Capítulo 31
1656palabras
2023-02-09 09:56
Nan Qi llegó al Hotel Pearl a las 2:00 p. m. en punto. Además de la Sra. Nan, en el salón privado, también se encontraba una elegante dama de la aristocracia; se trataba de la Sra. Chi, madre del joven Sr. Chi.
La joven se sorprendió mucho de verla allí, pero aún así saludó con cortesía.
"Encantada de verlas, Sra. Nan y Sra. Chi".
Debido a lo sucedido en la fiesta de celebración, la madre se sintió incómoda tan pronto como vio a su hija y apartó la cara inquieta. En cambio, la otra mujer se mostraba muy entusiasmada, se puso de pie y atrajo a la recién llegada para que se sentara a su lado.
"Señorita Nan, no hay necesidad de ser tan cortés. ¿Qué te gustaría beber? Lo ordenaré para ti".
"Solo un vaso de agua con limón gratis, por favor", respondió la joven, en forma insulsa.
"Solo pide lo que quieras. No te pediré que pagues por ello", aclaró la madre, con una mirada desdeñosa. La muchacha ignoró ese gesto y con una sonrisa muy educada anunció:
"Si es así, tomaré la comida más cara. La Sra. Nan la pagará".
De inmediato, los ojos de su madre se llenaron de disgusto, pues solo los pueblerinos pedirían las comidas más caras; si Shengxia estuviera allí, seguro ella elegiría la comida más adecuada.
Mientras tanto, la Sra. Chi no pensaba demasiado en esos detalles; después de ordenar, tomó la mano de la joven con cariño.
"Nan Qi... ¿Puedo solo llamarte Qi?", expresó. "No esperaba que tus calificaciones fueran tan buenas. Si tan solo mi hija fuera la mitad de sensata que tú. Ella ahora tiene solo dieciséis años, pero todo lo que hace es perseguir a las celebridades y navegar en sus dispositivos. Deberías ser su amiga...", sugirió la aristócrata. Pese a no perder la sonrisa amable, la muchacha retiró su mano con suavidad.
"Desafortunadamente, no tenemos oportunidad de ser amigas", comunicó. Sin darse por vencida, la Sra. Chi volvió a tomar la mano de Qi y con una sonrisa comentó:
"No te preocupes. Nuestra familia no es una familia feudal. Por mi parte, creo que las chicas deberían estudiar más. Si te casas con alguien de nuestra familia, te apoyaré para que continúes tus estudios o incluso para que vayas al extranjero a estudiar. Por supuesto, asumiremos todos los costos".
El ofrecimiento dejó sin palabras a Qi, aunque a ella no le faltaban los millones necesarios para pagar la matrícula, pues su patrimonio neto superaba los diez dígitos.
"La situación de nuestra familia también es muy simple", continuó la mujer. "Has conocido a Chi Rui antes, y él también tiene una hermana en la escuela secundaria, de hecho, en la misma escuela que tú...".
"Esto no tiene nada que ver conmigo, ¿verdad?", la interrumpió la joven, con cierta cortesía, pues ya no quería escuchar más esas cosas.
"Eh...", la aristócrata miró en forma inconsciente a la Sra. Nan. ¿Acaso no habían acordado que Qi contrajera matrimonio con alguien de su familia? ¿Por qué se retractarían de su palabra?
Al instante, la expresión de la Sra. Nan, cuyo nombre era Lin Xiaodie, se oscureció; ella sacó una cuenta de bendición de su bolso y la arrojó frente a su hija.
"Nan Qi, sé que no eres estúpida. Deberías entender lo que quiero decir", le recriminó. Con calma, la joven tomó un sorbo de agua con limón para humedecer su garganta; parpadeó en forma inocente y manifestó:
"Te di tres cuentas para pagarte por tu amabilidad de darme a luz. ¿Acaso tu primer deseo es que me case con Chi Rui en nombre de Shengxia?".
"Si no es eso, ¿qué otra cosa sería?", replicó Lin Xiaodie, su cara exudaba disgusto. La chica asintió, apartó la cuenta, la aplastó y la arrojó al cenicero.
"Bien, de ahora en adelante, yo seré responsable del compromiso entre la familia Nan y Chi Rui. No tiene nada que ver con la familia Nan. Espero que no se arrepientan en el futuro", anunció.
"Encontré una buena familia para ti. ¿Por qué me arrepentiría?", argumentó Lin Xiaodie, con frialdad. La joven asintió de nuevo.
"Está bien, entonces puedes irte. Hablaré con la Sra. Chi", indicó la muchacha. Su madre abrió la boca y estuvo a punto de maldecir.
"¿Cómo te atreves a alejarme? Soy tu madre...", reclamó. De repente, la expresión de Qi se oscureció y la interrumpió:
"Sra. Nan, dije que seré responsable de este compromiso. Si quieres desperdiciar un deseo, puedo irme ahora". Ante esa advertencia, Lin Xiaodie se quedó sin palabras. La otra señora salió para suavizar las cosas.
"Puedes irte primero. Tendré una conversación privada con Qi", intentó la mujer.
"Discúlpenme", mencionó Lin Xiaodie. Enojada, recogió su bolso y se fue.
En el pasado, Qi no se comportaba de esa manera. Cuando la trajeron por primera vez, la muchacha le preparaba té a su madre y le ayudaba a regar las flores y las plantas.
