Capítulo 27
1555palabras
2023-02-21 16:41
Capítulo 27: Reclamada.
***
A medida que el calor se acumulaba en el cuerpo de Sariah, Archer se tornaba aún más brusco en los toques que le propiciaba. Sin embargo, la chica permaneció en silencio. 

Acercando sus labios en la nuca de ella, exhaló un cálido aliento cuando preguntó: "¿Tienes calor, descarriada?".
La fémina asintió con la cabeza. Entonces, contestó: "Es difícil resistirse, Alfa". 
El caballero sonrió satisfecho; y con sus dedos dibujó lentamente círculos en los hombros desnudos de ésta hasta llegar a sus brazos. Todo lo que Sariah podía hacer era cerrar los ojos y sentir la electricidad que le llegaba a la columna vertebral.
Así pues, se detuvo en su cintura; acariciándole mientras besaba el costado de su cuello. Lamiéndole y oliéndole, una y otra vez.
De hecho, a veces, Archer le mordía la piel; lo que le ocasionaba gemir. Inclinó entonces la cabeza, para darle un mejor acceso a su piel.
"Uhm...". 

En ese momento, la mano del hombre aterrizó en su pecho; jugando con su perla, y mimándole con movimientos circulares. En efecto, Sariah clamó entretanto sus ojos se hallaban cerrados; buscando experimentar la intensidad del placer que le provocaba.
"A-Archer...", llamó ella.
"Hmm", canturreó.
La joven tragó un nudo en su garganta, cuando murmuró entrecortadamente: "No... No puedo". 

