Capítulo 51
1406palabras
2023-02-24 23:00
......
William frunció sus hermosas cejas al escuchar la voz de Tommy, por lo que se detuvo, con la puerta apenas abierta para poder escuchar a escondidas.
“Mañana debo acompañar a papá a la mansión presidencial, pero después del desayuno al fin podré reunirme contigo, Gafas Negras.”
“¿Sabes que he perdido peso durante estos pocos días en que no nos hemos visto? ¿Crees que esto pueda ser considerado como estar enfermo de amor?”
En ese momento, al otro lado de la puerta, las comisuras en la boca de William se contrajeron al escuchar aquellas palabras.
En su habitación, Tommy daba vueltas en la cama mientras sostenía en su mano su teléfono móvil. Con una radiante expresión de felicidad dijo: “Extraño el espagueti con tomate y huevo que preparaste para mí la otra vez, Gafas Negras. Nunca antes había comido algo que significara una muestra de felicidad para mí. ¿Crees que puedas volver a cocinar para mí algún día?”
¡Una muestra de felicidad!
Las comisuras en la boca de William se contrajeron aún más en una mueca de desaprobación.
¿Cómo era posible que un niño de cinco años, quien apenas sabía gran cosa, pudiera comprender lo que era la felicidad?
“¿Tienes novio, Gafas Negras?”
“¿Es en serio? ¿En verdad no tienes novio? Vaya, eso es genial. ¿No crees que yo podría…?” Tommy estaba a punto de preguntarle si él podía ser su novio, cuando William irrumpió en la habitación, interrumpiéndolo con un gruñido antes de que pudiera completar su pregunta.
“¡Tommy!”
Tommy, quien seguía dando vueltas en su pequeña cama, se incorporó sorprendido. En ese momento terminó con la conversación que había estado teniendo con Hannah, sentándose con rapidez, en una demostración de buenos modales y, mirando a William, lo saludó obedientemente.
“Ya es muy tarde, Tommy. ¿Por qué no estás durmiendo?”, le preguntó William con voz profunda, mientras observaba a Tommy, cuyo rostro se había puesto tan rojo como una manzana madura.
En cuestión de pocos minutos, Tommy se había deprimido. “No puedo dormir, papá”, le respondió con seriedad.
“Ahora, apaga la luz y duérmete. Y nada de llamadas”, le ordenó William con severidad.
Mirando a William, Tommy frunció los labios y enfadado, protestó: “Oh, papá… ¿Por qué no puedes ser un padre de mentalidad abierta? Lo único que quiero es tener una relación con una chica que me gusta. ¿Por qué tienes que impedírmelo?”
Sin responderle, William no hizo más que mirar a su inocente pero obstinado hijo, e inclinándose hacia él le arrebató el teléfono y le ordenó: “Ahora, a dormir.”
Sin decir más, se limitó a apagar la lámpara situada en la mesita de noche y salió de la habitación, cerrando la puerta ruidosamente tras él.
En la oscuridad casi completa de la habitación, Tommy volvió a sentarse en la cama, como un pájaro enojado y, en voz alta, gritó: “¡Oh, papá, eres tan irritante…!”
......
Mientras tanto, en el otro extremo de la línea, Hannah se quedó de pie frente a la amplia ventana que iba desde el piso hasta el techo del apartamento de Tiana, con su teléfono móvil en la mano, escuchando la voz de William gritando el nombre de Tommy, la cual quedó reverberando en su oído.
Y aunque solo se trataba de una llamada telefónica, Hannah casi podía ver la figura alta y erguida de William, de pie frente a ella. Podía contemplar la expresión de irresistible majestuosidad en su encantador rostro. Y cuando escuchó su voz rugiente, no pudo evitar sentir un escalofrío en su corazón, a pesar de que él no estuviera junto a ella. Al instante, aquel estremecimiento se transformó en una sensación de temor que surgía del fondo de su corazón.
Hannah se preguntó cuánto habría escuchado William de aquella conversación telefónica que había estado sosteniendo apenas unos minutos antes. Esperaba que él no creyera que su intención era la de secuestrar a Tommy. De lo contrario, eso habría dejado una terrible impresión acerca de ella en el corazón de William.
“¿Qué te sucede, Hannah? ¿Por qué estás ahí parada, con esa expresión?” De pronto, escuchó la voz de Tiana, quien había entrado en su habitación y, quien, al verla así, le había dado unas palmaditas en el hombro mientras, sonriendo, le hacía aquellas preguntas.
