voz ronca; empellándole aún. 
Sariah sonrió, y replicó: “Entonces, te felicitaré por ello. Espero que puedas cuidar bien de él cuando me haya ido".
Así pues, mientras su envoltura se estremecía en su interior y el placer persistía en cada rincón de su ser, la joven sintió la enorme erección palpitando en ella. Sabía que estaba cerca de llegar al clímax. 
De hecho, cada embestida de Archer era desesperada y áspera; y sus gemidos más fuertes a medida que se clavaba en la humedad de ésta.
“Llena mi vientre, Alfa. Préñame", dijo; lo que le ocasionó estallar.
"Me encantará. Será todo un placer", respondió. 
El sudor del caballero goteaba sobre el rostro de Sariah; tenía los ojos y las mejillas rojas cuando su contención se rompió y explotó dentro del vientre de ella.
La chica gimió débilmente, y cerró los ojos cuando percibió que sus cargas le llenaron. Se mordió el labio inferior por el intenso placer.
“Te dejaré embarazada, descarriada. Asumiré la responsabilidad con mi heredero”, susurró roncamente entre sus labios.
El corazón de Sariah se derritió; y aún así se cuestionó a sí misma: '¿Qué hay de mí? ¿Te harías responsable de mí?'.
“Eso es todo lo que se necesita, Alfa. Tienes que... cuidar de tu heredero", contestó con los labios temblando.
Archer se apartó; y fijando sus ojos en los de ella, manifestó: "Debería, sin importarme mi descarriada porque obtendrá su libertad". 
En ese instante, Sariah se levantó de la cama con el corazón apesadumbrado; en tanto se cubría con una manta delgada.
"Mi libertad... No me importa, Alfa. Si muero..", hizo una pausa; había una punzada en su pecho. Prosiguió: “Tal vez tu heredero no me recuerde; pero rezo por su seguridad. Aquella como sucesor de la manada Bane".
Archer se arregló, sin importarle lo que su compañera estaba diciendo.
'Tan despiadado', sopesó.
“Entonces muere, pero no a mi vista ni en mis manos”, dijo suspirando. Agregó: “Muere porque lo desees, y no porque sólo quiera que lo hagas”. Así pues, la dejó estupefacta nuevamente con sus palabras.