Capítulo 54
1808palabras
2023-02-28 00:01
A Bo Haodang lo ingresaron de prisa a la sala de emergencia por segunda vez.
Pero en esta ocasión, apenas lograba respirar cuando regresó a la sala.
El médico tratante les advirtió que no podía volver a molestarse de esa manera.

Nan Qi no quiso permanecer ni un segundo más ahí.
Justo cuando se disponía salir, vio que el anciano levantó un poco la mano y la cabeza con gran dificultad y la llamó en voz baja: "Mi querida y adorada nieta política....".
"Aquí estoy, abuelo", contestó ella. Nan Qi no tuvo más remedio que acercarse y tomar su mano.
El anciano le dijo con los ojos entreabiertos, como si estuviese a punto de desmayarse en cualquier momento: "Querida nieta, Bo Yanxi es un hombre sin mucha educación y no sabe cómo tratar bien su esposa. Por favor, dime si te hace algo incorrecto y yo me encargaré de darle una lección en tu nombre. Pero, te agradezco que no vuelvas a mencionar el tema del divorcio. No me quedan muchos años de vida plena, y mi único deseo es que la generación más joven tenga una vida feliz. ¿Me prometes que vas a entenderte con mi nieto y que no mencionarás otra vez la palabra separación?"
"¡Err...!",  exclamó ella sin saber si aceptaba o no la oferta. En realidad, no supo qué responder.
"Ay, ay, ay..., me duele.. Mi corazón ya no aguanta más. Creo que me voy a morir...", gritó Bo Haodang de repente, con la respiración agitada y poniéndose la mano en el pecho, al ver la actitud insegura de Nan Qi.

"Abuelo, ¿estás bien?", dijo ella y se preguntó con impotencia por qué el anciano se había sentido mal otra vez.
"Prométeme que no...no vas a divorciarte de él", añadió Bo Haodang.
"Yo...", intentó decir ella.
Pero justo cuando Nan Qi estaba pensando que iba a contestar, entró corriendo otra vez el médico para aplicarle los primeros auxilios al paciente.