Hannah se sintió de pronto desconcertada, y volviendo en sí, se dio la vuelta para mirar a Tiana, parada junto a ella, y devolviéndole la sonrisa le respondió: “Oh, no es nada. Simplemente estaba pensando en el trabajo.”
Tiana la miró unos segundos y frunciendo los labios, sin preámbulos le preguntó: “¿Fuiste a encontrarte con Kevin de nuevo hace un rato?”
“Sí”, respondió Hannah, y riendo entre dientes le dijo con sinceridad: “Me lo propuso.”
Ansiosa por escuchar la respuesta, Tiana le peguntó: “¿Y? ¿Le dijiste que sí?”
“No”, respondió Hannah, negando con la cabeza.
Mirándola, Tiana respiró aliviada. Luego, colocó sus brazos frente a su pecho y se paró al lado de Hannah. Estirando sus largas piernas, le explicó: “Kevin me llamó hace unos minutos para preguntarme si estás bien. También me explicó la razón por la que se reunió con Melissa.”
Hannah la miró y asintió. "Ya veo. ¿Qué más?"
“Creo, además, que está considerado como un joven muy prometedor. Aunque fue engañado, tuvo tiempo de arrepentirse antes de que fuera demasiado tarde. Así que, ¿alguna vez has considerado la posibilidad de darle otra oportunidad?”
Hannah la miró y de repente sonrió: “¿Qué, vas a ser la intermediaria de Kevin?”
Tiana arqueó las cejas. “No. Solamente te estoy diciendo lo que pienso de él.”
Hannah arqueó también las cejas y, suspirando, le dijo: “De hecho, yo también creo que es un buen hombre. Simplemente sucede que me he dado cuenta de que ya no siento nada por él.”
“¿Ningún sentimiento en absoluto?”, preguntó Tiana, con incredulidad, pues en realidad no lo creía, especialmente porque sabía lo mucho que Hannah lo había amado en el pasado. Recordaba que, cuando Hannah estaba con él, parecía la mujer más feliz del mundo y recordó también la manera en que ella se refería a él como el mejor hombre que había en el mundo.
Hannah dejó escapar nuevamente un suspiro de alivio y asintió. “Mientras me encontraba estudiando en el extranjero, continuaba pensando que sentía algo por él, así que nunca acepté a ningún otro hombre. Pero cuando volví a verlo, en especial al verlo en su banquete de compromiso con Melissa, comprendí que estaba equivocada. En realidad, hacía mucho tiempo que lo había dejado ir y no tenía ya sentimientos por él. Era solo una obsesión para mi corazón. Después de todo, fue el primero hombre que me gustó. Pero esta obsesión se desvaneció por completo después de comprender cuáles eran mis verdaderos sentimientos.”
Tiana levantó sus hermosos ojos y, como una confirmación, dijo: “Así que, ¿ahora está completamente fuera del juego para ti y no hay más esperanzas para él?”
“Deberíamos dejar de hablar de mis problemas de relación”, dijo Hannah, bromeando. “¿Qué hay de ti? Durante todos estos años que estuve en el extranjero, ¿al fin encontraste a un hombre que te gustara?”
“¿Yo?” Hannah pudo percibir un destello de tristeza en los ojos de Tiana. “Pues claro que no. Todos los hombres que me interesan, o ya han sido tomados, o se encuentran todavía en el vientre de su madre.”
La respuesta de Tiana dejó a Hannah sin palabras. “De acuerdo, esperaré para ver quién será al final el afortunado.”
......
En vista del impresionante desempeño de Hannah durante el viaje del presidente de Fliysau a Lecharia, no solo se había hecho muy famosa en la internet, sino que se convirtió también en la persona más popular en la mansión del presidente. Incluso Steven, el director del departamento de traducción, se mostró muy optimista respecto a ella. Por ello, cuando llegó al trabajo al día siguiente, se encontró con que su ámbito de trabajo era muy distinto a aquel al que estaba acostumbrada. Nadie le ordenaba ya encargarse de todo tipo de tareas y, en cambio, era tratada como una traductora profesional.
Por lo tanto, su trabajo era ahora mucho más fácil que antes y, por lo tanto, estaría menos ocupada. En el transcurso de la mañana no hizo más que traducir algunos archivos de audio y varios documentos. Más tarde, se encargó de realizar una doble verificación de la traducción que había hecho unos días atrás y con eso dio por concluido su trabajo del día.