Una vez, la mujer enfermó y la chica preparó medicina tradicional china para remojar sus pies; incluso, cuando tenía dolor de cabeza, la joven ayudaba a masajear sus puntos de acupuntura.
Todo eso conmovía un poco el corazón de la madre, a pesar de sentir cierta aversión por alguien que siempre hacía esos trabajos de servir a la gente.
Igual, Lin Xiaodie no sabía cuándo la chica había dejado de acercarse a ella. Desde que la joven se había escapado de la casa, la había tratado sin piedad, como si se hubiera convertido en otra persona.
Cuanto más lo pensaba la mujer, más agraviada se sentía; por fin, tomó el teléfono y llamó a su mejor amiga para quejarse:
"Estuve embarazada durante diez meses y sufrí innumerables dificultades antes de dar a luz. Como resultado, solo quería que se casara con Chi Rui en nombre de Shengxia, pero Nan Qi en verdad quiere cortar los lazos conmigo. Ahora, me trata peor que a un extraño. Cuando nació con un problema cerebral, trabajé duro para cuidarla día y noche". Ante esas palabras, escuchadas innumerables veces, su amiga la consoló:
"¿No se dice que los niños son las deudas de sus padres? Tú y Nan Qi estaban destinadas a estar en desacuerdo. Sin embargo, tienes una hija inteligente, hermosa y de buen comportamiento como Shengxia. ¿Quién no te admira en Yu City? Nan Qi te ha tratado muy mal. Es bueno dejarla casarse con la familia Chi. Después de eso, Shengxia puede encontrar una buena familia para que no seas humillada. Además, dado que Nan Qi puede vivir una buena vida, ya has hecho todo lo posible por ella...".
Ante esas palabras, Xiaodie se sintió mucho más cómoda, en especial cuando pensaba en Shengxia.
Después de que secuestraron a Qi, la mujer sufrió depresión.
Más tarde, su mejor amiga y esposo trajo a una niña de un orfanato, la niña era un año menor que su hija; por azar, ellas se parecían; incluso, cumplían años con solo tres días de diferencia.
En cuanto la vio, Xiaodie sintió una sensación de familiaridad; desde ese momento, la trató como a su hija biológica.
A veces, hasta llegó a considerar que tal vez Shengxia era en realidad su hija biológica y que tal vez la habían cambiado al nacer.
Después, cuando encontraron a Qi, para Xiaodie ya era muy difícil cambiar de mentalidad. Ninguna evidencia, ni siquiera una prueba de ADN, lo habría logrado; después de todo, durante los últimos diecisiete años había considerado que Shengxia era su verdadera hija.
Entretanto, en el salón privado del restaurante occidental, la Sra. Chi sonrió, sintiéndose impotente.
"Tu madre tiene mucho temperamento, así que no discutas con ella", sugirió.
"No me importan esas cosas", comentó Nan Qi, con indiferencia.
¿Acaso había necesidad de preocuparse por esas cosas cuando se trataba de un extraño? La Sra. Chi sonrió y guardó silencio al respecto; en cambio, tomó otra vez suavemente su mano e insistió:
"Sé que no quieres casarte con Chi Rui, pero no te preocupes. Te trataré como a mi propia hija. Mientras puedas dar a luz a un hijo para nuestra familia, puedes administrar la empresa en el futuro". No obstante, la joven retiró la mano y sonrió.
"Es difícil dar a luz a un bebé en la condición física de Chi Rui, ¿no?", alegó.
"Puedes tener un bebé por fecundación in vitro", replicó la Sra. Chi, imperturbable. Luego, Qi sostuvo el vaso de vidrio con ambas manos; con una sonrisa juguetona, ella expuso:
"De hecho, todos sabemos muy bien que el propósito del compromiso entre el Sr. Chi y Shengxia era facilitar una cooperación profunda entre las dos familias. Sra. Chi, con respecto a esta repentina voluntad de cambiar de novia, ¿es porque no tienes otra opción o no te importa si la familia Nan está de acuerdo o no?", preguntó la joven, ante la atónita mirada de la señora.
"¿Qué quieres decir?", alcanzó a preguntar la sorprendida mujer. Entonces, Nan Qi, con una dulce sonrisa, procedió a explicar:
"El propósito del matrimonio es el beneficio mutuo y que ambas familias se restrinjan en forma recíproca. Si Nan Shengxia se casara con Chi Rui, la familia Nan probablemente la respetaría y no haría nada a sus espaldas. Sin embargo, si fuera yo, ¿tengo algo que ver con la familia Nan? En ese caso, ¿por qué aceptaste cambiar de novia? ¿Es porque Chi Rui no puede conseguir una esposa? Con la situación financiera de tu familia, debería ser fácil para ti encontrar una nuera".
Había un atisbo de aprecio en los ojos de la Sra. Chi cuando le hizo un gesto a Qi para que continuara. Por consiguiente, la joven se inclinó con lentitud y la miró directo a los ojos, para entregarle su conclusión, palabra por palabra.
"Tener a la familia Nan de aliada no tiene ningún valor para ti. En otras palabras, puedes usarlos en cualquier momento. Puedes traicionarlos o abandonarlos. La decisión está en tus manos", puntualizó Qi.