No obstante, el anciano no estaba dispuesto a colaborar en lo más mínimo, y sujetó con fuerza la mano de su nieta para impedir que se fuera, y repitió: "Tú... prométeme que no te divorciarás, porque de lo contrario... me voy a morir con los ojos abiertos".
"Yo...".
Nan Qi seguía dudando qué contestar, y el médico estaba tan ansioso que le sugirió viéndola a la cara: "¿Qué otra cosa le vas a decir en un momento como éste? Ustedes los jóvenes siempre hablan de divorcio, sin importarles la preocupación que pudieran ocasionarle a las personas mayores".
"Pero...", quiso explicar ella.
"Err..." Bo Haodang blanqueó los ojos, su cuerpo se contrajo bruscamente, y casi comenzó a salirle espuma por la boca.
Cuando el médico se acercó, el anciano empezó a resistirse como si estuviera peleando a muerte con Nan Qi.
A ella le pareció un poco extraño el ataque del abuelo, y empezó a dudar de que estuviera realmente mal.
Sin embargo, después se dijo a sí misma que se trataba de un hombre de edad avanzada con una salud precaria, y se preguntó que pasaría si de verdad le sucediera algo malo...
Al final, no le quedó más remedio que decir entre dientes: "Está bien, no me voy a divorciar. Abuelo, te prometo que no me separaré de él".
Finalmente, Bo Haodang se sintió aliviado. Luego inclinó la cabeza y se desmayó.
Sin embargo, cuando lo estaban recostando en la cama, el anciano se despertó de repente y le guiñó un ojo a Bo Yanxi.
'Mocoso, tuve que usar todas mis dotes actorales para mantener a Nan Qi a tu lado. Ahora debes trabajar arduamente para embarazarla y que tenga un bebé lo más rápido posible'.
La expresión de Bo Yanxi era fría e indiferente, como si no hubiese visto nada de lo que había sucedido.
El protocolo de primeros auxilios no tardó mucho y el paciente se veía muy bien cuando salió de la sala. Todos respiraron aliviados al verlo.
Bo Haodang se excusó diciendo que quería dormir, y le pidió a Nan Qi y a Bo Yanxi que se retiraran.
Apenas salieron del hospital, ella no trató de escapar sino que subió obedientemente al auto con su esposo.
Se sentó en el lado del copiloto, y le dijo a Bo yanxi cuando reunió fuerzas para mirarlo directamente a los ojos: "Sr. Bo, decidí que por el momento no voy a divorciarme de usted".
Bo Yanxi levantó las cejas y le hizo un gesto para que continuara hablando.
Nan Qi organizó sus ideas y prosiguió: "De acuerdo con la ley, no podemos divorciarnos en tan poco tiempo. Además, por el bien del abuelo, podemos continuar juntos. Sin embargo, no quiero tener una vida en común con usted. De hecho, sólo seremos marido y mujer en el papel porque no tendremos ningún tipo de intimidad, ni viviremos en la misma casa".
Bo Yanxi contestó con cierta ligereza: "El Sr. Cao y la Sra. Zhang son los espías del abuelo, y como lo conozco bien, estoy seguro de que se presentará en casa de imprevisto en cualquier momento".
Nan Qi se quedó pensativa un momento y dijo: "Bueno está bién... Puedo seguir viviendo en Bo Villa, pero pagaré un alquiler y los gastos de manutención".
Se notaba en su rostro que a Bo Yanxi no le había gustado nada esa idea. Sin embargo, se chupó los dientes y contestó: "Claro que no. Si lo que quieres es complacer a mi abuelo, entonces debo asegurarme de que vivas en las mejores condiciones posibles".
Nan Qi entendió lo que él quería decir y asintió feliz con la cabeza, mientras añadía: "Está bien, entonces pensaré que las comidas y el alojamiento forman parte de mi paquete laboral".
"Bueno", dijo Bo Yanxi otra vez entre dientes.
La forma de pensar de esa chica era realmente fresco y refinado. Pero, ¿qué más podía hacer él?
Después de todo lo ocurrido, finalmente él se había dado cuenta de lo terca que era. Por eso, una vez que ella tomara la decisión de divorciarse, se iría al instante de la casa y bloquearía su número de teléfono para que él no pudiera contactarla. Si no hubiera ido directamente a hablar con Qi, nunca habría regresado a la casa sin resistirse.
Parecía una chica linda e inofensiva, pero en realidad era muy decidida y firme, que no se dejaba llevar por sentimentalismos.
Sin embargo, no podía volver a golpearla ni a regañarla; sólo le restaba tratar de persuadirla.
En primer lugar, buscaría la manera de convencerla para que se quedara a su lado y luego intentaría irla persuadiendo hasta que aceptara su rol como la señora Bo.
¿Ella se quiere divorciar? ¡Pues eso no sucederá jamás en la vida!
......
Antes de regresar a la villa, Nan Qi decidió ir a su casa a hacer las maletas.
Tan pronto entró a su apartamento, percibió el olor del plato que había preparado.
Nan Qi miró inconscientemente a Bo Yanxi y le preguntó si podían comer antes de irse.
Después de esa larga noche en el hospital, ninguno de los dos había cenado.
Él se negó de inmediato diciendo: "Es demasiado tarde para comer ese tipo de platillo porque no es bueno para el organismo".
Ella abrió los ojos desorbitadamente y le contestó incrédula: "¡No puede ser! Apenas es las 9 de la noche. ¿Por qué crees que es muy tarde? ¿Por qué no puedo tomarme el hervido?¿Acaso eso no es lo que acostumbran hacer los jóvenes en la noche?".
Hubo un silencio incómodo.
Bo Yanxi no contestó, pero Nan Qi lo pensó mejor y le dijo suspirando: "Olvidé la brecha generacional que existe entre los dos. El estilo de vida de la gente mayor es muy diferente a la de nosotros los jóvenes".
¡Gen.. gente mayor!
¿Cómo se atrevía a decirle anciano si él sólo tenía 30 años?
"¡Ay lo siento! Sé que eres un hombre de mediana edad", dijo Nan Qi al darse cuenta de que había hablado de más, y trató rápidamente de enmendar lo dicho.
La expresión de Bo Yanxi se tornó más y más distante. Luego se sentó a la mesa con cierta rigidez y agarró los palillos.
Era sólo un plato caliente picante y si ella podía comerlo a esa hora, él también.
Al ver la escena, Nan Qi corrió feliz a la cocina y buscó dos delantales. Le entregó a él uno con la imagen de Bo Esponja, y ella se colocó el de Hello Kitty.
Bo Yanxi estuvo tentado de lanzar el delantal a un lado e irse, pues le parecía ridículo que Devil King se pusiera algo tan infantil.
Sin embargo, de repente se relajó un poco al ver a la chica con su delantal de Hello Kitty, corriendo emocionada de la cocina al comedor. 
Ése podría ser el precio que debía pagar para criar a una hija.
Desgraciadamente, la vida era muy complicada, y al hombre de treinta años no le quedó más remedio que suspirar resignado.
Nan Qi trajo todas las guarniciones a la mesa y preparó una salsa especialmente para él.
Como pensaba que estaba embarazada, ella tenía mucho tiempo sin hacer ese plato. Sin embargo, una vez que lo probó no pudo parar de comer.
Bo Yanxi se limitó a ayudarla a cocer las verduras en silencio, para luego comerse las sobras.
A la mitad de la comida, él recordó algo de repente y le preguntó: "¿Este apartamento es tuyo?"
Nan Qi respondió atónita: "Sí, está a mi nombre".
"¿Te lo dio la familia Nan?", prosiguió él. Cuando Tang Yan descubrió que había una propiedad a nombre de Nan Qi valorada en casi 10 millones de yuanes, Bo Yanxi también se sorprendió. ¿Cómo podía tener tanto dinero siendo tan joven, si sus padres adoptivos sólo eran dos médicos rurales normales? 
La familia Nan sí podía hacerlo. ¿Le habrían comprado esa propiedad a Qi?
Si realmente había sido la familia Nan, entonces la actitud de ella hacia Jinhong debería ser un poco más amigable.
Nan Qi explicó con cara de póquer: "Recibí una herencia por parte de mis padres adoptivos, pero también me pagaron una compensación y el seguro por la muerte de ellos. Desde que atravesé la puerta de los Nan por primera vez, supe que nunca tendría un verdadero hogar, y por ello compré este inmueble".
Bo Yanxi no tenía intenciones de entrometerse en su vida privada, y por eso, no hizo más preguntas.
Después de que terminaron de comer en silencio, Nan Qi tomó la iniciativa de recoger todo ese desorden.
Colocó el cuenco y los palillos en el fregadero, pero justo cuando iba a lavar las cosas, Bo Yanxi entró a la cocina.
Se había quitado el saco del traje, desabrochado dos botones de la camisa y enrollado las mangas hasta el codo. Por alguna razón, ella pensó que él se veía un poco reservado.
¿Estará pensando en...?