Capítulo 28
1286palabras
2023-02-13 11:34
"Papá, acorde con las palabras del médico, ¿significa que mamá nunca despertará?", preguntó Tommy a William desde la esquina de la habitación; sentando en el sofá de una plaza entretanto balanceaba sus piernas cortas.
Tras una pausa, el hombre le miró e interpeló: "¿Quieres que permanezca dormida para siempre?".
"No", respondió. Inmediatamente, el niño frunció los labios; y bajando las cejas pronunció: "Padre, no me acuses solo porque deseo estar con Gafas Negras, ¿está bien? Sé que la mujer de allí es mi madre; y claro que espero que abra los ojos tan pronto como sea posible y viva una vida saludable".
"Ven aquí, y cuéntale a tu mamá todo lo que has aprendido recientemente", ordenó el caballero con indiferencia; sin quitarle la vista a Tommy.
"¡Ah!", se lamentó el pequeño. Pero, cuando éste observó que su progenitor le devolvía el gesto con frialdad, rápidamente asintió y accedió a hacerlo. Entonces, levantándose de su asiento, se subió a la cama; ubicándose justo al lado de Iris, y comenzó a hablarle sobre sus deberes tal monje cantando sutras...
Así pues, mientras el chiquillo parloteaba, William se asentó en el mueble no muy lejos; contemplando a la chica, que estaba postrada en el lecho del hospital. Sin embargo, su mirada se desviaba; y la oscuridad en sus profundos y vastos ojos aumentaban. Nadie podría imaginar lo que estaba pensando.
"Papá, he terminado", anunció Tommy transcurrida media hora; luego de haber culminado con sus experiencias del último mes. Habría conversado en un tono relajado, como si se hubiese liberado de una pesada carga.
No obstante, cuando el hombre volvió en sí, le atisbó y cuestionó: "¿No tienes nada que decirle a tu madre que no sean tus estudios?".
"Bueno...", empezó el niño estudiándole fijamente; para después fruncir el ceño en tanto pensaba por unos pocos interludios. Luego le manifestó a Iris, que continuaba inmóvil: "Mamá, hace poco me enamoré de una chica. Realmente me gusta, y no es solo un flechazo. Pero, ella es mucho mayor que yo. Papá ciertamente no estará de acuerdo conmigo en tener una relación con ésta. Si te despiertas, ¿podrías...?". En efecto, esperaba que su progenitora realmente apoyase su unión con Gafas Negras.
Molesto, William le fulminó con la mirada. Y antes de que Tommy pudiese terminar sus palabras, fue directamente hacia él, le agarró del cuello y se lo llevó a rastras. A continuación, gritó: "¡Cállate!".
El pequeño le ojeó con cara inocente, después se retorció para deshacerse de su agarre y se marchó. ¿No le solicitó que charlase de otras cosas?.
"¡Tommy!", alguien saludó.
Y justamente cuando salía de la sala, se encontró con el padre de Iris, Lewis Hood, y su madre, Sylvia Monroe. Es más, en el instante en que la mayor le vio, chilló de felicidad e inmediatamente corrió hacia él.
"Hola, abuelo, abuela", reverenció.
"¡Hola!", replicó emocionada; e inclinándose para cargarle. Sin embargo, él no reaccionó con gusto. En su lugar, se quedó allí tal niño mimado; sin siquiera abrir los brazos para estrecharle.
"Oh, soy tan vieja que ya no logro llevar a mi propio nieto", enunció; sintiéndose que era demasiado extenuante cuando le levantó. Por lo que rápidamente le dejó en el suelo; suspirando con una sonrisa.
"Abuela, no lo eres. Es sólo que ya he crecido y no necesito que me cargues", manifestó. Aunque nunca había estado muy unido a la familia Hood, siempre se le dio bien hablar con dulzura.
"Jaja...". Echando un vistazo a Tommy, Sylvia se encontró realmente contenta. Así que, ahuecó sus mejillas y le ofreció un gran beso. Posteriormente, sonrió y elogió: "Sí. Eres el más sensato. De verdad, has aumentado de tamaño".
"Oye, ¿por qué estás aquí solo? ¿Dónde está tu padre?", interrogó el anciano; acercándose a ambos.
"Lewis, Sylvia", saludó William; saliendo en ese momento de la sala.