Aún en su labor, él interpeló: "¿No puedes qué, descarriada?". 
"M-Me quema...", replicó. 
Archer rió diabólicamente. Y es que, se encontraba ansioso por obligarle a cantar su nombre. Era un juego sucio, lo sabía; pero esto no era más que la segunda base. 
"Entonces arde, descarriada…", anunció; respirando su cálido aliento sobre su piel.
En tal caso, Sariah se aferró al brazo de éste para soportar su propio peso. Sus rodillas flaqueaban, y no tardaría en caer al suelo de mármol si él no dejaba de pellizcar y masajear sus picos.
Cuando sus manos se aburrieron de estos, se desplazaron hacia su vientre plano; ejecutando la misma acción. 
Así pues, jadeó; y casi se quedó sin aliento cuando la palma del Alfa estuvo sobre su feminidad, acariciándole suavemente.
Calor; humedad... Maldijo dentro de su cabeza: '¡Joder, esto es una p*ta tortura!. Condenadas sean tus manos, Archer. ¡Inexplicable!'. 
Y para desgracia de ella, la empujó hacia atrás sobre la cama. Su boca se entreabrió un poco.
"¡Oh, d*monios!", siseó; y apoyando el codo para sostener su cuerpo, observó a Archer moverse, para desabrocharse el cinturón. 
Apenas éste aterrizó en el suelo, Sariah tragó saliva. A continuación, el susodicho comenzó a retirarse los pantalones de chándal.
Parpadeando dos veces, buscó despertar del sueño en el que se encontraba. Pero no, su panorámica era muy real. De hecho, el pecho cincelado y sus abdominales bien tonificados destacaban absolutamente de las luces tenues de la habitación.
"¿Te gusta la vista?", cuestionó con voz ronca. Agregó: "Te gustará cuando lo hayas tocado y acariciado. Te encantará lo que hay dentro de este bóxer". 
Colocando su pierna entre los muslos de la chica; su mano soportó su peso. Entonces, sintió como los labios de Archer se posicionaban en su cuello; mordiéndole y chupándole. Sariah no pudo estar aún más caliente. 
'¡Maldita sea, dejará una marca!', pensó.
Ella era virgen; ningún hombre la había tocado. Tuvo pretendientes en un pasado; sin embargo, nunca fueron su prioridad.
"Me gusta tu olor", pronunció el hombre junto a su oído; lo que le produjo escalofríos. 
"Oh…". Repentinamente gimió cuando su palma tocó su clítoris.
Archer apretó la mandíbula, en tanto su erección saludaba el cuerpo de su acompañante.
"Te volveré loca, descarriada", dijo con calma.
De cualquier modo, comenzó a lamerle el costado de la oreja hasta el cuello; y como el pecho de Sariah estaba expuesto, el hombre tuvo mejor acceso para también dedicar tiempo a sus pezones; entretanto su palma hacía movimientos circulares en su femineidad.
Se sintió mojada; debido al intenso placer que Archer le obsequiaba. Pero, no cerró los ojos. En cambio, ella le miró.
Y en efecto, sus ojos ardían. La lujuria destellaba en cada poro de su ser. Él sonrió satisfecho, e introdujo su dedo medio dentro de su centro haciéndole gemir.
"Mi*rda... ¡A-Alfa no! No te detengas...", demandó con voz entrecortada; sin poder creer aún su actuar. Estaba loca... Pero, loca por sus caricias y besos.  
Entonces, alcanzó el brazo de Archer; agarrándole con fuerza mientras el ritmo lento de su dedo dentro de ella se aceleraba. Deseaba que él la penetrase; le dolía, y quería más atención.
"O-Oh... ¡Eso es! Así, muy bien...", gimió sonoramente.
"Demonios, eres ruidosa..", dijo él. Sonriendo, añadió: "Me gusta, más fuerte". .
Y casi sin aliento, la mujer alcanzó su primer orgasmo. Jadeaba; en tanto Archer sudaba.
Intentó cerrar los muslos, pero su compañero la detuvo.
"¡Ábrete ampliamente, descarriada!", siseó molesto.
Y aún temblorosa, acató su orden.
Viéndole sonreír peligrosamente, Archer colocó su rostro frente a ella. Entonces, gimió cuando su aliento sopló en su interior húmedo.
De todas formas, se mordió el labio inferior de forma sensual; y maldijo en su mente por lo jodidamente erótico del momento. 
"Maldita sea, estás mojada para mí, descarriada", enunció. Así pues, él sostuvo sus piernas y sumergió su lengua en ella; besándole, y lamiéndole su clítoris. 
"¡Oh... Hmmm!", chilló de puro placer.
Entonces, los dedos de los pies de Sariah se curvaron cuando el intruso frotó su dedo de nuevo en su humedad. Es más, jadeaba cuando Archer le hizo con su lengua; lo que la enloqueció.
"Ah...", exclamó. Y así continuó, gimiendo sonoramente; mientras rechinaban su núcleo. 
Se detuvo cuando Sariah sintió su segundo orgasmo. Ésta sudaba a mares, al igual que él. 
"T-Te detuviste... ¿Por qué?", preguntó.
Archer sonrió diabólicamente, y respondió: "Quiero que acabes encima de mí".
Seguidamente, Sariah le contempló caminar hacia el piano de cola. Mordiéndose el labio inferior, imaginó algo sexy en su mente...
'Oh. Así que, tu perversión está en tu instrumento Alfa'.
Ella le siguió; y se tragó el nudo en la garganta cuando el hombre se quitó el bóxer y la recibió con su enorme y dura erección.
Sus ojos se abrieron como platos.
"T-tú... No creo que eso me quede bien", expresó; negando con la cabeza.
Estaba cansada y hambrienta; pero aún así, pensando en si su enorme erección cabría en su feminidad.
"Encajará", respondió sardónicamente. Prosiguió: "Este es el momento adecuado para preñarte; así que, no me rechaces". Y tirando de ella, le hizo montarse a horcajadas sobre él, y hurgó en su humedad.
Y sin dudarlo, la penetró; áspero y tosco hasta que ella gimió de dolor.
"Ah... M-Me duele", gritó; temblando, casi llorando.
Archer no escuchó, y se limitó a clavar su enorme erección en ella. Empujaba con fuerza y dureza mientras presionaba el piano de cola; tocando un tipo de sonata.
De hecho, sudaba y jadeaba; sin embargo, continuó en la labor. Podía ver sus picos redondos y saltarines; ocasionándole gemir y calentar su cuerpo aún más.
"¡Maldita sea, que bien cabalgas!", chilló en voz alta. Agregó: "¡Tus pechos también rebotan!".
"Ahh... ¡Oh!", gimió Sariah; mordiéndose el labio inferior al sentir el placer y el dolor en su humedad. "M-Más rápido...", solicitó.
Mientras sonaba el piano de cola, Archer empujaba con brusquedad y complacencia. Estaba casi sin aliento, por lo que aminoró el ritmo.
En su lugar, la chica aferró sus brazos a su nuca. Y él le hundió la cara en el cuello; mordiéndoselo y chupándole repetidamente entretanto envestía con rapidez, fuerza y dureza.
"Canta mi nombre, descarriada...", ordenó con frialdad. Continuó: "¡Ahora, canta mi nombre!".
"¡Oh..., A-Archer!", obedeció. "A-Archer... Estoy... C-cerca", agregó.
Y la mano que sostenía su cintura, le guió arriba y abajo mientras le sentía convulsionar y acurrucaba su cabeza a un costado de su cuello; sin importarle el sudor.
Tres embestidas duras y ásperas fueron suficientes para que ella se corriese. Jadeaba y temblaba; pero Archer no dejó de bombear dentro de su núcleo.
"¡Joder! Canta mi nombre", ordenó con autoridad.
Sariah se sentía débil y cansada; no obstante, maldijo dentro de su cabeza y se obligó a llamarle una y otra vez hasta que él alcanzó el orgasmo; y explotó sus semillas dentro de ella.
"Quedarás embarazada en sólo un mes", declaró.
La fémina asintió con la cabeza, y pronunció: "Quedaré embarazada de tu heredero, y mi libertad vendrá después". 
Archer jadeó pesadamente.
"Quítate de encima, descarriada", dijo con frialdad.
Saríah fingió una sonrisa en secreto, y sopesó: 'Ahora, él ha acabado conmigo. Volverá a tratarme como basura'.
Así pues, se levantó. Podía sentir el dolor entre sus piernas. Aún temblando, consiguió mantenerse erguida. 
"Terminé contigo, descarriada. Sal de mi habitación" rugió. Tras una pausa, añadió: "Eres solo una basura no deseada que necesito fecundar para materializar un heredero a cambio de tu libertad".
Cuando la joven regresó al cuarto de la criada, las lágrimas que había estado conteniendo ya goteaban.
"No eres más que una basura que el Alfa necesita para fecundar y tener un heredero", murmuró con tristeza. Continuó: "Basura que ni siquiera es importante. Nadie te ama, Sariah. Sólo Leia ha estado de tu parte. Suerte si Millie y Lilac te quieren".
Con el corazón roto, se deslizó hacia el cuarto de baño y se limpió; luego, dejó caer su cuerpo en la cama y cerró los ojos hasta quedarse dormida.
Poco no sabía Sariah, que Archer escuchó cada palabra pronunciada dicha a través de su mente.