"Hola. Resulta que tú también estás aquí. Pensé que andarías tan ocupado al punto que dejarías que Tommy visitase a Iris por su cuenta", expuso; al visualizar que su futuro yerno también se hallaba allí. La mujer se sintió aún más feliz.
Mirándoles, el joven asintió levemente con una sonrisa y dijo: "Bueno, tengo algo importante que atender más tarde, así que Tommy y yo haremos el movimiento primero".
"¡Adiós, abuelo! ¡Adiós, abuela!", se despidió el chiquillo de inmediato; al oír que se retiraban.
"Oh, William. Espera un minuto", les paró la anciana.
El mencionado se detuvo cortésmente, más permaneció en silencio; aguardando a que hablasen.
Entonces, Sylvia sonrió levemente; y mirando a su esposo, le obsequió un codazo, indicándole a que se pronunciase.
Así pues, el caballero entendió lo que ella quería. Sonrió, y proclamó: "William, estoy seguro de que sabes perfectamente que Iris es nuestra única hija. Sin embargo, ahora está inconsciente y nosotros envejecemos con el pasar de los días. Es inevitable no sentirnos solos a medida que pasa el tiempo, y más aún entendiendo que ella no abrirá los ojos pronto. Pero, Tommy es su adorado hijo, y también nuestro nieto. Por tanto, estaremos más que felices si nos permites tenerle para que nos acompañe".
A continuación, el joven no dudó y preguntó directamente: "¿Quieres irte a pasar una temporada con los abuelos?".
"Eh...", empezó; riéndose entre dientes. Examinando a los mayores con cara circunstancial, prosiguió: "Abuelo, abuela, tengo una clase de Feannish, otra de cálculo y una de computación a las que asistir hoy más tarde. Además, papá me ha informado que el equipo nacional de fútbol visitará la oficina del Presidente mañana, almorzando con nosotros. Tengo muchas ganas de conocer a sus jugadores. De hecho, aspiro un partido con ellos".
"Bueno, tal parece que hoy no es el momento adecuado; así que tal vez otro día entonces. Cuando Tommy no tenga clases, pediré a alguien que lo envíe", sugirió William; sonriendo levemente. Aún cuando era obvio que les estaba rechazando, lo hizo tan impecablemente que no había lugar para refutaciones.
Y en definitiva, no había nada más que Lewis pudiese elaborar; limitándose a asentir mientras respondía: "Está bien, le recogeremos la próxima vez".
"¡Adiós, abuelo, abuela!", anunció el niño al percatarse que Sylvia estaba a punto de expresar algo; no dándole la oportunidad en absoluto y obligándole a tragárselo en su estomago. En efecto, rápidamente agitó sus diminutos dedos despidiéndoles a toda prisa.
"Lewis, Sylvia, hasta luego", expresó William cogiendo la mano de Tommy y retirándose; entretanto sus acompañantes visualizaban sus andar. Había una melancolía indescriptible en los corazones de ambos.
"Ay. ¿Por qué nuestro nieto siempre que nos vemos actúa como si fuésemos extraños? No solo no nos besa, sino que incluso intenta evitarnos cada vez ¿Qué sucede con él?", interrogó Sylvia con el rostro deprimido.
"William crió a Tommy él solo, por lo que es normal que no esté cerca de nosotros. Además...". Lewis suspiró, y continuó: "En mi opinión, los sentimientos de éste por Iris se están desvaneciendo lentamente. Si ella permanece en coma otros seis años más, no sé si optará por casarse con otra mujer".
"¿Casarse?", interpeló su pareja sorprendida al escucharle; como si nunca hubiese pensado en tal problema.
Él la miró, y explicó: "Sí. Dado que Iris ha estado inconsciente durante tantos años, es comprensible que busque a otra. En tal caso, es el Presidente y el jefe de la familia Scott. Si realmente desea contraer nupcias, no podemos hacer nada al respecto".
"No, eso es imposible. Él fue quien causó que Iris estuviese en coma por tanto tiempo. ¿Cómo se atrevería siquiera a casarse con otra mujer?", gritó la mayor; imaginando a su hija siendo abandonada. Tras una pausa, añadió: "Si William realmente osa hacerlo, lucharemos hasta morir con dicho grupo. En cuanto a Tommy, es mejor que no se le ocurra alejarle de nosotros":
......